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El libreto de Simón Tapia Colman resonó en el Paraninfo con magia española y azteca

La pianista y profesora Consuelo Roy presentó el libro que le ha dedicado al violinista, compositor y pedagogo de Aragón y se recordó su trayectoria

Delante, Eva Alcázar, sobrina de Tapia Colman, Consuelo Roy y Nuria Bañet. Atrás DanielFrancés, Luis Llucia, Rafael Talpia y Juan Ramñon Soler.
Delante, Eva Alcázar, sobrina de Tapia Colman y pianista, Consuelo Roy, pianista y autora del libro sobre Simón Tapia, y la violoncellista Nuria Gañet. Atrás el violinista, Daniel Francés, el pianista Luis Lluciá, León Felipe (nieto de Simón Tapia Colman), Rafael Tapia (hijo de Simón Tapia) y el musicólogo Juan Ramón Soler.
A. C. /Heraldo.

Ya se ha dicho muchas veces: Aragón ha dado genios, trabajadores talentosos y soñadores por doquier. Todo el tiempo. Un inventario no muy exhaustivo llenaría de inmediato los caracteres de esta nota. Entre ellos debía figurar Simón Tapia Colman (Aguarón, 1906-Ciudad de México, 1993), que fue músico desde la infancia, un violinista niño desde que pegaba la página de solfeo en un almendro, disciplina que le enseñaba su padre.

Fue muchas cosas: tuvo un cuarteto de jazz, fue republicano y anarquista, fue un creador de la generación del 27, como lo fueron Pilar Bayona, los hermanos Halffter, Adolfo Salazar y Jesús Bal y Gay, o aquel Gustavo Pittaluga, gran amigo de Luis Buñuel. Conoció los campos de concentración franceses, redactó poesía (de combate y de decepción política y social) y acabaría llegando a México hacia 1939 donde se convirtió en un compositor admirado, en un gran pedagogo, en un animador musical incesante de coros y orquestas, e incluso en un hombre de negocios en Acapulco. Lo fue hasta que se dio cuenta de que alguien se había tomado demasiadas libertades en su nombre y le había estafado y arruinado. Un abogado, según cuenta su hijo Rafael (que viajó a Zaragoza desde Las Vegas), le dijo que ganarían el pleito y recuperarían las propiedades, pero que necesitarían 20 años. Y él, padre de ocho hijos (una de ellas ganadora del Festival de la OTI en 1986), contestó que no tenía paciencia para tanto. Le dijo que no había nacido para cultivar el rencor, que era un hombre de corazón amplio, simpático, vitalista, y en el fondo irreductible ante los malvados.

Parte de la familia de Simón Tapia se trasladó el viernes a Zaragoza desde Las Vegas, Barcelona y México: aquí vemos a su hijo Rafael, que pronunció un bonito discurso, lleno de humanidad y humor, Luis Lucía y Consuelo Roy, pianistas, León Felipe, nieto de Tapia Colman, y Eva Colman, pianista, discípula y sobrina suya.
Parte de la familia de Simón Tapia se trasladó el viernes a Zaragoza desde Las Vegas, Barcelona y México: aquí vemos a su hijo Rafael, que pronunció un bonito discurso, lleno de humanidad y humor, Luis Lucía y Consuelo Roy, pianistas, León Felipe, nieto de Tapia Colman, y Eva Alcázar, pianista, discípula y sobrina suya.
A. C./Heraldo.

El pasado viernes se presentó en el Aula Magna del Paraninfo la biografía que le ha dedicado la pianista y ahora también bandoneonista Consuelo Roy en el Paraninfo: ‘Simón Tapia Colman (1906-1993): Una vida al servicio de la música. Contribución a la cultura en el exilio republicano español de México’ (PUZ). Acudieron su sobrina y virtuosa del piano Eva Alcázar (que estuvo con él y con su esposa Esperanza en Zaragoza en 1989), el citado Rafael (que recordó el gran corazón de su padre y su capacidad para tener grandes amigos, tan famosos como insólitos), el profesor Juan Ramón Soler, el director de las PUZ, Pedro Rújula.

Consuelo organizó, entre cada intervención, la interpretación de piezas de Simón Tapia a cargo de la violonchelista Nuria Gañet, el violinista Daniel Francés, el también pianista Luis Lluciá y ella misma. Fue una auténtica fiesta de belleza y de emoción, de sonoridad y de evocación. Simón Tapia compuso más de 260 piezas (breves, óperas, sinfonías, etc.) y pocos meses antes de morir interpretaba en casa, al piano y con su voz aguda, fragmentos de su ópera ‘Iguazú’. Ese transterrado se puso la armonía por bandera y burló los trampantojos del odio sin perder la sonrisa.

Fue una auténtica fiesta de belleza y de emoción, de sonoridad y de evocación. Simón Tapia compuso más de 260 piezas (breves, óperas, sinfonías, etc.)
Momento en la presentación del Paraninfo en que actuaba el Trío Salduie: Consuelo Roy, Daniel Francés y Nuria Gañet.
Momento en la presentación del Paraninfo en que actuaba el Trío Salduie: Consuelo Roy, Daniel Francés y Nuria Gañet. Ofrecieron varias piezas del músico de Aguarón. El sábado se presentó elm libro en la localidad.
A. C./Heraldo.
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