Blai Ferrer, de Monroyo a la corte del emperador Carlos VI de Austria

El coronel Ferrer, nacido en el Matarraña, luchó en favor de los austracistas en la Guerra de Sucesión (1701-1715). Un libro de Joaquim Monclús y Delvina Serret recupera la biografía de este olvidado militar

Blai Ferrer, de Monroyo a la corte del emperados Carlos VI de Austria
Blai Ferrer, de Monroyo a la corte del emperados Carlos VI de Austria
Delvina Serret

Blai Ferrer, nacido en Monroyo en 1671 y fallecido en Viena (Austria) en 1736, fue uno de los caudillos más destacados del bando austracista en la Guerra de Sucesión Española, librada entre 1701 y 1715 y que se convirtió en un conflicto de dimensiones continentales por el gran número de potencias implicadas. Ferrer, perteneciente a una familia acomodada, lideró un regimiento del bando favorable al archiduque Carlos de Austria en su contienda con el pretendiente Borbón, coronado rey de España como Felipe V. Jugó un papel destacado en el sitio de Barcelona y, después de diversas peripecias, se asentó en la corte de Viena siendo un hombre de confianza del ya emperador Carlos VI, que lo llamaba, afectuosamente, "mi mártir". Sin embargo, la huella de este insigne personaje se había perdido por completo en su localidad natal bajo el peso de los siglos hasta que una investigadora local, Delvina Serret, se tropezó por casualidad con su figura rebuscando en archivos referencias a Monroyo. Con el historiador Joaquim Monclús, preparan un libro que devolverá a Blai Ferrer al lugar que le corresponde en la Historia Moderna aragonesa.

La guerra de Sucesión alcanzó unas dimensiones nunca vistas en suelo español debido a la disputa entre Francia y el Imperio Austriaco por la corona española, vacante tras la muerte de Carlos II sin descendientes. El Matarraña fue uno de los escenarios del conflicto y de allí procede uno de los principales caudillos austracistas, Blai -o Blas- Ferrer, que se decantó por el bando perdedor, una de las posibles razones de su olvido. Porque, como explica Delvina Serret, "la historia la escriben los ganadores". La investigadora reconoce que "nadie" recordaba este personaje en Monroyo hasta que, en 2013, escribió un artículo sobre él en la revista local ‘Plana Rasa’. A raíz de aquella publicación, Monclús contactó con ella y, tirando del hilo, han podido reconstruir la azarosa biografía del militar.

Serret cuenta que Blai Ferrer pertenecía a la burguesía local, enriquecida con la agricultura y, sobre todo, con el ganado ovino y la venta de lana. Antes de verse inmerso en la contienda entre borbónicos y austracistas por la corona de España, el turolense fue caballero de la Orden de Calatrava y justicia de Monroyo. Su casa, que fue quemada por las tropas partidarias de Felipe V, estaba situada cerca del mesón local, en la actual Calle del Mesón, pero no queda ninguna referencia material ni documental Blai Ferrer en su pueblo natal. La biógrafa apunta una posible pista en la toponimia local. Cuenta que en el pueblo existe la masía de Cartagena, cuyo nombre se asocia a un personaje que estuvo preso en la ciudad murciana, lo que se correspondería con Ferrer. Sería, de confirmarse, el único vestigio del coronel que pervive en la localidad turolense.

En una web dedicada a la rendición de Barcelona a los borbónicos el 11 de septiembre de 1714, un texto se lamenta de que "no hay ningún recordatorio ni homenaje al coronel Blai Ferrer, incansable luchador por las libertades del reino de Aragón". La trayectoria de Ferrer como militar al servicio del archiduque Carlos empieza cuando, al poco de iniciarse la guerra, en 1705, organiza una partida de unos cien hombres. Fue "uno de los primeros" en sumarse a la insurrección contra Felipe V, como señala Joaquín Monclús. También colaboró en la operación de rescate del proaustriaco conde de Cifuentes para ponerlo a salvo y trasladarlo a Cataluña. En el conflicto, los territorios de la Corona de Aragón se inclinaron por el pretendiente Habsburgo y los de Castilla, por el Borbón.

Blai Ferrer accede más adelante al grado de coronel y comanda un regimiento de mil hombres durante la guerra. Participa en distintas operaciones en el Maestrazgo, como la toma de Cantavieja o el sitio de Morella (Castellón), pero con la caída del Matarraña, el Maestrazgo y el sur de Cataluña en manos borbónicas, es destinado a Tarragona y Cardona (Barcelona). Finalmente, ocupa el mando del castillo de Montjuic, emblemático en la defensa de Barcelona durante el largo sitio de 1714. En el asedio a la capital catalana, fue uno de los participantes en el consejo de guerra que opto por "la guerra a ultranza" frente a las tropas que comandaba el duque de Berwick, a quien, finalmente, entregó la fortaleza en la rendición de la ciudad. Aunque el comandante atacante había prometido no tomar represalias con las tropas sitiadas, todos los oficiales del ejército derrotado fueron apresados. Ferrer desconfió de las promesas de Berwick y pudo huir para seguir combatiendo a las órdenes del ya emperador austriaco Carlos VI.

Fue apresado por rivales de los Habsburgo en Monroyo y Cerdeña, en 1705 y 1717, yendo a parar, en el primer caso, al presidio de Tolón (Francia) y, en el segundo, a los de Peñíscola (Castellón) y Cartagena (Murcia). En ambos encarcelamientos recuperó la libertad tras sendas operaciones de intercambio de presos. Terminó sus días en la corte austriaca pensionado por el emperador con 45 florines, aunque, como cuenta Delvina Serret, estaba muy maltrecho tras su larga carrera militar. Su hijo, Luis Ferrer, conservó la pensión imperial, aunque limitada a 10 florines. El militar turolense falleció en 1736, con 65 años, en el Hospital de los Españoles de Viena. Terminaba una brillante trayectoria por los campos de batalla de media Europa cuyo rastro se difuminó hasta hoy.

El libro que ultiman Joaquim Monclús y Delvina Ferrer, editado por Dalmau Edicions dentro de la colección Episodios de la Historia, incluirá un prólogo de Agustí Alcoberro, especialista en la Guerra de Sucesión. Monclús explica que el trabajo es el fruto de varios años de investigación. Una fuente importante han sido los anales de la familia de uno de los nietos de Blai Ferrer, Joaquín Ferrer, que contrajo matrimonio en Rubielos de Mora y pasó a ser marqués de Villasegura. Otra vía de conocimiento es la "relación" de los exiliados españoles en la corte austriaca publicada por Giovanni Stiffoni, que destaca al turolense porque su vida parece "una novela", aunque es una "trágica verdad".

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