Manu Chao anuncia un nuevo concierto en Zaragoza el 1 de julio

Hasta el pasado 4 de junio, hacía 22 años que Manu Chao no actuaba en Zaragoza. Pero el éxito de aquel concierto en la sala Oasis fue tan extraordinario que el cantautor hispano-francés ha decidido retornar al mismo escenario menos de un mes después para volver a deleitar al público aragonés. 

La cita será el sábado 1 de julio en el emblemático local de la calle de Boggiero. El aforo es limitado y las entradas ya pueden adquirirse en la página web www.entradium.com/events/manu-chao-acustico-zaragoza-1-julio al precio de 25,45 euros. La rapidez con la que se agotaron todos los boletos en su reciente comparecencia hace aconsejar no dilatar la gestión a aquellas personas que quieran asistir. 

A sus 61 años, Manu Chao prosigue con su guadianesca carrera, alejado de los cauces habituales de la industria musical, renunciando voluntariamente a las pretensiones comerciales y masivas de las que hace dos décadas disfrutó. Sus esporádicos conciertos, escasos y sin un orden lógico, florecen casi por sorpresa por todo el planeta. En este contexto se engloban estas dos incursiones zaragozanas. 

Así presenta Chao su 'show': "El chapulín solo. Lo peor de la rumba, Canciones de rompe y rasca, rolas musicarias; manu a manu solo con guitarra, acompañado de Lucky Salvadori (guitarrita) y Miguel Rumbao (percusión). Aguántame rumba ¡Aguantanamera! Lo peor de la noche te la viene a estresar. ¡Temas nuevos y de siempre! NO solo en china hay futuro! Mundos al revés, equivocadas vidas, vecinas del patio y malegrías, despedidas clandestinas, calles y más calles, bodas y banquetes, entierros y malas vidas".

Las anteriores visitas a Zaragoza

El 2 de marzo de 1991 se produjo la primera visita de Manu Chao y Mano Negra. Acaeció en la plaza de toros de Zaragoza ante unas 2.000 personas. El periodista de HERALDO Matías Uribe plasmó la intensidad del concierto: "El cantante Manu, director de orquesta tan extrovertida, es una bola de sudor y entrega desde el primer instante, los teclados apoyan con rotundidad y la sección de metal pese a la baja del trombonista está en su papel correctamente. Así las cosas, la patachanka, singular denominativo inventado por el grupo para su explosiva mezcla de estilos, arde en escena como una tea inagotable. No hay instantes de flaqueza, nunca baja el ritmo de comunicabilidad y energía. Son dos horas de música rotunda y caliente en una de las mejores propuestas en directo que hoy puedan verse por los escenarios internacionales del rock".

Adquirió el rango de 'mítico' su concierto al frente de su banda Mano Negra en diciembre de 1994 en la hoy desaparecida sala Dezivio. Poco más de medio millar de afortunados pudieron conseguir una de las entradas a la venta. Algunos hicieron cola, incluso, desde la madrugada.

El 23 de septiembre de 2001 compareció en el pabellón Príncipe Felipe ante 7.000 espectadores para la presentación del disco 'Próxima estación: Esperanza'.