verano 2023

La Mora Encantada y el lugar donde el Cid se cobró una de sus mayores victorias

Según el ‘Cantar’, en un paraje cercano a Ateca Rodrigo Díaz de Vivar batalló contra más de 3.000 sarracenos y ganó. Los arqueólogos creen haberlo identificado y ya han trabajado en él varios años.

Vista de las excavaciones realizadas en el paraje de La Mora Encantada.
Vista de las excavaciones realizadas en el paraje de La Mora Encantada.
Macipe

Siempre es momento de visitar Ateca, localidad zaragozana que ha sabido conservar tradiciones centenarias, muchas de ellas, sí, con raíces misteriosas y legendarias. Un ejemplo: las torres humanas de tres pisos que los jóvenes de la localidad levantan todos los años para San Lorenzo y la Ascensión. No son 'castells' como los de Cataluña, porque los de Ateca, aunque lentamente, se mueven. Otro ejemplo, la Máscara, personaje que, como el Cipotegato turiasonense, recibe el desprecio y la ira de la población todos los años para San Blas.

Pero en Ateca destaca un enclave que es legendario por partida doble. El paraje se llama La Mora Encantada. Las historias de sarracenas bellas y cautivas que acabaron seduciendo a un cristiano son muy frecuentes en toda España y, también, en toda la comarca de Calatayud. Buena parte de ellas nacieron durante el romanticismo, pero vaya usted a saber si todas nacieron entonces. En Ariza, por ejemplo, hay una leyenda de una joven mora que se enamoró de un cristiano. Algo parecido se cuenta en Orera, que tiene un Cerro de la Mora, o en Sabiñán. O en Bulbuente, Aquilué, Rasal, Alquézar, la Selva de Oza, Jasa... Hasta en la arrasada cueva de Chaves vivió una mora.

El caso de la de Ateca sería uno más si no fuera porque ha resulto el misterio que acompañaba a otra leyenda. Algunos historiadores habían apuntado que quizá en el término municipal de Ateca se encontraba el mítico Alcocer, lugar citado en el ‘Cantar del Mío Cid’ por haberse librado allí una de las más cruentas batallas en las que triunfó Rodrigo Díaz de Vivar. Tres mil musulmanes llegaron desde Valencia para acabar con el Cid, y este resistió en el castillo de Alcócer, sin víveres, durante tres semanas. Y al final les venció y consiguió un cuantioso botín.

En ese paraje cercano a Ateca, en 2017, se descubrieron los restos de una población musulmana del siglo XI y los historiadores ya se aventuraron a asegurar que podía ser el emplazamiento original de la batalla de Alcocer. Las excavaciones, dirigidas por José Luis Cebolla y Francisco Javier Ruiz y financiadas por la Diputación Provincial de Zaragoza, sacaron a la luz distintos utensilios de finales del siglo XI o principios del XII. Además, y esto es lo que apoya la tesis de los historiadores, en el paraje se han encontrado niveles arqueológicos de ceniza en la tierra, restos de vasijas rotas y elementos quemados, lo que indica que el campamento musulmán fue incendiado y abandonado precipitadamente, lo que concuerda con lo contado en el ‘Cantar’.

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