El 51º Festival Internacional de Cine de Huesca puso este domingo la mesa y el mantel para recuperar se sección de ‘Gastrocine’ en el nuevo Espacio Altoaragón. Un maridaje entre cortometrajes y cocina argentina y oscense de la mano de los chefs Luciano Nanni, uno de los delineantes de la Nueva Gastronomía Rosarina, e Iris Jordán, del restaurante Ancils (Benasque) y representante en la última edición de Madrid Fusión con la mejor tapa de la provincia.

Ambos cocineros prepararon un menú sorprendente y divertido con seis  tapas servidas después de disfrutar de otros tantos cortos, todas ellas con continuas referencias a la tradición y al producto de cercanía de una y otra cocina. La propuesta despertó mucha expectación y de hecho todas las entradas (30 euros) se agotaron.  

"Ha sido una propuesta diferente a lo que acostumbramos a trabajar porque nos saca de nuestra zona de confort y ha resultado bastante divertido ya que hemos tenido que tirar más de imaginación que otras veces", valoró Iris Jordán.

La cocinera del restaurante Ansils fue la encargada de abrir fuego con una atmósfera transgresora. Y lo hizo teniendo como inspiración el corto 'Cocina Aural', que muestra un proyecto sobre cocina y creación sonora con un grupo de personas con discapacidad visual. Las luces de la sala se apagaron y tanto el personal de cocina como de sala salieron con frontales para simular esa oscuridad que sienten los invidentes al comer. Y sirvió un 'Escabeche de nuestro Pirineo' jugando mucho con matices de sabores y crujientes. A la salsa de romesco elaborada con calabaza asada al carbón y ahumada, le añadió un solomillo de jabalí escabechado en frío, unos encurtidos con verduras de su huerto, y tempura de flores de sauco recién recolectadas por la mañana. 

Mientras, después de ver 'Mesa para tres', un corto que pretende concienciar sobre la falta de alimentos, presentó un 'Lamb-wich de Masito oscense', con este cordero ecológico de la Hoya de Huesca y una salsa con los sesos del propio animal "aprovechando así una materia que a veces se desecha". 

Y en 'El canto del cisne', que tiene un final traumático, ofreció un postre "para terminar con buen sabor de boca". Esta hecho con remolachas asadas y chocolate que trabajan ellos mismos desde el grano. 

Iris Jordán agradeció la oportunidad brindada por el Festival de Cinca: "Nunca me había planteado juntar estos dos mundos, pero al final ver en una pantalla una obra de arte y estar comiendo al mismo tiempo mezclando culturas me parece un concepto muy interesante", destacó. .

Mientras, Luciano Nanni propuso para el corto 'Maíces originarios', que recorre la cultura y costumbres que los pueblos primitivos tienen con este cereal, la tapa 'Humita -elaboración propia del norte de Argentina-, cremoso y crocante de maíz', jugando con diferentes texturas. 

Con 'Un día en la Mezzeta', una emblemática pizzería de Buenos Aires, ofreció el plato de 'Fainá -acompañamiento de las pizzerías más clásicas-, hongos Patagónicos y aire seco de queso'. Y, por último, acompañó el corto 'Una receta familiar', donde tres generaciones de mujeres se juntan a cenar, con un 'Cono hojaldrado, mouse de cerdo y frutos secos'. 

Para el chef argentino, "es súper acertado y atractivo fusionar el cine y la gastronomía porque en algún punto cineastas y actores están ligados con los cocineros ya que en ambos mundos hay mucho de creatividad y de querer hacer vivir una determinada experiencia al público".