LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

Mariano Gistaín e Isidro Ferrer abordan la rebelión de las máquinas y la Inteligencia Artificial

El escritor y el ilustrador publican el volumen de relatos 'Familias raras', tres cuentos sobre la realidad virtual, la orfandad y la distopía

Una de las ilustraciones del artista y diseñador Isidro Ferrer para 'Familias raras'.
Una de las ilustraciones del artista y diseñador Isidro Ferrer para 'Familias raras'.
A. C.

Mariano Gistaín (Barbastro, 1958) e Isidro Ferrer (Madrid, 1963) son dos grandes creadores con una personalidad irreductible, imaginativa, desenfadada. Libre. Los dos coinciden en el libro ‘Familias raras’ (Col. Letras de Año Nuevo. Institución de Estudios Altoaragoneses, 2023), compuesto por tres cuentos del escritor y periodista, asiduo colaborador de HERALDO, ‘20 minutos’ y ‘Letras Libres’, donde lo han bautizado como “corresponsal del futuro”. Isidro Ferrer es el responsable del diseño y de las ilustraciones con esa magia y esa precisión suya tan particular, donde menos es más y donde la geometría puede ser un laboratorio gráfico de pruebas.

El libro se presentaba el pasado en el Paraninfo con los autores, el coordinador de la colección José Ángel Sánchez y el periodista de HERALDO Antón Castro. Isidro Ferrer es el responsable del diseño y de las ilustraciones. Gistaín dice: “Isidro Ferrer es un genio: ha captado este mundo de extrañamiento, inteligencia artificial, de realidad virtual y otros elementos mejor que yo. Es una maravilla lo que ha hecho: es un prodigio visual, muy exacto”.

Mariano Gistaín es un discípulo lejano de Ramón Gómez de la Serna, Paco Umbral, Javier Tomeo y de otros, entre ellos, Ray Bradbury. Por ejemplo. Es un creador de lenguaje y, en el fondo, un adelantado a su tiempo como se vio en ‘La Vida 2.0’ o ‘Se buscar persona feliz que quiera morir’ (2019), sobre la criogénesis (que es el uso de la congelación de materiales biológicos a muy bajas temperaturas para revitalizarlos).

“No busco nada con mis cuentos. A veces estás como cansado y se te ocurren cosas, me salen así, tienes una sensación, una intuición. Luego las desarrollas y corriges mucho. ‘Hologramas’ trata de la Inteligencia Artificial. No sé qué pienso de ella: es algo sorprendente de doble filo. Por un lado es algo peligroso y por otro es beneficioso para el tratamiento de enfermedad y otras muchas cosas. Es impresionante la rapidez de su revolución: jamás había pasado nada igual”, dice. En este primer cuento aborda otro tema esencial: la rebelión de las máquinas. “Habrá un momento en que controlarán el mundo, si no lo hacen ya. Por ahora necesitan un humano que haga todo lo humano; habrá un día que todo eso lo haga un robot”.

Mariano Gistaín: "Isidro Ferrer es un genio: ha captado este mundo de extrañamiento, inteligencia artificial, de realidad virtual y otros elementos mejor que yo. Es una maravilla lo que ha hecho: es un prodigio visual, muy exacto”
Mariano Gistaín con el libro de tres cuentos en sus manos en la Biblioteca de Aragón.
Mariano Gistaín con el libro de tres cuentos en sus manos en la Biblioteca de Aragón.
A. C.

En la segunda historia, ‘Papá y mamá’, está dedicado a Javier Tomeo, y se basa en una experiencia personal: la llamada al teléfono de sus padres después de que hayan muerto; en ocasiones puede suceder que alguien conteste o que una voz diga que “este número no existe”. Los dos primeros cuentos van directos al hueso: son diálogos trepidantes. El tercero también pero también algunos elementos de descripción. “No sé por qué lo he hecho así, creo que es por el ritmo”, observó el columnista de los miércoles de la contra de HERALDO.

El último relato, el más complejo, “habría tenido desarrollo como novela”, ‘Un Cristo en el armario’, se plantea muchas cosas, de nuevo dentro del ámbito familiar: la existencia de los fantasmas y del avatar y la figura de un Cristo que estaba en el interior de un armario y que sale a pasear por las calles con uno de los protagonistas.

Isidro Ferrer:“Debemos pasar inadvertidos. En realidad, me gustan mucho los libros sin ilustraciones. Este trabajo era un reto y un desafío porque Mariano Gistaín propone un mundo que resulta no sé si terrorífico o espeluznante. Un mundo sobre la anticipación y sobre la distopía”

“Es otra derivación de mi mundo y de todas esas cosas que no sé. Sé que todo es un poco raro. El título del libro se me ocurrió a posteriori”. José Ángel Sánchez, coordinador de la edición, dijo que ‘Familias raras’ se ajustaba especialmente al espíritu del libro. “Raras es perfecto, no extrañas ni otro adjetivo”, apuntó. En la colección de los tres relatos hay otra curiosa conexión: la orfandad de los protagonistas. La pareja de hermanos, en la primera pieza, que dialogan con el holograma de sus padres; el joven que llama en la segunda, y ese hombre que ha perdido a su madre, más bien perversa, que podría haber sido asesinada por su compañero, el padrastro del protagonista, en el tercero. Esa última pieza, dicho sea de paso, tiene una atmósfera kafkiana: hay por ahí una materia pegajosa que impide avanzar al protagonista.

Isidro Ferrer manifestó que haber maquetado e ilustrado el libro había sido un desafío, y que los ilustradores deben molestar lo menos posible. “Debemos pasar inadvertidos. En realidad, me gustan mucho los libros sin ilustraciones. Este trabajo era un reto y un desafío porque Mariano Gistaín propone un mundo que resulta no sé si terrorífico o espeluznante. Un mundo sobre la anticipación y sobre la distopía”. Bromeando, el doble Premio Nacional de Ilustración, dijo que él había colaborado a la causa: dudó entre un verde para el color de la portada y los dibujos, o el naranja. “Al final me incliné por un naranja radioactivo”, dijo sonriendo. Gistaín sentenció: “Los dos hablamos del presente. El futuro ya está aquí”.

Isidro Ferrer es un artista total: pinta, dibuja, esculpe, hace instalaciones, ilustra, diseña portadas...
Isidro Ferrer es un artista total: pinta, dibuja, esculpe, hace instalaciones, ilustra, diseña portadas...
A. C.

EL FRAGMENTO

«Subí a ver al Cristo: allí estaba, en el armario de la alcoba. Le pregunté quién era y me habló en un idioma que no había oído nunca. Luego supe que es arameo, como en la película de Mel Gibson. Lo invité a salir y le di la mano. Le proporcioné ropa que encontré en la habitación de mi padre, que me pareció que no se había llevado nada, o quizá eran los trajes del amigo aquel que se fue hace diez años».

Mariano Gistaín e Isidro Ferrer el pasado lunes, en la Biblioteca de Aragón, durante la presentación de 'Familias raras'.
Mariano Gistaín e Isidro Ferrer el pasado lunes, en la Biblioteca de Aragón, durante la presentación de 'Familias raras'.
A. C.
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