La revista 'Argensola' recupera a la fundadora de las Miguelas de Huesca, una viuda de 99 años

Celia Fontana aborda el legado de Ana Santapáu y la localización de la primera residencia de las carmelitas en el IV centenario del convento.

La presentación ha tenido lugar en la iglesia de San Miguel de Huesca.
La presentación ha tenido lugar en la iglesia de San Miguel de Huesca.
Javier Navarro

La iglesia de San Miguel en Huesca ha sido este martes por la tarde el escenario elegido para presentar el número 132 de la revista de ciencias sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses ‘Argensola’, que ha dedicado su sección temática al IV centenario de las Miguelas. 

En 1622 las carmelitas calzadas fundaron en la capital oscense el convento de la Encarnación. Cuatrocientos años después, la publicación ofrece un detallado recorrido por la evolución urbanística y arquitectónica del cenobio y por la vida en clausura de esta comunidad.

En el acto se ha contado con la directora de la revista, la historiadora del arte Celia Fontana, y tres de los autores que han colaborado en este monográfico: el arquitecto y asesor del IEA Jesús Ramón Tejada, María Jesús Torreblanca, archivera municipal, y sor María Blanca de la Eucaristía Barril. Fontana investigó en su tesis doctoral la Arquitectura religiosa en la ciudad de Huesca (1997). 

Ese mismo año, y partiendo de su estudio, obtuvo el Premio Durán Gudiol con el trabajo 'Las clausuras de Huesca en el siglo XVII¡, publicado en 1998 por el Ayuntamiento oscense. Veintiséis años después ha querido centrarse en la figura de la fundadora del convento, Ana Santapáu

Según ha relatado, el 12 de junio de 1622 , bajo el nombre de la Encarnación y en una residencia provisional en la actual calle Pedro IV (antes de la Magdalena), se estableció el primer convento de monjas carmelitas de Huesca, conocidas después como Miguelas por su traslado a las dependencias construidas junto a la iglesia de dicho nombre. "Este artículo aborda aspectos que apenas esbocé en mi tesis: las circunstancias personales y familiares de la fundadora, ciertas características del primer cenobio y su localización en el plano urbano", ha explicado .

Santapáu estaba casada con Juan Garay. No tenían hijos y tras la muerte de este heredó el usufructo de algunos de sus bienes. En 1621, tras superar muchas vicisitudes, hizo finalmente hizo su donación a la orden del Carmen, que sí tenía en Huesca un convento de frailes. Tendría entonces 99 años y llevaría viuda más de ocho, "aunque, sin duda, gozaba de buena salud", señala Celia Fontana. La condición de esta dádiva era que ella y dos de sus sobrinas fueran acogidas en dicha comunidad. 

En 1634 las monjas se trasladaron al convento construido junto a la iglesia de San Miguel, donde todavía permanecen. Su fundadora murió en 1631, a los 109 años.

Tejada ha abordado la intervención arquitectónica y urbanística en la iglesia y el convento de San Miguel (1980-1983). Torreblanca escribió el artículo ‘Cuatrocientos años de las carmelitas calzadas de la Encarnación de Huesca’ y sor Mariía Blanca de la Eucaristía Barril es, junto con Elena Carreño, la autora de ‘Reformas y adaptaciones del monasterio de la Encarnación (las Miguelas) desde el siglo XIX’.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión