Lideraron con impulso y carisma. Los trombones arrastraron a todo el conjunto a ritmo pautado por la percusión. La gran Banda de la Academia General Militar atacaba con fuerza ‘Coldplay in Symphony’, una fantasía sobre piezas de ese grupo británico nacido en 1997 en arreglo del compositor belga Bert Appermont. Así, esta banda profesional pública cabalgaba los ritmos cambiantes, con buena actuación del clarinete y de todo el conjunto en general, en una apuesta innovadora y comprometida de su director Roberto Sancasto. Antes, la agrupación había ofrecido un arreglo de H. van der Heide sobre la banda sonora de ‘Indiana Jones’, de J. Williams, donde habían ido ganado cohesión y calor interpretativo, guiados con destreza por la flauta concertino.

Como precalentamiento, el XXIV Concierto de Navidad a beneficio de la Hermandad del Refugio había comenzado con el popular pasodoble ‘España cañí, de P. Marquina, donde Sancasto siguió de cerca a las trompetas con indicaciones precisas del tempo, tanto en los piano como en los forte. Y no faltaron luego los gags simpáticos, con ‘Happy Cyclist’, de T. Huggens, escenificada con un ciclista salido de entre el público que acompañó la pieza con las bocinas y los timbres de su bicicleta.

Y tras la lograda suite ‘A Christmas Carol Fantasy’, de T. Hashide, pusieron la guinda al pastel, con la salida a escena del Coro de Cadetes, de 150 miembros vistosamente uniformados. Las voces de tan masiva agrupación coral atacaron con dicción clara y empaste intachable ‘Noche de paz’ bajo la dirección geométrica y precisa de Roberto Sancasto, seguida de ‘White Christmas', de I. Berlín, cantada en un inglés sorprendentemente claro y perfectamente comprensible. ‘Soldadito español’ y ‘La canción del soldado’ cerraron un programa que casó a la perfección música y milicia.