"Volver a la Laboral es muy emotivo, fue una oportunidad única de formarnos"
Marisol Luna ha asistido al inicio del derribo de las instalaciones en las que estudió entre 1981 y 1985 y que en poco más de un año albergará un centro logístico de Montepino.
Se formó hace cuarenta años en la Universidad Laboral y este viernes ha vuelto para darle el último adiós. A las diez y media de la mañana, mientras Marisol Luna depositaba una banda de graduación en una cápsula del tiempo en el vestíbulo del edificio central, un martillo demoledor ha empezado a deshacer las terrazas de la residencia del personal de la institución. Cerrada desde 1997, en cuestión de siete meses será un solar de 38 hectáreas sobre el que Montepino va a construir un centro logístico, que piensa abrir en poco más de un año. "Volver a la Laboral, como le llamábamos las alumnas, es muy emotivo, fue una oportunidad única de formarnos", ha confesado.
Invitada por el Gobierno de Aragón, ha participado en el acto protocolario del inicio de las obras y, de forma muy diplomática y sin opinar, ha trasladado su deseo de que el lugar "transmita a sus nuevos moradores lo que supo inculcar" a ellas, "valores de solidaridad, compromiso, la dignidad y la integridad".
En un emotivo y breve discurso, ha recordado que la mayoría de las alumnas procedían como fue su caso de pueblos, "con pocos recursos económicos", por lo que pasar por esta institución les permitió tener "un futuro mejor personal y profesional, crecer como personas y forjar grandes amistades". Hasta el punto de confesar que la Laboral "imprime carácter" y que en su caso, casualidades del destino, le llevado a ejercer ahora como funcionaria en la Dirección General de Igualdad y Familias.
Junto a Marisol Luna ha participado en el acto un representante del antiguo personal, Javier Moreno, que ha depositado dos ejemplares de prensa en la misma urna que se enterrará en las obras para cumplir con la tradición. La antigua alumna también ha tenido palabras para el profesorado y las tutoras que velaban por ellas. "Qué decir del magnífico profesorado, que desde su libertad de cátedra y laicidad nos transmitieron grandes valores. Eran felicitados cuando hacíamos las pruebas de acceso a la Universidad", ha aseverado.
A estas dos personas que estuvieron varios años de su vida en la Laboral se han sumado la directora general de Patrimonio, Marta Aparicio, el fundador de Montepino, Juan Vera, y el consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, que han depositado a su vez monedas, un lápiz de memoria con el proyecto del centro logístico, el acuerdo del Consejo de Gobierno para la venta del suelo y un ejemplar del Estatuto de Autonomía.
Tras el acto protocolario, han acudido al inicio de los trabajos de demolición. Les han acompañado varias antiguas alumnas, como Silvia Gimeno, que también se formó en la Universidad Laboral, procedente de La Mata de los Olmos. 34 años después, es alcaldesa de su pueblo y diputada autonómica por el PSOE.
