Los masajes que les encantan a las Kardashian, en Zaragoza

Nun es un centro especializado en las milenarias técnicas de masaje de la isla indonesia.

Elena Aroz y Carmen Martínez Sancho, socias de Num, masaje balinés.
Elena Aroz y Carmen Martínez Sancho, socias de Num, masaje balinés.
Guillermo Mestre

Siguiendo a su hermano, fotógrafo y casado con una indonesia, la zaragozana Elena Aroz desembarcó en Bali, una isla que le cambiaría la vida. Imbuida de su espíritu, se introdujo en las técnicas del masaje balinés, que van mucho más allá de lo puramente físico para completar toda una filosofía espiritual.

Allí se formó con algunos de los mejores maestros de esta escuela milenaria, entre ellos Masjoko, al que acuden ex profeso gentes de medio mundo, incluidas algunas de las hermanas Kardashian, con Kim a la cabeza.

La zona para tomar el té de Nun, masaje balinés.
La zona para tomar el té de Nun, masaje balinés.
Guillermo Mestre

Todas esas experiencias se transformaron, de vuelta en la ciudad natal de Aroz, en Nun, en una sucursal de la tradición del masaje balinés en Zaragoza. Aroz, junto a su socia Cristina Martínez Sancho, acaba de mudarse a un nuevo local en el 21 de la calle de María Lostal, más amplio que en el que estaban anteriormente, en el que se ofrecen no solo masajes balineses, sino también tailandeses, reconocidos por la ONU como patrimonio de la humanidad.

En Nun, Aroz y Martínez Sancho, llevan a gala "seguir de manera estricta las técnicas de estos masajes, somos totalmente fieles no solo a los métodos, sino a toda la filosofía que los envuelve".

El masaje balinés se caracteriza por llevarse a cabo con aceites y mediante presiones media-fuertes, principalmente de los pulgares. "El ritmo es muy lento", explica Aroz, por lo que resulta “sumamente relajante”.

“La gente se sorprende mucho, cree que tiene siete pares de manos haciendo el masaje, pero en realidad es solo una persona”, comenta Cristina. “Es como un acunamiento”, precisa Elena Aroz. Una tarea en la que la masajista ejerce presión también con su propio cuerpo, subiéndose a la propia camilla, motivo por el cual son más anchas de lo habitual.

Una atmósfera completa

En el masaje balinés, además, las presiones se ejercen en las extremidades a favor de la circulación, por lo que también resultan muy drenantes. El trabajo se completa también con aromaterapia. "La atmósfera es muy importante, los olores, la luz, todo para desconectar y crear sensaciones únicas".

En cuanto al masaje de tradición tailandesa, las masajistas de Nun están formadas en la escuela de Wat Poh, una de las más famosas del país asiático. En este caso se ejerce sin aceite y con la ropa puesta. Como en el balinés, también se utiliza el peso del cuerpo del masajista, casi como si fueran llaves de judo. "Sería algo así como un yoga pasivo", explica Elena Aroz.

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