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Pérez Arteaga desarrolla 81.000 formas para conocer mejor el arte de Isidro Ferrer

El diseñador e ilustrador zaragozano publica 'A propósito de nada', un libro profusamente ilustrado y enriquecido con numerosos textos del artista

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Los cajones de Isidro Ferrer, llenos del objetos. Allí el desorden adquiere su plenitud y su sentido
Isidro Ferrer.

ZARAGOZA. El artista Isidro Ferrer (Madrid, 1963) posee el Premio Nacional de Diseño y el de Ilustración y es uno de los cartelistas de mayor éxito y calado en España. Otro artista, reconocido y prestigioso como Miguel Ángel Pérez Arteaga, diseñador en La Batidora de Ideas, acaba de dedicarle un libro, ‘A propósito de nada’, que es un ejercicio de creatividad, respeto y admiración, y que se presentó en Cálamo y que se integraba dentro de la programación de La Mirada Tabú, que coordina Vicky Calavia.

«Todo comienza con un pequeño libro que me edita Prensas de la Universidad de Zaragoza, ‘Creatividad: curiosidad, motivación y juego’. En él buceo en el tema de la creatividad. Y hay una parte final en la que me acerco a los procesos creativos de seis creadores (Isidro Ferrer, Javier Mariscal, Manuel Marsol, Mohammad Barrangi, Chris Haughton y Akinori Oishi). Me da la sensación de que esa parte sobre procesos creativos podría cobrar una mayor entidad, lo que me lleva a buscar una editorial especializada en temas de diseño».

En ese instante aparece Hoaki Books, de Barcelona, que distribuye internacionalmente sus libros. Cuenta Pérez Arteaga que en el primer libro de una nueva colección, 26 diseñadores de todo el mundo explican cómo generan las ideas, muestran sus estudios, los cuadernos de bocetos y sus trabajos más personales. Uno de ellos es Isidro Ferrer, que además diseña la portada. «La editorial me propone coordinar una colección de monografías sobre los mejores diseñadores gráficos del mundo. Y este libro, ‘A propósito de nada’, dedicado a Isidro, es el primero de ellos».

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Las repisas con el proyecto Camper.
Isidro Ferrer.

El origen de una admiración

Pérez Arteaga es un seguidor entusiasta de la obra de Isidro Ferrer por muchas razones. «En la introducción del libro cuento que soy diseñador e ilustrador porque mientras estudiaba economía en la universidad comencé a ver pegados por las paredes de la ciudad unos carteles que me impactaron. No sabía quién los diseñaba, y no sabía ni siquiera qué era el diseño gráfico, pero de pronto decidí que yo quería intentar hacer lo mismo».

"Cuando a Isidro le propongo este proyecto y me dice que sí, y nos reunimos en su estudio de Huesca, Isidro me proporciona una selección de imágenes de sus trabajos y también un pdf con textos muy variados. Textos sobre su manera de entender el diseño, sobre la profesión, pero también algunos más personales"

Isidro Ferrer reside en Huesca desde hace más de dos décadas. Para avanzar en el proyecto, «cuando a Isidro le propongo este proyecto y me dice que sí, y nos reunimos en su estudio de Huesca, Isidro me proporciona una selección de imágenes de sus trabajos y también un pdf con textos muy variados. Textos sobre su manera de entender el diseño, sobre la profesión, pero también algunos más personales. Textos escritos para conferencias, para talleres o simples reflexiones anotadas en sus cuadernos sin ningún objetivo concreto».

Como casi nada de lo que envuelve a Isidro Ferrer es corriente, el azar sale al encuentro de este proyecto. «Entre el material que me pasa, veo unos carteles que nunca he visto, creados para el Petit Théâtre de Lausanne de Suiza, y un pequeño texto, muy poético, sobre el color azul, y de repente soy consciente de que en este libro mi papel no es diseñar, sino que tengo que ilustrar. Pero ilustrar por medio de imágenes ajenas. Sus textos, que pretendían ser un punto de partida para poder escribir una introducción al libro, se convierten en el eje central sobre el que todo gira. Unos textos inteligentes, divertidos y emotivos, igual que los trabajos que los acompañan». El libro adquiere un nuevo matiz y se convierte casi en un ‘diccionario de ideas recibidas’ de Isidro Ferrer.

Una de las piezas sutiles del comunicador que es Isidro Ferrer.
Una de las piezas sutiles del comunicador que es Isidro Ferrer.
Isidro Ferrer.

¿Qué faceta de él atrapa más a Pérez Arteaga: el artista en sí, totalizador, el diseñador, el ilustrador, el cartelista, el creador de metáforas visuales? «En cualquiera de sus facetas Isidro es un comunicador. Su trabajo siempre tiene un cliente, bien sea una empresa, una institución cultural o una editorial, que desea comunicar algo a un cliente concreto. Isidro envía mensajes directos, comunica lo que debe y de la manera más certera posible. Puede utilizar objetos de madera o siluetas en blanco y negro, puede servirse del arte de vanguardia o de metáforas visuales con objetos. Lo importante no es la forma, que es muy llamativa en su caso, lo importante es el concepto que hay detrás, y eso es lo hace lo diferente del resto, su manera de contar potentes historias a través de imágenes».

Un proyecto así no era fácil de ordenar. Pérez Arteaga también es muy imaginativo y fabulador. «¿La estructura del libro? ¿Cómo se ordena lo que es imposible de ser ordenado? Por eso el lector encontrará nueve capítulos: desnadar, desanudar, desgruñir, despensar, desordenar, desvagar, desandar, desindagar, desensamblar. Con nueve trabajos desarrollados desde los primeros bocetos hasta el producto final. Y acompañados de nueve bandas sonoras». Y ya puesto, sintetiza: «Nueve músicas x 45 textos x 200 imágenes = 81.000 combinaciones posibles para conocer el universo de Isidro Ferrer».

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