música/literatura

La poesía de Sergio Algora se conjuga en presente

El centro Etopia de Zaragoza acoge un acto de reivindicación de la faceta poética del artista fallecido en 2008. Manuel Jabois, Joaquín Reyes y Nacho Vegas se suman desde la distancia.

Martín (pandereta) y Roberto Herreros (guitarra) y Pedro Chicotrópico (bajo) cantan versos de Sergio Algora.
Martín (pandereta) y Roberto Herreros (guitarra) y Pedro Chicotrópico (bajo) cantan versos de Sergio Algora.
José Miguel Marco

"Un día ojeando un periódico vimos una foto enorme de Sergio Algora, la más grande que le habían dedicado nunca, y era porque acababa de sacar uno de sus libros de poesía, y eso nos hizo tremendamente felices porque Sergio Algora es y siempre ha sido, ante todo, un poeta". Estas palabras evocadoras de Juan Aguirre y Eva Amaral sirven para definir lo vivido en la tarde-noche de este sábado en el centro Etopia de Zaragoza. En el marco de la celebración de la jornada FiestUP, a cargo de Arrebato Libros (Madrid), un nutrido grupo de escritores y músicos se han reunido para invocar la leyenda de Sergio Algora (Zaragoza 1969-2008), creador fértil e incontenible.

Han transcurrido 15 años desde la abrupta partida de este artista bohemio y total. Lejos de erosionar su recuerdo, el paso del tiempo ha realzado su influencia y grandeza, tanto en lo literario como en lo musical, como cantante del Niño Gusano, Muy Poca Gente y La Costa Brava. En realidad, ambas facetas se fundían en una, el don de la palabra.

Un fino atleta del verso, con poemarios como ‘Paulus e Irene’ o ‘Cielo ha muerto’, cuyo talento sigue conmoviendo y despertando una admiración que ayer se hizo carne en la capital aragonesa.

"Sergio Algora fue mi Universidad: los años en los que debería haber estado estudiando los contenidos de la carrera, los cambié por aprender todo aquello que pude de Sergio y de su círculo. No me interesaba el canon de la literatura tal y como se enseñaba y, tras leer ‘Paulus e Irene’, todo cambió para mí. Había encontrado un camino que seguir: por ello, más allá de la figura de Sergio como poeta, quiero hablar de su figura como maestro", ha compartido Sebas Puente, voz de Tachenko y vigente ganador del Premio Santa Isabel de Poesía de la DPZ.

Jesús Jiménez, amigo en la poesía y en la vida desde que conoció a Algora en 1986 en el Instituto María Moliner de Zaragoza, ha concretado la magnitud algoriana: "Sergio es el poeta más heterodoxo y libérrimo de su generación. Un verdadero ‘detective salvaje’ al que el oficialismo notarial de las letras aragonesas no pudo domesticar o encasillar y, a veces, entender. Como Rimbaud, que tampoco cumplió los 40, Algora quiso y supo ser poeta (y, por tanto, vidente) aun a sabiendas de que a lo desconocido sólo se llega mediante el desarreglo de los sentidos".

Un retrato que ha enriquecido otro ilustre poeta, David Mayor: "Era constructor de imágenes, poeta imaginista que flirtea con el delirio para convertirlo en expresión siempre inédita, igual que enseñara Lautréamont. Todo en la cabeza y el corazón. Poeta de la explosión del significado, acólito del postismo, creador inmenso de sentidos, aperturas, huellas, cicatrices. Y poeta del amor y de la muerte –tres libros para cada uno–, que miraba y reía, que sabía y perdía. Capaz de interpretar la realidad como no lo esperas, Sergio Algora hacía de la intensidad ‘laberinto de un paso’ y escribía poemas buenos, muy buenos, sobre el placer de estar aquí, apuntalando y dilapidando".

Un discurso que ha profundizado Miguel Serrano Larraz: "Sergio Algora escribía para la muerte o desde la muerte. Es fácil decirlo ahora. Pero también sigue escribiendo para la vida o desde la vida. Fue un mito enorme que se convirtió en un mito menor, en una de esas figuras que parecen inventadas. Su poesía es una fuente de asombro constante, de felicidad y de melancolía. Tenía la capacidad de generar imágenes y el don de convocar lo memorable". Aloma Rodríguez y Octavio Gómez Milián, confidentes y ‘hermanos’, han completado la alineación literaria. En el equipo musical han goleado Francho Pastor Algora (Mediapunta), Kiev Cuando Nieva, Ricardo Vicente, Paco La Higuera con Los Reyes del Joropo, Elle Belga, Roberto Herreros, Álex Ortega (Calavera)...

De Jabois a Joaquín Reyes

No han acudido física pero sí emocionalmente otros feligreses de la iglesia algoriana, que mandaron sus notas. Como el cómico Joaquín Reyes: "Sergio Algora es mi letrista-poeta favorito; me quedaría a vivir en esa estrofa: 'La mujer portuguesa y su bigote de gato, hacen cosquillas a un mono que viste trajes muy caros'".

O el cantautor Nacho Vegas: "Yo me atrevo a conjeturar que Sergio Algora era de una clase mucho más difícil de encontrar: un poeta que encontró en el pop otra manera de proyectar su universo único e inimitable. No sé si el orden es importante, pero creo que Algora era en primer lugar (y en el segundo, y en el último) un poeta; de hecho lo era también cuando no escribía poesía".

En el barco, también Manuel Jabois: "'Como Jesús, yo también caminé descalzo sobre las aguas heladas. Las plantas de los pies me ardían', escribió él mismo, Sergio Algora, que hizo de su poesía el traje elegante con el que se da la bienvenida a las peores fiestas, que siempre fueron las mejores".

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