"Ahora hay ‘top models’ impensables en los 90 y es muchísimo mejor"
Gloria Laguarda lleva desde el 97 al frente de la agencia de modelos Globe de la que han salido nombres importantes como Jorge Zumeta o Elisa Tolosa
Casi 30 años lleva Gloria Laguarda al frente de la agencia de modelos Globe, superviviente en Aragón de una época dorada de las pasarelas, los 90, y de la que han salido modelos de repercusión nacional e internacional como Jorge Zumeta, Elisa Tolosa, Javier Valero, Juan Sánchez, Sandra Hortelano, Carla Alós o Gabriela Palomar. Desde entonces, ha asistido a los vertiginosos cambios de un sector, el de la moda - con un pie en lo creativo y otro en lo empresarial-, que son a la vez reflejo y vanguardia de lo que se producen en la sociedad.
¿Cómo ha evolucionado la pasarela y el mundo de los modelos desde que usted empezó?Ahora las modelos son más anónimas, con físicos completamente diferentes. En los 90 eran muy explosivos, muy perfectos, cada uno en su biotipo. Pero actualmente hay una diversidad enorme. Y es muchísimo mejor, porque gente que ahora es ‘top model’, en los 90 sería impensable. Aunque aquellas modelos de los 90 si que seguirían siendo ‘tops’. De hecho algunas lo son. Aquellas bellezas están vigentes, lo que pasa es que ahora caben otras.
¿En qué momento se produce ese cambio?Yo lo sitúo con la llegada de Kate Moss. En aquel tiempo no nos sentó bien al sector, tengo que decirlo. Pero al final se fue imponiendo y ahora es un mundo muy inclusivo. Solamente en la última edición de la Aragón Fashion Week hubo modelos de tallas XL, no binarios, con físicos no asimilables a la idea estándar de belleza que se ha venido arrastrando.
Entre tanta diversidad, ¿qué hace falta ahora para ser modelo?Ser proporcionado. A partir de ahí entra el gusto personal del anunciante o del diseñador. Volviendo a la Aragón Fashion Week, los estudiantes de la ESDA, que están a la vanguardia, escogieron a modelos muy, muy diversos.
Hay una sensibilidad social en torno a la diversidad corporal, pero a la vez una idea preconcebida de lo que es un modelo. ¿Cuesta que desde el público se entiendan determinados cuerpos?
Es nuestro sino. Nuestro deber desde el mundo de la pasarela es ir por delante. Aunque seamos nosotros los primeros a los que al principio nos cueste. Nosotros marcamos la tendencia y luego siguen los demás. A veces incluso tenemos que luchar contra el propio cliente para que luego lo feliciten.
¿Ha variado también la forma de desfilar?Ahora es mucho más sobria. La mujer antes se contoneaba, era mucho más sexy, las supermodelos posaban como leonas. Pero todo eso ha ido fuera. Ahora ya no se cosifica tanto. En el caso de los hombres es lo mismo. Ahora se trata de no sexualizar, de exponer la ropa y que el modelo pase a un segundo plano. En los 90, la modelo era la estrella, no se miraba la ropa. Ahora se trata de lo contrario. Sigue habiendo ‘tops’, pero no a ese nivel.
Algunas de las ‘tops’ de décadas pasadas siguen en la cresta de la ola. ¿Es más larga ahora la carrera de una modelo?Sí. Incluso existen ahora las modelos ‘silver’. Porque se las reclama y además porque se cuidan y se conservan muy bien: es una generación que no ha tomado el sol.
Decía que ahora las y los modelos son más anónimos. ¿Influyen en ello que los famosos se suben a la pasarela?Eso es marketing. Pero es muy caro. No son modelos ni es intrusismo. Es otra vertiente. Porque en el caso de las modelos son ellas las que se adaptan a la ropa y al estilo de la marca. No veas lo que es un cásting con un diseñador, puede ser un martirio_ van mucho al detalle, eligiendo un físico para una prenda. En el caso de un famoso es la prenda la que se adapta a él.
La pandemia hizo pensar en el fin de las pasarelas. ¿Cómo ve su presente y, sobre todo, su futuro?Es cierto que todo el sector pensó que se acababa. Por suerte, se ha vuelto al punto de partida. E incluso con más fuerza. La gente tiene muchas más ganas.
¿Qué lleva ahora a alguien a querer probar como modelo?Hay de todo. Pero en general la gente viene porque le gusta la moda. Y es que, si no es así, yo siempre les digo que en este mundo tienen poco que hacer. El dinero es importante también, claro, pero si no hay vocación...
