ARTE. OCIO Y CULTURA

Javier Sierra desvela algunos misterios que envuelven ‘El Cristo’ de 1951 de Salvador Dalí

El escritor turolense, ganador del Planeta de 2017 con 'El fuego invisible', participa en un libro con Antonio López y Montse Aguer sobre el artista

Javier Sierra en el Museo Dalí de Figueres ante 'El Cristo de san Juan de la Cruz' de Dalí.
Javier Sierra en el Museo Dalí de Figueres ante 'El Cristo de san Juan de la Cruz' de Dalí.
Jordi Blanco.

ZARAGOZA. Agustín Sánchez Vidal e Ian Gibson han demostrado la genialidad sin resquicios de Salvador Dalí: como pintor y grabador, como escritor y como personaje ambiguo (enamoró perdidamente a García Lorca), moderno y visionario que anticipó aspectos sobre la publicidad, el dinero y la ciencia. El turolense Javier Sierra, premio Planeta de 2017, también es un admirador suyo y sabía, cómo no, que el artista de ‘El gran masturbador’ fue un gran lector de temas ocultos. Hace pocos días, en ‘La Razón’, el autor de ‘La cena secreta’ recordaba que en su biblioteca tenía libros como ‘El misterio de las catedrales’, ‘Las enseñanzas de don Juan’ o ‘El retorno de los brujos’.

Con motivo de la exposición del cuadro ‘El Cristo de San Juan de la Cruz’ en el Museo Dalí de Figueras, a Javier Sierra le encargaron participar en un volumen especial y de carácter coral (Montse Aguer entrevista al pintor Antonio López) sobre Dalí.

"... me deslumbró que su biblioteca personal estuviera tan llena de obras sobre ciencias ocultas. Fue una pasión que compartió con Gala, que presumía de bruja en la intimidad y comprendí que, sin ciertas claves ‘ocultas’, es casi imposible comprender la obra del genio de Figueras"

«Tropecé con Dalí preparando materiales para un nuevo libro sobre misterios del arte y en cuanto descubrí que fue amigo personal de Louis Pawels, coautor del mítico libro ‘El retorno de los brujos’, empecé a indagar en sus veleidades esotéricas. Descubrí muchas, encriptadas en cuadros de diferentes periodos, pero sobre todo me deslumbró que su biblioteca personal estuviera tan llena de obras sobre ciencias ocultas. Fue una pasión que compartió con Gala, que presumía de bruja en la intimidad y comprendí que, sin ciertas claves ‘ocultas’, es casi imposible comprender la obra del genio de Figueras», explica Javier Sierra (Teruel, 1971).

El dibujo y la monja

Una vez que se concretó, desde Planeta, que Sierra iba a firmar un texto capital en el volumen (es experto en El Prado y en Leonardo da Vinci, como se vio en ‘La cena secreta’ y ‘El maestro del Prado’), el autor turolense recordó que Sánchez Dragó en 1974 le cursó una carta a Dalí, que jamás tuvo respuesta. Decidió hacer lo mismo casi 50 años después y su misiva al reino de sombras contiene una historia del cuadro, una aventura, un desliz del azar y un relato donde se mezclan la espiritualidad, los secretos del convento, los místicos san Juan de la Cruz y santa Teresa, la brujería y la locura. Y a la vez es una historia de cómo se pintó el cuadro y también una interpretación. La obra está fechada en 1951 y tiene una curiosa anécdota: tres años antes, Dalí, que llevaba ocho años fuera de España, se trasladó a Ávila en busca de las huellas de Teresa de Ahumada y visitó el convento de la Encarnación.

Allí una de las monjas carmelitas le enseñó un relicario de plata que contenía un dibujo, que era «el boceto de una crucifixión vista desde arriba», con ecos de Zurbarán, y que habría esbozado el propio san Juan de la Cruz. En su epístola, Sierra le dice al pintor de Portlligat: «‘El Cristo de San Juan de la Cruz’ no es solo un homenaje a una visión mística del siglo XVI. Es un trance en sí mismo. ‘Tu particular trance’». 

"Dalí cae de bruces en la mística cristiana después de tropezar con el dibujo que san Juan de la Cruz hizo de uno de sus éxtasis, y eso minará su etapa surrealista"

En su texto, Sierra explica: "Pero acaso lo que más perturba de composición es la perspectiva que escogiste para componerla. Ese musculoso crucificado que sacaste de los posados de un fornido doble de Hollywood, Russ Saunders, flota sobre una playa, gravitando entre pescadores que, de inmediato, evocan a aquellos discípulos que reclutó el Rabí de Galilea en vida".

'El Cristo de san Juan de la Cruz' de Salvador Dalí, vendido a Escocia y recién retornado a Figueres.
'El Cristo de san Juan de la Cruz' de Salvador Dalí, vendido a Escocia y recién retornado a Figueres para una muestra temporal.
Archivo Planeta.

Una genialidad en trance

Al vender aquella obra en 1952, el artista dijo que había oído voces que le decían «Dalí, tienes que pintar ese Cristo» y reveló que «todo mi trabajo ha estado influenciado por mis sueños».

¿Cree Javier Sierra que esa obra es el cuadro de un ‘nuevo converso’ por decirlo así? «Exacto. Dalí cae de bruces en la mística cristiana después de tropezar con el dibujo que san Juan de la Cruz hizo de uno de sus éxtasis, y eso minará su etapa surrealista, en la que trances y experiencias visionarias se entendían como meros automatismos del cerebro humano y no como ‘puentes’ con un mundo espiritual y trascendente. El encuentro de Dalí con lo místico ibérico torpedeará sus relaciones con André Breton y los surrealistas franceses, empujándolo a un camino propio que lo convertiría en una de las grandes singularidades pictóricas del siglo XX: un artista con pretensiones renacentistas, mente surrealista y razón cristiana», declara Sierra.

En el estudio del cuadro, Javier Sierra recuerda otras peculiaridades: la existencia de un hermano anterior, Salvador; la amistad con el escritor Carles Fages de Climent, autor del poemario ‘Les bruixes de Llers’, y «la primera bruja de tu vida», Lídia Noguer de Costa (1886-1946), que frecuentó e inspiró a Pla, Pablo Picasso o Eugeni d’Ors, y a Dalí, claro. «De Eugeni, por cierto, se llegó a enamorar hasta el tuétano, convirtiéndolo en su obsesión», recuerda el narrador turolense.

La inocencia, el surrealismo y Luis Buñuel

‘¿Por qué Dalí?’ (Planeta, 2023), además del texto extenso de Javier Sierra, incluye textos de otros especialistas y un diálogo entre Montse Aguer, directora de los Museos Dalí y del Centro de Estudios Dalinianos de la Fundación Gala-Salvador Dalí, y el pintor Antonio López. Dice López sobre ‘El Cristo’: «Aquí el lenguaje es surrealista, aunque podría serlo todavía más. (…) A Dalí le ayudó mucho el surrealismo, porque le marcó la dirección que él necesitaba, que ya estaba en su sensibilidad, como también en la de Buñuel». Montse Aguer replica: “Sí, qué magníficas películas hicieron. Lástima que se enemistaran, porque todavía les quedaba mucho por decir”. Antonio López agrega: «El más inocente es Dalí. Porque Lorca va buscando algo. Y Buñuel, pues no sé qué busca, pero también está buscando, aunque no te lo va a decir nunca. Uno por un motivo y el otro por otro. Y Dalí es el más puro. No se une a una persona por la carne ni por la sensualidad, tampoco por la crítica. Se une por la inteligencia, por la belleza estética, por la admiración que siente hacia una persona. Porque la otra persona dice cosas que a él le parece que le abren los ojos al mundo y es más limpio en ese sentido. Para mí, es completamente transparente».

LA FICHA

‘¿Por qué Dalí? El enigma como provocación en el arte’. Javier Sierra, Antonio López, Montse Aguer. Además escriben Duncan M. Dornan, Pippa Stephenson, Carmen Ruiz, Rosa Maria Maurell, Irena Civil y Laura Feliz. Planeta y Fundació Gala y Salvador Dalí. Con ilustraciones. Barcelona, 2023. 192 páginas.

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