Ángel Burbano fotografía, en ‘Impulsus’, el desnudo masculino en las ruinas de Belchite

ZARAGOZA. Ángel Burbano (Zaragoza, 1974) ha sido durante muchos años fotógrafo de la música, ha colaborado y colabora con Aragón Musical y en otros proyectos, pero lo he tenido que ir dejando poco a poco los conciertos. Su archivo es inmenso. Ya no soporta los ruidos o los sonidos excesivos, aunque llevaba ya mucho tiempo buscando otras formas de expresión y otros asuntos. Hace muy pocos años había explorado el cuerpo de la mujer y habría reflexionado sobre la piel, la sangre y la regla- en ‘Aima’, una exposición muy trabajada. Ha dado un giro y se ha centrado en el cuerpo masculino, y su trabajo cristalizó en ‘Impulsus’, que se presentó primero en Madrid, en La Zona Gallery, y que ahora expone en Le Petit Atelier de Lérida hasta el 29 de marzo, desde el pasado día 7. La muestra consta de 32 fotografía, 28 de un metro de alto y cuatro de medio metro, todas con diversas dimensiones de ancho.

Lo curioso es que ha contado con dos colaboradores: el joven dominicano Gerard Torres y la maquilladora brasileña Julianna Garza. “Al principio había barajado trabajar con un hombre de piel negra; apareció Gerard y hace un trabajo increíble y convincente”, explica Burbano, quien, como si fuera un cineasta, hace un ‘storyboard’ previo de lo que quiere contar. “Casi puede decirse que con mis dibujos, personales, no soy un magnífico dibujante, desarrollo el proyecto. Llevo en la cabeza las posturas, los movimientos, algunos gestos, e intento no repetirme. Cuando creo que se repite algo entiendo que, de algún modo, el proyecto ya está, aunque también es verdad que a veces el azar corre en tu ayuda. Y te da visiones inesperadas, nuevos matices, posturas, contextos. Y también sucedió aquí”.

Ángel Burbano.

Cuenta que en sus ‘storyboards’ lo anota todo: la luz, cómo se pone el sol; y en este caso concreto hizo un trabajo de campo previo para analizar las fases de iluminación. Ángel Burbano alquiló el Pueblo Viejo de Belchite durante doce horas y sus ruinas, y realizó su trabajo en interiores, iglesias y conventos y casas en ruinas, jugando con la ambientación un tanto sombría, arquitectónica, tocada aquí y allá por la leyenda del tiempo, por la rugosidad, las inscripciones, e hizo su reportaje. “Frente al trabajo femenino de ‘Aima’, he comprobado que el hombre tiene una actitud más primaria, más de animal, y lo que hago es situar a esa bestia humana, la bestia del hombre que llevamos dentro, y la integro en su propia destrucción y autodestrucción que es la guerra”, explica. Burbano ha impreso sus fotos en un plotter de papel Ilford.

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Sostiene Ángel Burbano que no es un trabajo erótico. Ni provocador. “Es la exploración del cuerpo humano en un lugar distinto, decrépito, cargado de historia. En dos fotos se le ve al modelo levemente el pene, en varias el culo y adopta diversas posturas, incluido se sugiere alguna crucifixión. Pero que nadie se llama a engaño: huyamos de la hipocresía, de la autocensura. En ‘Impulsus’ busco la belleza, la armonía, el misterio”, dice.

Si se le dice que alguna foto, precisamente esas en la que Gerard está de espaldas, hacen pensar en Robert Mapplethorpe, declara: “Se aprende de todo el mundo. No es un fotógrafo que me interese mucho ni yo quiero epatar. Sigo otra línea, busco mi propia línea, mis propias imágenes”, señala.

Ángel Burbano.

Fernando Sanz Herreruela, historiador de medios audiovisuales, es el autor del texto de catálogo y fundamenta el corpus teórico del proyecto. Señala que ‘Impulsus’ “se alza como un conjunto de imágenes de creación artística, muy meditadas y sosegadas, y de una extraordinaria plasticidad”. Explica así las pretensiones del fotógrafo. “Por un lado la figura de un hombre anónimo y desnudo, seguramente no como víctima de la guerra, sino como símbolo de su alcance y consecuencias, asociada al Pueblo Viejo de Belchite, azotado por los combates de la Guerra Civil en el cruento verano de 1937, instituido como icono de la ‘España mártir’ durante décadas y asolado por los más despiadados abandono, expolio y olvido hasta fechas muy recientes”. 

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Fernando Sanz arreglada que por otro lado estaría la iglesia del Pueblo Viejo de Belchite como escenario, como teatro que refleja el eco de una gran hecatombe. “Religión y ruina, una vez más, de la mano, demasiado indisolublemente, como nunca debería haber sucedido. Dos conceptos de desgracia demasiado unidos -para mal– en nuestra historia no tan remota. La religión escarnecida como excusa: para unos como motor rastrero del derramamiento de sangre, y para otros como enemigo a combatir que justifica la violencia y la muerte”.

El artista, que también es un esteta, a veces incorpora un destello de color. “El rojo, que habla por sí solo, añadiendo a través de un recurso tan sencillo una fuerza dramática que adjetiva con gran solvencia esta magnífica serie de fotografías de Ángel Burbano”. Fotos que se suman, entre otras, a las ya realizadas por famosos fotógrafos de guerra y otros contemporáneos como Gervasio Sánchez, Anton Corbijn, Ferdinando Scianna o Isabel Muñoz.

A. C./Heraldo.