‘Doctor en Alaska’, la serie de los noventa que sigue enganchando
Esta ficción de culto, ausente de las plataformas hasta hace apenas dos meses, se emitió por primera vez en España hace 30 años y sigue tan vigente como entonces.
Al principio, cuando fue concebida como una sola entrega de ocho capítulos para su emisión en verano, ni sus propios creadores, Joshua Brand y John Falsey, imaginaban que ‘Doctor en Alaska’ (’Northern exposure’, en su título original) alcanzaría los 110 episodios, a lo largo de seis temporadas, y ganaría siete premios Emmy y dos Globos de Oro. En EE. UU. estuvo en antena entre 1990 y 1995 y llegó a La 2 de TVE el 30 de abril de 1993, tres años después de su estreno norteamericano. En la tele española comenzó a programarse los viernes, a las 23.30.
La clave de su éxito radicaba, en parte, en un argumento que utilizaba el recurso narrativo del pez fuera del agua: Joel Fleischman, un médico de Nueva York, cuyos estudios de Medicina han sido financiados por el Estado de Alaska, debe prestar sus servicios durante cuatro años en un pequeño y recóndito pueblo (Cicely) para saldar su deuda. El choque que planteaba el que un urbanita se adaptase al modo de vida de una localidad enclavada en un entorno salvaje y natural, con una serie de peculiares protagonistas, daba lugar a tramas de lo más disparatado, inteligente y divertido.
A medida que la ficción fue avanzando, el personaje de Fleischman (Rob Morrow) se integró con el resto del elenco y se transformó en una serie coral, con personajes como el exastronauta Maurice Minnifield (Barry Corbin), la intrépida e independiente piloto Maggie O’Connell (Janine Turner), el locutor de la emisora K-OSO Chris Stevens (John Corbett), el cinéfilo nativo Ed Chigliak (Darren E. Burrows), la secretaria Marilyn Whirlwind (Eleaine Miles), la pareja al frente del bar The Brick, Holling Vincoeur (John Cullum) y Shelly Marie Tambo (Cynthia Geary), y la dueña de la tienda del pueblo, Ruth-Anne Miller (Peg Phillips).
Todos los personajes funcionaron como un engranaje perfecto a lo largo de los distintos capítulos, que a menudo mezclaban lo cotidiano con momentos trascendentales en los que lo mismo se citaba a Kierkegaard o Joyce que a los Monty Phyton. Incluso en uno de los episodios, ‘Mr. Sandman’, se evoca el realismo mágico de Gabriel García Márquez y su obra ‘Cien años de soledad’.
En la prensa, algún medio de la época presentó ‘Doctor en Alaska’ como una «‘Twin Peaks’ para la gente normal». Pero lo único que tenían en común es que David Lynch también rodó en el estado de Washington, donde se encuentra Roslyn, localidad que representaba el pueblo de Cicely.
Rostros conocidos
Por este lugar ficticio se dejaron caer rostros populares como el director de cine Peter Bogdanovich, el músico Adam Ant, un jovenzano Jack Black o la actriz Joanna Cassidy (la replicante Zhora de ‘Blade runner’), que aparecen en distintos capítulos.
El pasado mes de febrero, la plataforma Filmin colgó sus seis temporadas completas y ahora también está disponible en el canal Enfamilia (Movistar+, Vodafone TV, Orange TV...), lo que ha dado a ‘Doctor en Alaska’ una segunda vida y la oportunidad de que nuevas generaciones de ‘serieadictos’ la descubran. También para quienes la revisiten supondrá un remanso de paz entre el habitual atracón de ficciones de las plataformas. Pero lo más significativo es que, 30 años después, no ha perdido un ápice de frescura. Algunas de las cuestiones que abordaba con anticipación en los noventa, como el cambio climático, la diversidad sexual o el empoderamiento femenino, son las mismas que hoy siguen preocupando y por las que se continúa luchando.
Lamentablemente, la serie precipitó su final con la marcha de Rob Morrow avanzada la sexta temporada –en 1994 aceptó el papel que le ofreció Robert Redford en ‘Quiz show’–. Un nuevo médico, el doctor Capra (Paul Provenza) llegó al pueblo junto a su esposa (Teri Polo), pero ya no fue lo mismo. El problema no era la marcha de Morrow sino que al ser una serie coral, en la que cada espectador se identificaba con uno o varios personajes, se echaba en falta la química del elenco inicial.
‘Cicelianos’ en Gallocanta
Desde hace 26 años, Cicely está muy presente en Gallocanta. Javier Mañas abrió el albergue Allucant en esta localidad zaragozana a mediados de los 90. Por entonces veía en la tele ‘Doctor en Alaska’, de la que era y es fan. Un amigo suyo, Mariano Alvira, le comentó que existía en internet un canal de IRC –el abuelo de WhatsApp– que se llamaba The Brick, en el que hablaban de organizar una quedada de fans de la serie. «Se lo comenté a Javier y ofreció su albergue para hacerla. Y así comenzó una cita anual con 13 ediciones ininterrumpidas. En ese tiempo vino gente de Madrid, Galicia o Barcelona, entre otros lugares», recuerda Alvira.
A los 20 años de la primera quedada repitieron la celebración, y también a los 25 –en 2022–. Este año organizan otra, que tendrá lugar del 23 al 25 de junio. «En estas reuniones hay muchas charradas alrededor de una mesa, referencias a Cicely, humor, conciertos y versiones musicales de canciones de la serie», comenta Mañas.
Acerca de esta ficción, Alvira reflexiona que «no tiene acción, pero sin embargo las historias que cuenta son interesantes, y en algunos casos nos influyen en la manera de ver la vida y de intentar sacarle un poco de magia a cosas cotidianas. Viéndola, en cualquier momento, puedes escuchar una buena canción, una poesía o un fragmento literario y pensar que viene al pelo de un conflicto emocional o de algo que está pasando».
