Sánchez Dragó, poco antes de morir: "Campo, conversación, literatura y amistad. Beatus ille..."
En sus últimas publicaciones en redes sociales, el escritor pone de manifiesto algunas de las claves de su forma de vida: "En la cabeza está el secreto de casi todo".

"El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo". Estas palabras, acompañadas por un foto del felino sobre la cabeza de Fernando Sánchez Dragó, han sido las últimas que ha hecho públicas el escritor, este mismo lunes, minutos antes de fallecer de un infarto en Castilfrío de la Sierra (Soria). Este domingo publicó otra entrada con unas pocas palabras que resumían su estilo de vida: "Campo, conversación, literatura y amistad. Beatus ille...".
Campo, conversación, literatura y amistad. Beatus ille...
— Fernando Sánchez Dragó (@F_Sanchez_Drago) April 9, 2023
Sanchez Dragó pasaba largas temporadas en la casa que tenía desde hace décadas en este pequeño pueblo de apenas seis vecinos residentes durante todo el año situado a unos 25 kilómetros al norte de la capital soriana.
Hasta el último día de su vida, Sánchez Dragó ha recibido en el pequeño pueblo soriano de Castilfrío de la Sierra a amigos de distintas procedencias: en el fin de semana pasado, el destacado escritor soriano José Ángel González Sáenz, o su amiga catalana Clara, que fue su editora en Planeta. Pero quienes iban de visita debían avisar antes de su llegada, puesto que en la entrada de su casa hay un cartel bien visible con esta frase: "Visita no acordada, visita no deseada".
No obstante, ello no significa que no fuera cercano. Lo demostró la pasada semana en Soria o mejor dicho en el cercano paraje de Valonsadero. Según él mismo contó en su perfil oficial de Twitter, después de una semana en Castilfrío sin salir prácticamente de casa, decidió acudir a la capital a ver una procesión. Y almorzó en un lugar típico del monte de Valonsadero: la Casa del Guarda. Lo que allí pasó da medida de su carácter:

"Almuerzo en la Casa del Guarda (Soria). Se levanta alguien sentado en una mesa cercana. No lo conozco. Es el autor de este libro ('Soria en Seiscientos', de Javier Martínez Romera). Me lo da. Lo leo. Me gusta. Es simpático, culto, ameno... Abundan en él casos, cosas, lugares, costumbres y personas que me retrotraen a otras épocas".
Almuerzo en la Casa del Guarda (Soria). Se levanta alguien sentado en una mesa cercana. No lo conozco. Es el autor de este libro. Me lo da. Lo leo. Me gusta. Es simpático, culto, ameno... Abundan en él casos, cosas, lugares, costumbres y personas que me retrotraen a otras épocas. pic.twitter.com/Sf0kdkzqak
— Fernando Sánchez Dragó (@F_Sanchez_Drago) April 7, 2023

Su última participación pública en un acto en Zaragoza tuvo lugar a finales del pasado mes de febrero en las IX Jornadas de Psicología Transpersonal y Espiritualidad, celebradas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. En ese encuentro contó una de las anécdotas que él mismo calificó de "transpersonales" que le ocurrieron en su vida: según explicó, cuando apenas tenía seis años, en 1942, se separaron los caminos que le unían a su amigo Martínez Nile. No supo nada de él hasta 20 años después, cuando soñó con él una noche y a la mañana siguiente leyó en la prensa que se había suicidado. "Esta fue una de tantas experiencias transpersonales que he tenido a lo largo de mi vida. Curiosamente muchas se relacionan con la muerte y es que la muerte es el máximo momento en que la transpersonalidad es un hecho", afirmó entonces el escritor en Zaragoza.
