patrimonio

Los museos diocesanos aragoneses se unen para exponer sus mejores relicarios

Celebrarán una muestra conjunta y simultánea, ‘Exemplum’, del 15 de noviembre al 17 de diciembre.

El busto relicario de San Vicente, tras su restauración, completada el año pasado.
El busto relicario de San Vicente, tras su restauración, completada el año pasado.
José Miguel Marco

Los museos diocesanos aragoneses van a inaugurar la semana próxima una ambiciosa exposición conjunta y simultánea, ‘Exemplum. Reliquias y relicarios en Aragón’, que presentará en cada sede una selección cuidada de este tipo de piezas históricas, a caballo entre el arte y la fe. Aunque sus promotores no lo mencionan, en el trasfondo de la iniciativa se atisba el ejemplo del proyecto cultural de Las Edades del Hombre. Se busca, como en el caso castellanoleonés, poner en valor y difundir el rico patrimonio religioso de las diócesis de la comunidad autónoma.

"Desde hace un año los directores de los museos diocesanos nos reunimos cada trimestre para intentar desarrollar iniciativas conjuntas, y dentro de estas reuniones ha surgido esta idea -señalaba Sergio Blanco, director del Alma Mater Museum, el museo diocesano de Zaragoza-. Hemos empezado con esta exposición pero la idea es abarcar algo más ambicioso y, obviamente, el ejemplo de Las Edades del Hombre está ahí. Esta es la primera exposición conjunta y simultánea que realizan los museos diocesanos aragoneses y queremos seguir en esta línea de trabajo, centrados siempre en nuestro patrimonio".

La elección del tema de las reliquias y relicarios para abrir esta línea de exposiciones conjuntas ha venido impuesta por la época del año. La Iglesia católica celebra en noviembre la fiesta de Todos los Santos, y su culto a través de las reliquias ha sido siempre muy importante desde el siglo I.

Cabellos de María Magdalena

Eusebio de Cesarea ya resaltaba el valor otorgado a los restos de San Pedro y San Pablo, que se convirtieron rápidamente en lugar de peregrinación. Y durante la Edad Media las reliquias adquirieron un gran peso en la sociedad, no solo en el aspecto devocional, sino también en el político y económico, ya que estaban relacionadas con las rutas de peregrinación. Las reliquias y los relicarios, además, están siendo objeto en los últimos años de una puesta en valor por parte de los historiadores del arte. La Universidad de Zaragoza, por ejemplo, celebraba en marzo la quinta edición de sus jornadas internacionales dedicadas a estas piezas.

‘Exemplum. Reliquias y relicarios en Aragón’ se va a celebrar simultáneamente en los museos de diocesanos de Zaragoza, Jaca, Huesca, Teruel, Barbastro-Monzón y la colegiata de Santa María de Calatayud, esta última por la diócesis de Tarazona. En cada sede se podrán ver las reliquias propias de los santos de cada lugar.

En el caso zaragozano, por ejemplo, se presentan al público 37 reliquias y relicarios, cifra a la que hay que añadir los que se presentan ya habitualmente en la colección permanente del Alma Mater Museum. Es decir, que esas 37 piezas no están habitualmente en exposición.

Entre ellas destacan el cáliz de San José de Pignatelli; el roquete que llevaba San Pedro Arbués, el inquisidor asesinado en la Seo; cabellos de María Magdalena; el cráneo de San Antonio procedente de la antigua parroquia de San Andrés; el relicario de San Jorge que custodia la Real Maestranza de Caballería...

"En cada sede hemos buscado que estén representados los santos y santas aragoneses más destacados de su historia -añade Sergio Blanco-. Pero, además, centrándonos en el aspecto histórico y artístico, hemos seleccionado las piezas para mostrar los distintos tipos de reliquias y relicarios, porque en algunos casos se elaboraron auténticas obras de arte, con los materiales más ricos y los mejores maestros orfebres. Hay relicarios morfológicos, que adoptan la forma de la parte del cuerpo del santo que se venera, como el brazo de San Valero o el cráneo de Santa Engracia o de Santa Águeda. Relicarios portátiles o custodias relicario, a modo de expositor para mostrar la pieza, como la de los zaragozanos Santa Isabel de Portugal, infanta de Aragón, y el jesuita San José de Pignatelli. Relicarios de ampolla de cristal, o de tela, o reliquias de contacto, como uno de los clavos de la cruz de Cristo, o las sabanas en las que durmió Juan Pablo II en su visita a Zaragoza, y la vajilla en la que comió".

Acompañando la exposición, se trabaja ya en organizar algunas actividades culturales complementarias. La principal va a ser una charla gastronómica con degustación, que se centrará en los postres y dulces creados con nombres de reliquias. La de Zaragoza será el 18 de noviembre.

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