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Aquellos adolescentes que descubrieron el mundo en la Universidad Laboral de Huesca

Más de 150 exalumnos de todo el país de los cursos de 1967, 1968 y 1969 se reúnen en el Instituto Pirámide desde 2010 y organizan un festival el día 3 de junio.

Grupo de estudiantes de 1967. El director del colegio les pidió que escribieran su primera carta a casa y que dijeran que estaban bien, según recuerda González Baragaña.
Grupo de estudiantes de 1967. El director del colegio les pidió que escribieran su primera carta a casa y que dijeran que estaban bien, según recuerda González Baragaña.
Archivo Los Heavys de la UNI.

“Empecé a acudir a las quedadas con mis excompañeros de la Universidad Laboral de Huesca, de los cursos de 1967, 1968 y 1969, por curiosidad y por deseos de vivir algo así como una experiencia proustiana, un auténtico viaje en el tiempo”, dice el químico y actor Rufino Sánchez Esteban (Rodenas, Teruel , 1952), que se ha hecho famoso en las tablas de Aragón y en el cine como Rufino Ródenas. 

Él, entre otras cosas, será el animador de la quedada de ‘Los heavys de la Laboral’, que se van a reunir el sábado 3 de junio en el instituto Pirámide Huesca, antigua sede de la Universidad Laboral de Huesca, que recogió, desde su apertura en 1967, con “las obras en marcha y un auténtico caos de maderas, ladrillos y arena por aquí y por allá”, a alumnos de extracción modesta de todo el país becados por el régimen de Franco.

Rufino Sánchez Esteban; "Primero se reunían 10 o 20 alumnos; y poco a poco fue creciendo la cifra. Yo me sumé en 2015 y participo activamente, como hacemos todos, con lo que cada uno sabe hacer en lo que se denomina ‘The Pyramid’s Show"

Una vieja tradición de la convivencia en España y en otros lugares del mundo es que los estudiantes que han compartido aulas durante uno o varios cursos sienten la necesidad de, veinte, treinta o cuarenta años después, desandar el paso del tiempo para reencontrarse con compañeros de pupitre, de laboratorio, de deportes o de recinto educativo. Un ejemplo, uno más con sus peculiaridades y sus historias humanas que nos recuerdan que el periodismo es un cuento, o que la vida es el cuento más fantástico, es la vivencia que narra Rufino, y con él otros muchos alumnos de esos tres cursos.

Niños de todo el país de extracción modesta

“Hay muchos otros grupos, con diversos nombres. Nosotros somos ‘Los Heavys de la UNI’. Las quedadas comenzaron en 2010. Al principio se hacían en el propio recinto y se comía en el restaurante La Lifara -indica Rufino -. Aquí hablo de oídas, por lo que me han contado los compañeros. Primero se reunían 10 o 20 alumnos; y poco a poco fue creciendo la cifra. Yo me sumé en 2015 y participo activamente, como hacemos todos, con lo que cada uno sabe hacer en lo que se denomina ‘The Pyramid’s Show’. Tenemos que llevar un carnet con una foto actual y una de entonces. Hemos publicado un libro, ‘Cuentos, relatos y vivencias’, editado por la Agrupación de Antiguos Alumnos de la Universidad Laboral de Huesca (promociones del 67, 68 y 69)”, dice el actor de ‘Rutinas’, el cortometraje de Jorge Aparicio que se estrenará el domingo 4 de junio en el Centro de Historias de Zaragoza.

El actor y exestudiante de Física y Química Rufino Ródenas con sus retratos de entonces y de ahora.
El actor y exestudiante de Física y Química Rufino Ródenas con sus retratos de entonces y de ahora.
A. C. /Heraldo.

Rufino Rodenas se cambió el apellido en los años 70 porque coincidió con Dionisio Sánchez, el director de El Grifo, y “pensé que éramos muchos Sánchez en la escena de la ciudad ja ja ja”. Dice que no quiere asumir ningún protagonismo, que esta es una historia coral, una historia de España, del descubrimiento del mundo y de la amistad. “Yo era un niño de pueblo de Teruel de la sierra de Albarracín, Ródenas, de ahí mi apellido, que había cursado Estudios Primarios con la ‘Enciclopedia Álvarez’. Allí la gente trabajaba en el campo o en las minas de Ojos Negros. Podías quedarte en el pueblo en una tarea a jornal o salir a Zaragoza. Mi madre se enteró de que convocaban unas becas y mandó una carta”. Al cabo de un tiempo recibió la buena noticia: su hijo Rufino recibiría una beca para estudiar Oficialía Química en la Universidad Laboral de Huesca.

“Yo nací en 1952 y fui allí con poco más de catorce años. Recuerdo que en mi primera carta le escribí a mi madre: ‘Aquí nos dan postre todos los días’. Aquello me pareció un mundo maravilloso. Mis padres, a los que veía en Navidad y en Semana Santa, me daban unas 600 pesetas (algo más de 3 euros de hoy), para cada trimestre. Allí conocí muchas cosas de las que no sabía nada: el teatro, el cine, la jota, la rondalla. Salíamos a ligotear por Huesca, etc. Insisto: tengo un recuerdo fabuloso de Huesca, sensacional porque allí descubrí un mundo del que no sabía casa nada”, cuenta Rufino.

Rufino Ródenas: "Yo nací en 1952 y fui allí con poco más de catorce años. Recuerdo que en mi primera carta le escribí a mi madre: ‘Aquí nos dan postre todos los días’. Aquello me pareció un mundo maravilloso"

A Rufino le sucedió algo muy curioso: como su formación en física y química era deficiente, los educadores lo obligaban a estudiar y recuperar para no perder comba. “Sí, por eso me perdí muchas cosas de otras actividades. Recuerdo algunos profesores. Uno de ellos, con mucho humor, Gutiérrez, nos hablaba del ácido y decía que era ‘abrasivo’ y hacía una broma: ‘Aquí él debe ir siempre sobre ella’. Recuerdo que el rector era Enrique Sánchez Carrasco, que luego sería alcalde de Huesca. Muchos de los profesores eran muy jóvenes, con poco más de 20 o 21 años, y algunos se han incorporado a las quedadas”.

Había otra cosa que unificaba a los alumnos: les daban vestuario completo por partida doble: dos calzoncillos, dos camisetas, dos pantalones, dos chaquetas, dos pares de zapatos, etc. “Cuando íbamos a Huesca, las chicas preferían ligar con nosotros. A sus compañeros los conocían de todos los días, y entre nosotros había de todas partes de España -recuerda-. Y ocurría una cosa muy curiosa: siempre había algo que nos identificaba, sobre todo los zapatos. Cuando se producía alguna gresca, si era universitario lo veíamos por los zapatos, a lo mejor, y allí íbamos a socorrerlo”. 

Una vida lejos de casa

Rufino aprobó pero perdió la beca y se fue a Barcelona para seguir estudiando. Y allí, haciendo de extra, tendría la oportunidad de trabajar en ‘Un enemigo del pueblo’ con Fernando Fernán Gómez, Emma Cohen, Agustín González y Marisa Ponte. Eran seis hermanos en casa: una hermana logró beca para la Universidad Laboral, de chicas, de Zaragoza, y otra hermana se fue a Molina de Aragón.

1968. Un grupo de estudiantes en el querido y recordado laboratorio.
1968. Un grupo de estudiantes en el querido y recordado laboratorio de la Universidad Laboral de Huesca.
Archivo Los Heavys de la UNI.

Experiencias como la de Rufino las cuentan para HERALDO.ES alumnos como Luis Hernández Parras, que reside en Sevilla. Dice: “Yo ingresé en la Universidad Laboral de Huesca en octubre de 1968, después de un viaje de muchas horas de noche en tren desde la estación de Atocha en Madrid y parte de la mañana siguiente atravesando toda Zaragoza, andando con unos desconocidos horas antes, para subirnos en La Oscense y llegar a Huesca. Y tras un breve viaje desembarcar en aquella recepción, inmensa para mí, que sería mi casa en los siguientes años. No me sentí extraño ni añoré lo que dejaba atrás, en Madrid. Iniciaba una aventura que me marcó en mi forma de ser y de entender la vida. La UNI se convirtió en el centro de mi vida, desde allí me proyectaba, conocí nuevos lugares, muchísimos en autoestop, se impregnó en mí el sentimiento de compañerismo, de valorar lo poco de que disponíamos”.

Ramón Enfedaque, entre otros asuntos, se centra en la arquitectura y el ambiente de la Universidad: “Imponente pirámide en construcción, en el hall una macro carpintería cortaba madera para forrar el interior de la pirámide, una vez identificados nos asignaron habitación, un pequeño banco y unos hierros nos recibían en el interior de la misma, en los pasillos empezamos a entablar conversión con los que luego serian compañeros de andadura durante años. Nos dieron instrucciones y nosotros mismos montamos las literas para cuatro personas, después de recoger los colchones, la ropa de cama y ya instalados sin armario a cenar y a la cama. Duro día, era el principio”.

Francisco Ríos venía desde Madrid y ahora reside en El Tiemblo (Segovia). Recuerda el estado del nuevo centro pedagógico: “De Madrid a Zaragoza, en la Oscense a Huesca y de allí a la UNI, donde nos encontramos con los hierros y material de construcción esparcidos por todas partes y un bullir de chavales buscando su espacio”.

Así ha rescatado Rufino Ródenas sus carnés de estudiante y de sus compañeros, algunos ya fallecidos.
Así ha rescatado Rufino Ródenas sus carnés de estudiante y de sus compañeros, algunos ya fallecidos, en su último curso en la Laboral.
Archivo Rufino Ródenas.

Juan González Baragaña, desde San Sebastián, donde vive, recuerda también su llegada, algo que casi todos describen con mucha nitidez: “Mi paso por la UNI fueron tres años, tres maravillosos años. Salir de casa en 1967 con catorce años, para inaugurar la Universidad Laboral de Huesca, fue mi mejor aprendizaje. Acceder a una enseñanza universitaria seglar, lejos de casa y en régimen de internado fue toda una aventura. Enseguida tuve muy claro que aquello que estudiaba no iba a ser mi futuro; resolvía los cursos sin demasiada dificultad y me ocupaba, junto a los amigos que tenían interés por las artes escénicas, en hacer teatro y con los músicos, a interpretar a mis ídolos de la época; Simon & Garfunkel, Beatles, Dylan, Bee Gees…”. 

Aunque ahora, en las reuniones o quedadas, Rufino Rodenas dice que “no se habla de política ni de religión”, González Baragaña explica: “Mis primeros debates sobre política fueron con los compañeros catalanes y vascos, siendo la UNI el comienzo de una activa vida de militancia antifranquista. La manera de gestionar mi nueva vida lejos de la familia y aquella relación fraternal con los compañeros, nos hacía cómplices, para dar luz y color a aquellos años de blanco y negro, creando una nueva manera de relacionarnos, y de expresarnos con mayor libertad. Con 18 años abandoné la UNI y volví a Donosti”.

Estudiantes de Preparatorio de 1971. Cambia la indumentaria, el desenfado y los pelos, entre otras cosas.
Estudiantes de Preparatorio de 1971. Cambia la indumentaria, el desenfado y los pelos, entre otras cosas.
Archivo Los Heavys de la UNI.

Guillem Ferrer, que reside en Barcelona, hace balance de su larga estancia: “En los siete años que fui alumno de la UNI, el aprendizaje de los conocimientos científicos y técnicos que posteriormente marcaron mi destino profesional vino acompañado de unos valores humanos que forjaron mi carácter en la inmejorable escuela de vida que significó para mí la estrecha convivencia con el resto de alumnos y educadores del Centro. También fue toda una enriquecedora experiencia compartir los tres últimos cursos de Ingeniería con un pequeño porcentaje de féminas, que significaron el embrión de la actual coeducación. Desde aquí, mi reconocimiento a su valor y a todo lo que nos aportaron en aquellos tiempos de censura y represión”, señala.

Las quedadas comenzaron en 2010, gracias a la iniciativa de otro exalumno, Miguel Blasco. Con el Facebook y las redes sociales todo ha sido más fácil. Ya han sido trece quedadas en la capital oscense con sus rituales: la cita el último sábado de mayo en el Instituto Pirámide (este año se cambió por las elecciones), donde estaba la Laboral, visita a las aulas, al laboratorio, a los dormitorios, paseo por el recinto y luego se organiza el festival ‘The Pyramid’s Show’. “Desde el año pasado, gracias al director del Instituto Pirámide, Fernando Mur, comemos allí en los mismos comedores donde comíamos de adolescentes. Queramos o no viajamos en la máquina del tiempo. Algunos vamos incluso a dormir la noche del viernes. La inmersión, por lo tanto, es completa y muy emocionante”.

Quedadas, paseos, conciertos y amistad 

En el gran concierto, antes de comer, se hace un espectáculo, conducido por Rufino Ródenas (que dará vida a Goya y al payaso Rufus Farcero), donde habrá un poco de todo: pintores, fotógrafos, escultores, grabadores que muestran sus trabajos, todos ellos exalumnos, se entiende; un vídeo preparado por Paco Ríos; poesía con Alfonso Calderrada; taekwondo con José Antonio Casales; y se recordará a los alumnos que han fallecido en la sección 'In Memoriam'. En la segunda parte, habrá rondalla, humor, gaita de boto, música en directo, etc. “Cada año tenemos un lema, y el de 2023 es ‘Amigos para siempre’ y seguimos fieles a nuestro compromiso con Payasos sin fronteras, para los que recogemos también todo el dinero que podemos", añade Rufino Ródenas.

"Queramos o no viajamos en la máquina del tiempo. Algunos vamos incluso a dormir la noche del viernes. La inmersión, por lo tanto, es completa y muy emocionante”, dice Rufino
Retrato de los exalumnos, ahora setentones o muy cerca de esa edad, que ofrecerán numerosas actividades: música, poesía, taekwondo, arte, etc.
Retrato de los exalumnos, ahora setentones o muy cerca de esa edad, que ofrecerán numerosas actividades: música, poesía, taekwondo, arte, etc.
Archivo Los Heavys de la UNI.

La quedada de ‘Los Heavys de la UNI’ significa muchas cosas: un canto a la amistad, la recuperación de un tiempo ido o la expresión de una forma de orgullo, una visita a la memoria y a la historia de España. Luis Hernández Parras escribe: “Me siento tremendamente orgulloso de pertenecer, ahora, en estos momentos de mi vida, a este grupo que me enlaza con mi infancia y mi juventud”. Ramón Enfedaque realiza este balance: “Fueron años felices sin el calor de la familia a la que sustituíamos con la amistad, una amistad reencontrada de nuevo en el grupo Heavy. ¿Qué quiere decir ‘Amistad’: afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

“Vernos envejecer, felicitarnos cada año en los cumpleaños, compartir los temas de salud que la vida nos trae o alegrarnos de los nietos que dan nueva vida a nuestras familias, no sólo es bonito, es un signo de identidad en el grupo", dice desde San Sebastián González Baragaña

Paco Ríos explica: “El reencuentro me producía un cierto vértigo, vidas distintas, historias diferentes, casi como en 1967. Encontré gente con más arrugas, con más achaques, con menos pelo, pero dentro eran los mismos de quienes me alejé en 1970. Además añadí amigos nuevos de los cursos del 68 y del 69 enriqueciendo mi memoria con relatos de cosas que no viví aún estando tan cerca de ellos aquellos años. Ahora, como entonces, intercambiamos experiencia, que es mucha y nos reconocemos en nuestro mundo y en el de los demás. Todos formarán parte de mi vida hasta el final de los días”.

Un concierto de San José Obrero con González Baragaña, a la izquierda; Chema Lapresa, detrás de la joven, y Manolo Menéndez a la derecha. "Solían organizarse estos festivales y a veces venía una presentadora. No recuerdo su nombre", dice González Baragaña.
Un concierto de San José Obrero con González Baragaña, a la izquierda; Chema Lapresa, detrás de la joven, y Manolo Menéndez a la derecha. "Solían organizarse estos festivales y a veces venía una presentadora. No recuerdo su nombre", dice González Baragaña.
Archivo Los Heavys de la UNI.

Todos están muy contentos de haberse reencontrado y de trabajar para esta quedada -“la de Huesca es la más especial”, dice Rufino Ródenas– con actividades y con sus respectivos talentos. González Baragaña, que toca la guitarra y la armónica, explica la razón de otro himno: “Volver a Huesca en el 2015 y reconocer las caras de algunos de mis compañeros de UNI, fue muy emocionante. Había preparado con mi guitarra una versión de ‘The Sound of Silence’ de Simón & Garfunkel, con una técnica muy mía y que consiste en cambiar la letra original por otra que cuenta una historia común a los que estuvimos en la UNI. Me acompañaron en aquel bolo varios amigos de entonces, junto a otros nuevos para mí y la cantamos en la Pirámide. Hoy esa canción es nuestro himno y quedó escrito en la contraportada del libro que editaríamos unos años más tarde, con relatos de cincuenta de nosotros”.

Acerca de ese binomio de nostalgia, reencuentro y cariño, expresa el exestudiante de San Sebastián: “Vernos envejecer, felicitarnos cada año en los cumpleaños, compartir los temas de salud que la vida nos trae o alegrarnos de los nietos que dan nueva vida a nuestras familias, no sólo es bonito, es un signo de identidad en el grupo. El respeto a las ideas de otros y la aceptación de la diversidad, también nos hace crecer como personas. Hay una identidad colectiva que nos hace sentirnos orgullosos de ser ‘Los Heavys de la UNI’”. Algo que también ratifica Rufino Ródenas con una frase casi goyesca: “Allí empecé a vivir”.

EQUIPO DE 'LOS HEAVYS DE LA UNI'

Presentación: Rufino Ródenas. Técnicos de sonido: Iñaki Usua y Anttón Rodríguez. Audiovisual y foto: Paco Rios. Poesía: Alfonso Calcerrada. Taekwondo: José Antonio Casales. Audiovisual, músico y humorista: Ramón Enfedaque. Música : Javier Arques, Ángel Ibañez, Tomás Sanz y Manolo Pascual. Humoristas: Juan Godoy y Armando Marina. Gaita de boto y talla: Enrique Gil. Músico: Juan Baragaña. Jotero: Rafael Hernández. Agradecimientos: Fernando Mur (director del centro y 'heavy de honor). Hospedaje y Restauración: Blas Matas. Tesorero: Jesús Ibor. Coleccionista: Patxi Fernández. Pintores: Florentino Albarrán y Javier Arques. Escultores: Anttón Idiazabal y Pedro Álvarez. Fotografos: Miguel Bolea y Pepe Congost. Encuadernación artesanal: Enrique Tiscar. Artista Invitada: Mariana Mombiela.

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