Un documento del Pilar anticipa cien años la procesión del Corpus Christi en Zaragoza

Los canónigos de la Seo la celebraron en 1324 y entraron por sorpresa en la entonces colegiata de Santa María

Documento en el que se constata la procesión el 14 de junio de 1324.
Detalle del documento en el que se constata la procesión el 14 de junio de 1324.
Archivo capitular del Pilar

ZARAGOZA. Contrariamente a lo que se pensaba, Zaragoza fue una de las primeras ciudades de España donde se celebró el Corpus Christi. Hasta ahora, el documento más antiguo que atestiguaba su celebración se remontaba a 1423, un momento bastante tardío en la Historia. Y es que la solemnidad del Corpus Christi la instituyó el papa Urbano IV en 1264 y la confirmó Clemente V en 1313. Las celebraciones comenzaron a renglón seguido en los estados de la Corona de Aragón y en 1322 ya se organizó la primera procesión del Corpus en Barcelona. A los historiadores les sorprendía que en ningún documento se hablara de la procesión en Zaragoza hasta cien años después. No encajaba.

Hasta ahora. La archivera del Pilar Ester Casorrán y el archivero de la Seo Jorge Andrés Casabón acaban de publicar un artículo en el que dan cuenta de que en un documento de 1324 que se conserva en la basílica ya se habla de una procesión del Corpus Christi en Zaragoza.

"Esta procesión pionera es de carácter exclusivamente religioso –señala Casorrán–, no es como las del siglo XV, que ya conocíamos, que organizaba la corporación civil y en la que participaban ya las autoridades de la ciudad, los gremios... Hemos adelantado casi 100 años la celebración, aunque seguimos teniendo un hueco, una incógnita por despejar, que es cuándo y cómo esa primitiva celebración religiosa se convirtió en una celebración impulsada desde el ámbito civil. En cualquier caso, al año que viene se podría conmemorar el 700º aniversario de la celebración de la procesión del Corpus en Zaragoza".

El documento revela muchas cosas aunque no establece con rotundidad cuándo se empezó a celebrar la procesión; pero si no fue en ese 1324 fue en uno de los años inmediatamente anteriores. Se trata de un acta que el cabildo del Pilar mandó levantar al notario Pedro Martín de Salinas el 14 de junio de 1324 para hacer constar que cuando los clérigos del Pilar estaban celebrando el Corpus en el interior del templo, entraron allí los de la Seo, interrumpiéndoles. Como llevaban el Santísimo Sacramento, tuvieron que encender cirios, hicieron sonar el órgano y otros instrumentos musicales y la feligresía presente hizo doble genuflexión para recibirlo.

"Esto hay que enmarcarlo dentro del tradicional enfrentamiento entre los cabildos de la Seo y el Pilar –subraya Jorge Andrés Casabón–. El hecho mismo de que se solicitara levantar un acta notarial sobre lo ocurrido da una idea de lo enconado que era ese enfrentamiento.No sabemos qué es lo que sucedió en los años siguientes, pero seguramente en los fondos del archivo de protocolos notariales se podría encontrar alguna clave". Y es que ya a finales del siglo XV la procesión del Corpus se había desarrollado de tal manera que incluso incluía carrozas propias y representaciones de entremeses y pequeñas obras teatrales.

"La propia existencia del documento, y la sorpresa que supuso en el Pilar la irrupción de los canónigos de la Seo –añade Ester Casorrán–, nos induce a pensar que esa fue la primera vez que entraban en la iglesia de Santa María, la primera procesión. Y, por las fechas, nos encajaría perfectamente. La primera en Barcelona fue tan solo dos años antes". Y el documento pone a Zaragoza entre las primeras ciudades que la celebraron, algo por otra parte totalmente lógico, teniendo en cuenta que en Aragón se celebraba ya entonces el milagro de los Corporales de Daroca.

El artículo de Ester Casorrán y Jorge Andrés Casabón se ha publicado en el último número de la revista ‘Artigrama’, presentado hace unos días en la Biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza. ‘Artigrama’ es una revista impulsada desde el Departamento de Historia del Arte y está dirigida por Mónica Vázquez.

Este último número incluye un monográfico sobre los “Fastos, arte y ornatos al servicio del poder”. En él, además del artículo de Casorrán y Andrés, Francisco Marco escribe sobre las procesiones en la antigua Roma, José Luis Corral de los símbolos y el arte en la coronación de los Reyes de Aragón, Eliseo Serrano acerca de la “propaganda política y providencialismo religioso en las fiestas de la Edad Moderna en Zaragoza”, Víctor Mínguez sobre la “astrorealeza e iconografías siderales en las fiestas habsbúrgicas de Nueva España”, María Pilar Poblador de las cabalgatas históricas que exaltaban la Corona de Aragón en el siglo XIX, Francisco Javier Galán sobre las jaculatorias de neón del Pilar y Mónica Vázquez de “los fastos en el primer franquismo”.

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