Claudio Barría: "No tenemos que tener miedo a los tiburones, más bien ellos a nosotros"
En las últimas semanas, la superficie del mar ha registrado temperaturas históricas que están modificando la vida submarina.
Son los malos de la película, pero "más bien los tiburones nos tendrían que tener miedo ellos a nosotros", explica Claudio Barría, biólogo marino del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC). Su trabajo está centrado en estos escualos que frecuentan las costas españolas, aunque cada vez menos porque "matamos cien millones de tiburones al año", explica. A ello se suma el cambio climático que los está asfixiando.
¿Cómo están nuestros ecosistemas marinos?El mes pasado registramos la temperatura media más alta a nivel global y esto influye en los océanos y en los mares. Más aún en estos, porque tienen mucho menor contacto con el resto del océano. Esto tiene varias aristas, porque el pH se vuelve más ácido y el oxígeno disuelto disminuye. Es como si a nosotros nos quitan el oxígeno
¿Podemos decir que se están asfixiando muchas especies?Claro, es como si un ser humano viviese en zonas de alta altitud, nuestro ritmo cardíaco se acelera un poco y nos cuesta respirar. Eso mismo ocurre con muchos animales marinos: les cuesta más respirar, su metabolismo sube porque la temperatura aumenta. Se aceleran y su cuerpo necesita alimentarse más
Se encarga de estudiar tiburones y rayas. ¿Está siendo preocupante esta situación en estas especies?Se necesita realizar un seguimiento prolongado en el caso de los tiburones y rayas. Hay alrededor de 118 especies de tiburones y rayas y cada una se va a adaptar de una forma.
¿Cómo les va a afectar?De formas distintas. El mayor impacto es el cambios de temperatura y, también, el pH porque los que viven asociados a arrecifes de coral van a ver modificada su forma de alimentación. En España, por ejemplo, hace un tiempo que se están registrando crías de tiburón azul. Muchos de ellos se están muriendo porque no encuentran alimento en esta zona tan costeras, no sabemos por qué se acercan a las costas, pero la verdad es que hace tiempo que está pasando. Pero, por ejemplo, llevamos un registro de cuatro años de esa misma especie, tiburones azules, frente a la costa de Bermeo y este año hay muchos menos. Con esto quiero decir que estas anomalías térmicas están haciendo que las especies se comporten de una u otra manera y son patrones que se repiten a nivel global.
Esto quiere decir que algo está pasando...Claro, a nosotros el calor nos afecta, pues en el agua mucho más. Un cambio de un grado o dos, genera muchos cambios. Si se cambian las condiciones, son especies que desaparecen, entonces la biodiversidad cambia y los tiburones y rayas son depredadores capitales. Se encuentran en la parte alta de la de la cadena trófica y por tanto son reguladores del resto de la cadena trófica, de todo lo que está bajo ellos. Si desaparecen esas especies, habrá un cambio en la cadena trófica y eso cambia los recursos pesqueros.
Hablaba de Galicia y País Vasco, ¿y el Mediterráneo?Hay alrededor de 45 especies de tiburones y lamentablemente, más de la mitad de ellos están amenazadas o cerca de la amenaza de extinción por la sobrepesca y la degradación de hábitats. De los grandes tiburones, todos están amenazados de extinción y, muchos de ellos a punto de desaparecer. Si alguien tiene miedo a los tiburones, pues creo que no debería tenerlos. Los tiburones deberían tener miedo a nosotros.
Los malos de la película siempre han sido los tiburones...Somos muy antropocéntricos y mostramos más sensibilidad a los que se parecen más al ser humano. Mostramos miedo a las cosas diferentes o a lo desconocido. En la película de Steven Spielberg no se mostraba al tiburón en casi todo el largometraje, solo la aleta y la música y así se jugaba con lo desconocido. Tienen mala prensa, pero creo que en los últimos años la percepción ha ido cambiando y hay mayor preocupación por estas especies que están desapareciendo y juegan un papel muy importante en los ecosistemas marinos.
Al final los peligrosos somos nosotros, ¿no?Sí. Al año, y suena frío, el ser humano mata cien millones de tiburones. Afortunadamente, a nivel Mediterráneo hemos creado las primeras áreas de importancia para estas especies para protegerlas. España está cambiando esa visión y es positivo.
