Juan Arnau: “Hacemos fiestas en Shanghái o Las Vegas, pero Monegros es nuestra casa”

Junto a su hermana Cruz tomó en 2022 el relevo de sus padres en la organización del Monegros Desert, un festival al que este sábado acudirán 50.000 personas de todo el mundo

Cruz y Juan Arnau comandan la organización del Monegros Desert.
Cruz y Juan Arnau comandan la organización del Monegros Desert.
Toni Villena

¿Qué siente en la antesala de un acontecimiento tan grande como el Monegros Desert?

Nervios y emoción. Hacemos muchos festivales y fiestas en todo el mundo, pero Monegros es nuestra tierra. Estamos en casa y todavía nos ponemos más presión de la habitual. Estamos con muchas ganas. El martes fue un día duro porque el viento retrasó el montaje, pero ya estamos adelantando.

Este año se cumple el trigésimo aniversario de un mastodonte que nació como una fiesta de sus padres entre amigos.

Es un proyecto que ha ido cogiendo forma. Comenzaron hace 30 años mis padres haciendo una barbacoa en la finca de nuestros tatarabuelos. Y al final se ha convertido en un festival internacional, entre los cuatro o cinco más importantes del mundo en el ámbito del tecno. Estamos muy contentos de que este año haya asistentes de 88 países y nos encanta la evolución que está llevando esta gran cita, cada vez más creativa. No es un producto fácil de hacer, pero nos gusta ponernos retos y seguir mejorando año tras año.

En 2022 acudieron 25.000 personas procedentes del extranjero.

Este año llevamos el mismo camino, con mucho público francés e italiano, que son nuestros mercados principales. También vendrán 1.500 portugueses, 1.000 ingleses, 500 holandeses, 500 alemanes...

Algo especial debe tener el festival para que decidan acudir a un evento en un entorno tan difícil como el del desierto fragatino.

Es parte del éxito del festival. Hacerlo en los Monegros, en una tierra árida, durante 22 horas sin parar, le da una personalidad única a nivel mundial. Estás en el medio de la nada, en un ambiente hostil y salvaje. Curiosamente, eso le incentiva a mucha gente, es una experiencia totalmente diferente.

El año pasado se produjeron quejas sobre el acceso y la salida, la escasez de puntos de suministro de agua... ¿Qué novedades han introducido al respecto?

El año pasado fue complicado porque la anterior edición del festival fue en 2014, en la que había cuatro escenarios; en 2022 volvimos con 55.000 personas y 11 escenarios. Volver a poner la maquinaria en marcha tras ocho años no resultó sencillo. A nivel creativo ofrecimos un gran producto pero en lo operacional teníamos muchos aspectos que mejorar. Las encuestas que hicimos así lo confirmaron. Desde el pasado septiembre nos pusimos a trabajar en ello y no hemos parado. Hemos incorporado un montón de mejoras para que la experiencia sea redonda. Ha sido nuestra máxima.

Ponga algún ejemplo.

Tuvimos problemas con las salidas del recinto y este año hemos contratado a una empresa de gestión de tráfico para que nos asesorara en el desalojo de los párkings. También hemos levantado una nueva estación de autobuses para más de 150 vehículos en el interior. Habrá muchos más lavabos y limpieza, equipos de recogida de basura, 75 puntos de agua, más zonas de sombra, más ‘food trucks’...

Toda esta labor de planificación puede sugerir que están trabajando en la continuidad del festival durante más años.

Sí, nuestra intención es hacer crecer el festival, sobre todo a nivel internacional. Queremos que sea un evento todavía más reconocido en el próximo lustro e intentar atraer a gente de más países. Estamos en nuestra casa, en familia, y conocemos el terreno, por lo que apostamos por un concepto todavía más creativo y espectacular para que clientes de todo el mundo quieran venir a esta maravilla tan singular.

Una de las singularidades es el carácter familiar. Su padre, su hermana, usted... todos están al pie del cañón.

Lo llevamos en la sangre. Somos la quinta generación en el mundo del entretenimiento desde 1870. Lo hemos vivido en casa. Estamos todos implicados, no hablamos de otra cosa y no tenemos hobbys. Nuestra vida es que el público se lo pase bien. Nos movemos por todo el mundo. Organizamos fiestas en Las Vegas, en Shanghái, en Nueva York, en Ibiza... Poder volver a casa y hacer un festival en la finca donde nuestro tatarabuelo comenzó todo nos hace mucha ilusión.

¿Cómo está viviendo el éxito editorial de su padre con la novela que cuenta toda la historia de la saga?

La verdad es que sorprendido. Comenzó a escribirlo hace cuatro años y no le prestábamos mucha atención. El resultado final nos ha llenado mucho. Tener toda la historia de la familia en un libro que va ya por la cuarta edición es una maravilla inesperada. Es un legado que quedará para siempre.

Volviendo al Monegros Desert, ¿cómo valora haber saldado la deuda de contratar a Wu-Tang Clan?

El año pasado se cayeron del cartel a última hora y supuso un golpe. Pero volvimos a la carga y les hemos ayudado para que acudan a otros festivales europeos y así hacer posible su gira. Para nosotros es un sueño. No sé si habrá muchas más oportunidades de verlos en el futuro. Será un concierto épico.

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