La Joven Orquesta de Bandas Sonoras estrena una pieza sinfónica de ADN aragonés

Eduardo Pérez Hernández verá este domingo interpretada su obra ‘Melodía para una desconexión’ en la sala Mozart del Auditorio.

El zaragozano músico Eduardo Pérez Hernández.
El zaragozano músico Eduardo Pérez Hernández.
Toni Galán

Eduardo Pérez Hernández es zaragozano, del 96. Forma parte de la Joven Orquesta de Bandas Sonoras (JOBS) –colectivo de Zaragoza fundado en 2008– como percusionista y este domingo actuará una vez más en el escenario que su formación tiene como medio natural: el Auditorio de Zaragoza. Será en la sala Mozart y los precios son competitivos. Este domingo será, sin embargo, muy especial para él: la orquesta presenta una pieza de Eduardo, 'Melodía para una desconexión', que de hecho forma parte de un filme corto y que su autor ha arreglado orquestalmente para la ocasión.

Hay otras dos obras en el programa de miembros de la orquesta, pero el apuntado es el único que ya se aplicado a su meta, formar parte de un relato fílmico. Eduardo también es el teclista de la banda pop zaragozana Luna de Marte, de reciente aparición en el panorama local, pero es un joven veterano en la JOBS. "Llevo 12 años en la orquesta –apunta– y lo de la percusión sinfónica viene de mi pasión por la batería desde muy niño. Con 3 años ya me dijeron que tenía buenas capacidades rítmicas; a los 5 empecé iniciación musical con el piano y clases de percusión".

Con el paso de los años, el zaragozano también profundizó en las teclas, debido a su fervor cinéfilo y a las posibilidades compositivas del piano en este terreno de las bandas sonoras. Además, estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de San Jorge. "Cuando empecé en la orquesta descubrí de verdad la pasión por la música del cine, y he ido haciendo trabajos para pequeñas ficciones sonoras".

Universos paralelos

Con 'Metaverso: mundo espejo', el corto de Jorge Brusau rodado en el verano de 2022 con Rubén Martínez y Silvia Caballero como protagonistas, ha dado un paso más. "Mi compañero en Brusau Films me confió la tarea musical en este corto que se estrenó el año pasado. Es una película de ciencia ficción ambientada en el futuro, en 2122; todos estamos sometidos a un mundo paralelo donde hacemos nuestra vida diaria y no existen las desigualdades ni la violencia... hasta que una actualización de ese mundo digital pueda cambiarlo todo".

El corto sigue en el circuito de festivales, y Eduardo se llevó la estatuilla a mejor banda sonora original en la XX Muestra de Cortometrajes Aragoneses el pasado septiembre. "Tener la formación sinfónica clásica, y disfrutar con el jazz, el rock progresivo y el pop me han servido para musicalizar esta historia, dar ese aporte emocional que precisa el arco de transformación de los personajes. Es la parte más interesante y difícil de la música, generar emociones y conectar con el público sin perder de vista el objetivo: apoyar el relato".

Este admirador de la dinastía de los Strauss mira con respeto a los grandes del género en Aragón, desde Navarrete a Javierre o Jiménez Lacima, entre otros. "Voy buscando y encontrándome con acordes mágicos, tanto al escuchar a otros como al afrontar el reto de componer, y trato luego de trasladar esa sensación a mi música. Mi historia como músico se está escribiendo poco a poco, como si fuera una partitura".

Estrenar su obra en la Mozart es un sueño hecho realidad: no le cabe otra frase al asunto, aunque suene a cliché. "En octubre, cuando mis compañeros de la orquesta me propusieron tocar mi obra en directo en este día, casi me caigo de la silla. Pasé octubre y noviembre orquestando una parte de la banda sonora, haciendo los arreglos sinfónicos. A principios de este mes de enero empezamos a ensayarla, y al fin ha llegado el día. Espero que guste y que la gente disfrute tanto como lo hacemos nosotros en la orquesta".

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