Sunny War: talento en estado puro
Prácticamente desconocida hasta no hace mucho, tomen nota de su nombre, pues todas las señales apuntan a que Sunny War va para figura (está nominada para seis Grammys) y será difícil volver a verla en un escenario tan íntimo y cercano como el del Rock & Blues Café, donde la noche de Halloween inició su primera gira por nuestro país. Afroamericana oriunda de Nashville, con un turbulento pasado de adicciones y de dar tumbos por la vida –aunque solo tiene 32 años–, su sexto álbum, ‘Anarchist gospel’, ha recibido un sinfín de críticas entusiastas que la sitúan como una de las grandes revelaciones de la música de raíz americana de los últimos tiempos.
Y, viéndola en vivo, no queda ninguna duda de que, efectivamente, los elogios son más que merecidos y estamos ante una cantautora singular, de gran potencial. Sunny exhibe una voz cálida, profunda y sensitiva –por ahí asoman las comparaciones con Joan Armatrading– y es una notable guitarrista de estilo peculiar, que toca con una técnica parecida a la del banjo. Para arroparle, se basta y se sobra un magnífico baterista, el tejano Alan Eckert, preciso y detallista, al que se le nota a la legua la escuela jazzística.
Las canciones de Sunny War reformulan con mirada renovadora esencias del country y el folk, el soul y el blues, el bluegrass y el rockabilly. Con nombres como los de Gillian Welch, Elliott Smith o la citada Armatrading como referencias, a través de piezas como la bellísima ‘If it wasn’t broken’, esa ‘Soul tramp’ que destila elegancia a raudales, ‘New day’, ‘No reason’, ‘Whole’ o una curiosa relectura de ‘She loves you’ de los Beatles reconvertida en hiperlenta balada, Sunny War cautivó a una audiencia entregada. Habrá que insistir una vez más: la música de verdad está ahí dentro, en las pequeñas salas, que permiten descubrir talentos en estado puro como Sunny War.
