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Juan Martínez, una vida para la música: de Los Ruidos a Camarón y Lola Flores, y hermano de Jorge Ilegal

Celebrará este sábado el 40º aniversario de su banda Los Ruidos con un concierto en la Ley Seca de Zaragoza. 

Los Ruidos, con Juan Martínez en el centro.
Los Ruidos, con Juan Martínez en el centro.
Heraldo.es

Hay existencias que son vividas con una intensidad máxima, de dedicación a la música y que generan un sinfín de anécdotas dignas de ser contadas en un libro. Este es el caso del asturiano Juan Martínez, que celebra este sábado el 40 aniversario de su banda Los Ruidos con un concierto en la Ley Seca de Zaragoza (21.00) en el que también participará la formación andaluza El Barbas. 

El primer apunte biográfico resaltable es que se trata del hermano de Jorge Martínez, el líder de Ilegales. De hecho, ambos crearon a finales de los 70 Madson, un proyecto que con su disolución separó los caminos musicales fraternos: Jorge fundó Ilegales y Juan, Los Ruidos. "Jorge es siete años mayor que yo y, como es lógico, vivíamos en la misma habitación, compartíamos discos y los escuchábamos en un viejo tocadiscos ‘La voz de su amo’. Para despertarnos solíamos poner discos contundentes como la Creedence. Al principio ensayábamos en la habitación usando de amplificador el armario empotrado. Donde yo apoyaba la pala del mástil de mi bajo Burns. Luego me construyó un ampli a pilas con una radio vieja. De aquella no había afinadores electrónicos y Jorge afinaba las guitarras, a oído. Se fue a la mili y no tuve mas remedio que aprender a afinar con la ayuda de un diapasón de soplar", rememora Juan. 

Jorge (izquierda) y Juan (centro) Martínez, en la banda Madson.
Jorge (izquierda) y Juan (centro) Martínez, en la banda Madson.
HA

Los Ruidos ha sido una aventura un tanto guadianesca que vuelve a la carga para celebrar una fecha redonda, el 40º aniversario de su nacimiento. Un buen momento para hacer un balance del camino recorrido: "Cuarenta años no son nada. Parece que todo sucedió ayer por la mañana. En realidad, creo que Los Ruidos somos como una banda nueva, ya que nunca dimos el zarpazo definitivo desde que empezamos en plena Movida Madrileña. Hemos sido excesivamente generosos con otras bandas. Ahora mismo estamos llenos de energía e ideas mientras los grupos de esa época ya lo han dicho todo. Hemos aprendido a manejar distintos tipos de música creando un muro de sonido propio, bien macerado, y nos queda mucho por decir", explica.

Esta nueva encarnación de Los Ruidos (Juan Martínez es la única pieza inamovible en estas cuatro décadas) presenta una interesante mezcla. "La gente que vaya el sábado a la Ley Seca encontrará a tres tipos muy distintos. Con personalidades bien marcadas y edades diferentes. Jaime Suárez, el batería, es mi mano derecha, lleva en Los Ruidos unos 12 años y sabe bien cómo respiro, formando una base de trío contundente, donde Román Fernández con tan solo 23 años vuela con las guitarras. En esta gira estamos presentando nuestro nuevo álbum, 'Los Ruidos en Directo', que era muy necesario y sintetiza lo mejor de nuestra trayectoria", completa.

Camarón, Lola Flores, Extremoduro...

Los caminos de la música también han llevado a Juan Martínez a compartir momentos trabajando en el sonido con Camarón de la Isla, Lola Flores o Extremoduro, entre otros muchos. "Desde principio de los 80 descubrí de forma accidental que tenía una sensibilidad especial para el sonido y la producción y empecé a trabajar en giras interminables con montones de artistas de distintos estilos como Dr John, Exploited, Weather Prophets, Ilegales, Extremoduro, Los Pistones, Semen Up y muchos más. Luego creé mi propio estudio, Magoo Studio", asevera.

Jamás olvidará su labor con Camarón: "Estuve trabajando como técnico en la sala Rock Club, detrás de la Gran Vía madrileña. Un fin de semana de 1987 me tocó hacerle el sonido a Camarón. Actuó dos días con la sala llena a reventar. El público era muy variopinto, desde ministros del PSOE hasta gitanos ricos altivos y los más humildes, incluida Tina la de las Grecas. El mánager de Camarón, Manuel Pulpón, un tipo obeso, se me acercó a la mesa de sonido y me dijo: 'Quillo, no se te ocurra grabarlo'. Dicho y hecho. La verdad es que no pensaba hacerlo, pero soy ese tipo de persona a la que le gusta hacer todo lo prohibido. Preparé la platina, la tapé con un paño y le di al rec".

También conoció a Lola Flores. "Trabajé con Lola, Lolita y Carmen Flores en un espectáculo conjunto. Un día por la mañana había probado a la orquesta que las acompañaba con un mogollón de músicos. Hacia el mediodía, apareció Lola vestida de rojo con unas gafas apantalladas por el escenario. Yo estaba ultimando temas de envíos en la mesa de sonido. La vi haciendo aspavientos en el escenario. Me acerqué y la oí maldecir a los músicos y golpear los atriles y las barras de micro diciendo: 'Pero estos, ¿qué se creen? No me han dejado espacio suficiente para taconearrr'. Le dije: 'por favor señora, los micros no me los mueva porque si no, no me sirve de nada la prueba de sonido'. Era un terremoto", concluye.

 

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