FOTOGRAFÍA. OCIO Y CULTURA

Un libro ofrece jugosos datos de fotógrafos aragoneses y del ballet ruso 'Jota Aragonesa'

Hernández Latas coordina un volumen de la IFC que recuerda a las zaragozanas María Cardarelly y Juana Cabello, pioneras de la disciplina en Galicia

Una bailarina y un figurín del ballet ruso, con música de Glinka, 'Jota Aragonesa'.
Una bailarina y un figurín del ballet ruso, con música de Glinka, 'Jota Aragonesa'.
Autor desconocido/Ludolfs Liberts/IFC.

ZARAGOZA. José Antonio Hernández Latas (Zaragoza, 1967) es investigador de la fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) en la Universidad de Zaragoza y es, sin duda, uno de los mayores expertos en fotografía desde sus orígenes hasta la Guerra Civil española. En 2023 recibió ‘ex aequo’ el Premio ‘Artes &Letras’ de Fotografía. Latas ha estudiado a Lucas Escolá, Ramón y Cajal, Lucas Cepero, la fotografía estereoscópica, la tarjeta de visita o los álbumes de ciudades. Es el alma y el coordinador de las Jornadas sobre Investigación en Historia de la Fotografía; el pasado 2023 se celebraron las V Jornadas.

Ahora, en uno de esos volúmenes que son auténticas joyas de información, de estudios, de curiosidad y de historia de la imagen, se publica el libro coral de las Jornadas de 2021, de la Institución ‘Fernando el Católico’: más de 400 páginas de textos e imágenes, de historias ocultas, de fotógrafos rescatados del olvido, etc.

Un retrato y una caricatura del gran fotógrafo Jean Laurent, que estuvo en Zaragoza.
Un retrato y una caricatura del gran fotógrafo Jean Laurent, que estuvo en Zaragoza.
Aubert & Prevost.

Menú con clásicos y sorpresas

En este volumen hay artículos sobre fotógrafos clásicos que fueron importantes en la divulgación del nuevo arte y a veces por su paso por Zaragoza: Jean Laurent, que retrató toda la ciudad; Charles Clifford, del que Pablo Fernando Díez Fierros recuerda su paso por Sevilla, o Christian Franzen, que repasó en Madrid los salones de la aristocracia para la revista ‘Blanco y Negro’.

El historiador Juan Miguel Sánchez Vigil analiza la presencia de fotógrafos, y de algunos periodistas, en la guerra de África, entre 1909 y 1927, y destaca figuras como Alfonso Sánchez Portela, Campúa y José Díaz Casariego. Este hecho ha generado mucha literatura; tanto los escritores aragoneses Sender como Martínez de Pisón han escrito de ello.

En cierto modo, habría tres trabajos complementarios: ‘Cámaras en las trincheras: la cobertura de los fotógrafos de la Guerra Civil española en Wikipedia’, que firman Carmen Agustín, Luis M. Blanco y Jesús Tramullas, y citan a la reportera húngara Kati Horna, que captó a los tanques en la plaza del Torico de Teruel. ‘Intención, visión y realidad: Claude Kinnoull, Claudek y sus fotografías de la Guerra Civil española’, de Marta López Beriso, se ocupa de la británica que recorrió España entre 1936 y 1939, y estuvo en Belchite y en varios frentes de batalla de Aragón; alrededor de 800 imágenes suyas se encuentran en el Museo de los Mártires Claretianos de Barbastro, y habrían sido donadas por un profesor de español de Naval (Huesca), que vivía en Francia y que las habría recibido de la propia fotorreportera. Carlos Vega Hidalgo escribe de ‘El fondo Eduard Foertsch. La guerra como documento fotográfico (1936-1939)’; Julio Camba se fijó en él, y dice que salió a la plaza «en traje de luces». Documentaría nuestra contienda bélica en Teruel, Huesca, Zaragoza, Quinto, Belchite y Fraga.

Es muy interesante el trabajo de Emiliano Cano Díez sobre el pintor Mariano Fortuny (1838-1874), que residió muchos años en Venecia; para él la fotografía fue un elemento auxiliar, y posteriormente también hizo fotos. El trabajo de Albert Domènec sobre Josep Masana y la fotografía erótica es muy sugerente.

Dos retratos de Rosalía de Castro por María Cardarelly, zaragozana, hija de un tintorero provenzal.
Dos retratos de Rosalía de Castro por María Cardarelly, zaragozana, hija de un tintorero provenzal.
María Cardarelly.

Ecos de Aragón: ellas, la jota...

Aragón tiene mucha presencia, a veces un poco lateral, pero importante. Carlos Castelao en su ponencia ‘Los orígenes de la fotografía en Galicia’ recuerda que entre las mujeres pioneras figuraban dos zaragozanas: María Cardarelly, hija de un tintorero provenzal, que retrató a Rosalía de Castro, y Juana Cabello (1846-1885), que aprendió fotografía en Zaragoza, se casó en la iglesia de San Pablo, se trasladó con su marido a Santiago de Compostela y moriría en 1885, a los pocos meses de haber abierto un estudio.

Félix Peláez y Francisco Perla recuperan la figura del riojano, luego médico, Alejandro Otegui Vicandi, que fue el primer fotógrafo profesional de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Cuando prescindieron de su puesto estudió Medicina en Zaragoza; son los propios autores quienes recuerdan que quizá el primer fotógrafo de la CHE, en realidad, sería su presidente Lorenzo Pardo, gran fotógrafo.

El ballet 'Jota Aragonesa' se representó en 16 ocasiones, dirigido por Alexandra Fedorova-Fokine. Se ofrecen las fotos de la función, de autor desconocido; y los figurines del ballet, dibujados, y luego llevados a la escena por los bailarines.

Pilar Lop Otín se centra, en su reportaje ‘La construcción de la iglesia del Sagrado Corazón de Zaragoza en las fotografía inéditas del Archivo Borobio (1930-1931)’, en el laborioso proceso de edificación y analiza las fotos de Miguel Marín Chivite del proyecto que se hizo en dos tramos, entre 1929 y 1932, y entre 1938 y junio de 1942, cuando se inauguró el monumento de la plaza de San Pedro Nolasco. 

Una de las joyas es el trabajo de Gonzalo Preciado-Azanza: ‘Recuperar el ballet Jota Aragonesa (1930) de Mijaíl Fokin a través de la colección fotográfica del Rakstniecibas un Müzikas Muzejs en Riga’; esta «españolada exótica» con música de Glinka se estrenó en Letonia el 6 de noviembre de 1930, con ‘El pájaro de fuego’ y ‘Le pavillon d‘Armide’, y se representó en 16 ocasiones, dirigido por Alexandra Fedorova-Fokine. Se ofrecen las fotos de la función, de autor desconocido; y los figurines del ballet, dibujados, y luego llevados a la escena por los bailarines.

Los grandes sabios y coleccionistas de la historia de la imagen y del sonido que son Paco Boisset y Stella Ibáñez entregan una pieza deliciosa, que a veces parece un inventario de instrumentos fantásticos: ‘Cámaras de espía: un paseo por la tecnología discreta’. Hablan de cámaras libros, de cámaras de reloj o la cámara japonesa Petal, la más pequeña del mundo durante un tiempo y muy prestigiosa durante años en Estados Unidos.

El investigador y ensayista José Antonio Hernández Latas.
El investigador y ensayista José Antonio Hernández Latas.
A. C./Heraldo.
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