Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

arte. ocio y cultura

Grandes maestros del arte y exposiciones deslumbrantes para disfrutar en el Pilar

'Azul', la Colección Abelló, en el Museo Goya, y los retratos del siglo XIX, en Caixafórum, conviven con Goya, Picasso, Broto y Gervasio Sánchez

Gervasio Sánchez regresa a la Lonja con uno de los temas que más le han obsesionado: las vidas minadas.
Gervasio Sánchez regresa a la Lonja con uno de los temas que más le han obsesionado: las vidas minadas.
José Miguel Marco.

ZARAGOZA. «La variedad y la calidad hacen que este año el arranque de la temporada expositiva en Zaragoza no deje indiferente a nadie; goza de un magnífico momento abierto a un público muy amplio que abarca desde los grandes nombres de la historia del arte presentes en la Colección Abelló hasta la transformación de España en los años 80 a través de las historias gráficas. Nombres ineludibles de aragoneses como José Manuel Broto o Gervasio Sánchez permiten agrandan la mirada desde la abstracción o el fotoperiodismo», así evalúa la comisaria y crítica de arte Desirée Orús las exposiciones que puede ver estos días quien visite las fiestas del Pilar y busque un poco de solaz, cultura, emoción y belleza más allá de la Ofrenda, el ruido y el desenfado.

Alejandro Ratia, escritor, comisario y crítico de arte, coincide en la observación: hay mucho que ver de calidad: «Se puede decir que solo por el pequeño Gauguin tahitiano del Colección Abelló, que se exhibe en el Museo Goya de Ibercaja, merece la pena darse una vuelta por Zaragoza. Sin olvidar a Gervasio Sánchez en la Lonja. Y otra crónica fotográfica muy distinta: la de la Costa Azul del fotógrafo irlandés Edward Quinn en el yate de Onassis y, a la vez, Picasso compartía tendido con Lartigue y Cocteau», dice. No nos cabe aquí todo lo que hay, que tampoco se agota ahora. Si salimos de las inmediaciones del Ebro podemos seleccionar varios espacios:

1. Lonja. ‘Vidas minadas. 25 años’. Gervasio Sánchez, fotorreportero vinculado a HERALDO, lleva un cuarto de siglo dando constancia de la violencia política y social contra la población de medio mundo. Nunca ha abandonado a las víctimas y esta exposición es un nuevo ejemplo. Y es el triunfo de la justicia social y de la esperanza. Y de su oficio. La muestra, de calidad y emoción, ha sido positivada por el gran maestro Juan Manuel Castro Prieto. Ya lo hemos dicho en otra ocasión: Blume le ha publicado al escritor y fotógrafo cordobés, afincado en Zaragoza, uno de los mejores catálogos de su vida.

2. Centro de Historias. De nuevo, tiene mucho que ver: el Museo del Origami siempre ofrece tesoros, por algo es uno de los mejores del mundo. En la primera planta, puede verse la gran exposición de Edward Quinn, que retrata a Picasso en la intimidad, a sus amigos, la Costa Azul y el festival de Cannes. Un grandioso fotógrafo que estuvo dos décadas cerca del genio. Arranz explica su vínculo con la arquitectura.

El fotógrafo irlandés Edward Quinn fue amigo de Picasso durante dos décadas y lo retrató en la intimidad, con Françoise Gilot y con Jacqueline Roque.
El fotógrafo irlandés Edward Quinn fue amigo de Picasso durante dos décadas y lo retrató en la intimidad, con Françoise Gilot y con Jacqueline Roque.
Guillermo Mestre.

3. Torreón Fortea. ‘40 años de cerámica de la plaza de San Felipe’. Una muestra acogedora y sencilla que registra un período capital en la memoria del barro en Zaragoza y Aragón desde 1982 a 1991. Conmueve ver los inicios de muchos artistas: Fernando Malo, Juan A. Jiménez, Javier Fanlo, el desparecido Amado Lara, Ana Felipe Royo. ¡Cuánto salió de allí!

«Se puede decir que solo por el pequeño Gauguin tahitiano del Colección Abelló, que se exhibe en el Museo Goya de Ibercaja, merece la pena darse una vuelta por Zaragoza", dice Alejandro Ratia
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4. Pablo Gargallo. ‘Kawai. Pasado, presente y futuro. Ira Torres. Una propuesta diferente que demuestra esa forma de crear y de existir de Japón entre la delicadeza y lo brutal, lo tradicional y lo moderno. Ira Torres se suma a un buen puñado de artistas nipones de todas las orientaciones con su propia poética: atrevida, imaginativa, llena de colorido, y asimila muy bien el universo oriental.

5. Museo Goya de Ibercaja. ‘Azul’. Colección Abelló. Esta es una exposición fantástica y variada, una pequeña antología del arte desde la Edad Media (como el maestro de Morata) hasta hoy. Conmueve ver a grandes pintores españoles mezclados con maestros indiscutibles del impresionismo, del surrealismo y del arte moderno: Bonnard, Gauguin, Degas, Picasso, y así hasta Darío de Regoyos, Miró, Ernst, Tàpies o Mompó.

La Colección Abelló contiene una pequeña antología de la historia del arte contemporáneo. Aquí vemos un infrecuente Tàpies.
La Colección Abelló contiene una pequeña antología de la historia del arte contemporáneo. Aquí vemos un infrecuente Tàpies.
Efe.

6. Palacio de Sástago. Ricardo Centellas, buen conocedor de la pintura de Historia, ha decidido organizar una exposición sobre ‘Imagen de Zaragoza, espejo de España’ con los fondos de la Diputación. Hay paisaje, retrato, costumbrismo, grabados, y están Goya, Zuloaga, Marín Bagüés… Se abarca muchos asuntos, entre ellos los Sitios y en el Patio central reclama la atención el retrato de Palafox. El pintor Juan José Gárate está muy presente, y ofrece, entre otras obras, su famoso cuadro ‘Zaragoza 1908’, que tiene algo de diálogo con ‘La pradera de San Isidro’ de Goya.

7. Joaquín Roncal. Carmen Frago y Yaguar. Aunque no sean conocidos: no se la pierdan, se unen una artista clásica, analógica, con excelente mano, capaz de llegar a muchos lugares, con alguien que domina como pocos el arte tecnológico: Yaguar. Olga Julián, coordinadora y programadora del espacio, está encantada con el proyecto: atrae a muchos jóvenes.

8. Patio de la Infanta. IL Salón Internacional de Otoño de Fotografía. RSFZ. Quizá el conjunto acuse algo de efectismo o de artificio, pero hay fotografías interesantes y de calidad de un puñado de países y de muchos artistas. Hay de todo: paisajes, retratos (algunos impresionantes como el que se ha usado para presentar la muestra), grupos, bodegones, arquitecturas, reportajes, algún desnudo. El público sale conmovido.

La exposición del retrato del siglo XIX en Caixafórum: esta es la dependencia dedicada al poder. Al fondo, Fernando VII visto por Goya.
La exposición del retrato del siglo XIX en Caixafórum: esta es la dependencia dedicada al poder. Al fondo, Fernando VII visto por Goya.
Javier Cebollada/Efe.

9. Paraninfo. ‘El viaje’ de Broto: José Manuel Broto resume dos décadas de travesía hacia la luz en las dos salas del Paraninfo: Goya y Saura. Ahí halla un feliz acomodo su pintura de color, de gesto, y de búsqueda de una belleza absoluta que remite a la naturaleza y a la felicidad, y que tiene ecos musicales. La sala África Ibarra muestra ‘Los 80 dibujados. Cómics de la movida aragonesa’, con textos de Antonio Altarriba y coordinación de Julio A. Gracia Lana. Una maravilla con datos e imágenes.

«Zaragoza se abre a una mirada plural en la que clasicismo, historia y contemporaneidad comparten espacio», afirma, a modo de corolario, Desirée Orús.

10. IAACC ‘Pablo Serrano’. Intenta cumplir con su cometido: ser el espacio que lidere las políticas de arte contemporáneo. Programa ‘Estas ruinas que (no) ves son una promesa’, una propuesta fotográfica muy poderosa sobre arquitectura industrial impactante, y ‘El reflejo de lo invisible’, donde convergen las tintas de Asun Valet, la pintura de Silvia Castell y el vídeo de Rosa Castell. A ellos se suman las propuestas de Pablo Serrano, Rafael Canogar, Juana Francés y la obra gráfica de Pablo Picasso.

11. Caixaforum. Se exhiben dos exposiciones fascinantes: ‘Colores del mundo’, basada en obras de artistas de la National Geographic, que explican los colores de la vida cotidiana y del arte, y ‘Siglo XIX. El siglo del retrato’, donde hay obras formidables de Sorolla, los Madrazo, Pinazo, Esquivel y, por supuesto, Goya y Pradilla. También hay escultores y varios fotógrafos, entre ellos el famoso Jean Laurent, que estuvo en Zaragoza y retrató la ciudad.

«Zaragoza se abre a una mirada plural en la que clasicismo, historia y contemporaneidad comparten espacio», afirma, a modo de corolario, Desirée Orús.

José Manuel Broto ante uno de sus cuadros, que es color, ritmo, gesto y arabesco de felicidad.
José Manuel Broto ante uno de sus cuadros, que es color, ritmo, gesto y arabesco de felicidad.
José Miguel Marco.
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