Hay unos colores que te favorecen y no son los que tú crees

La talla de la prenda o el patrón son dos de las cuestiones a las que más se suele atender a la hora de buscar la prenda que mejor sienta. Sin embargo, aunque el color juega un papel clave, existe un gran desconocimiento sobre cuáles son los que a cada uno le van más verdaderamente.

Lara Sánchez, 'personal shopper' de El Corte Inglés y experta en colorimetría.
Lara Sánchez, 'personal shopper' de El Corte Inglés y experta en colorimetría.
Oliver Duch

"De repente ves que todo lo que creías, se cae". Carmen Martín acaba de descubrir, a sus 42 años que los colores que realmente le favorecen a la hora de vestir no son los que ella pensaba. "Me inclinaba por los colores vivos, alegres, que supuestamente son los que te dan más luz al rostro", cuenta. Ahora sabe que, en su caso específico, son otros: algunas gamas de los amarillos, los malvas, los anaranjados, todos dentro de una categorización que los reúne en neutros, básicos y complementarios.

De todo esto sabe mucho Lara Sánchez, responsable del servicio de ‘personal shopper’ de El Corte Inglés de Zaragoza. Dentro de la tarea de asesoría de imagen que presta –a la que se acaba de someter Carmen Martín– se realiza un estudio morfológico, una entrevista para saber el estilo de vida del cliente y una colorimetría, cuyos resultados son los que, en la experiencia de Sánchez, más sorprenden (de lejos) a los interesados.

Primero, porque así como casi todo el mundo es consciente de cómo influyen los diferentes patrones y tallas para resaltar u ocultar lo mejor y peor de nuestra figura, hay un profundo desconocimiento sobre el papel que juega el color a la hora de sacarnos partido. Segundo, porque, aunque se tenga en cuenta este factor, hay nociones erróneas.

Abuso del negro

"Los clientes vienen aquí con muchas ideas preconcebidas", comenta Lara. Entre las más habituales está el pensar que los colores vivos favorecen per sé a todo el mundo. Eso mismo sucede con el blanco. Pero si hay un color que se lleva la palma entre los preferidos de la gente por encima de cualquier consideración es el negro: "La mayoría cree que pega con todo y estiliza". Lara ‘compra’ lo primero. Pero lo segundo... "depende". "Es socorrido y útil sobre todo para aquellos que no tiene mucho tiempo para comprar ropa o no le interesa mucho la moda", dice Lara, pero avisa: "Se hace un uso abusivo de él". De hecho, entre las cuatro cartas de color que se reparten entre los clientes de Lara según los estudios de colorimetría, solo una cuenta con el negro como color favorecedor.

Pañuelos de color para hacer los estudios de colorimetría.
Pañuelos de color para hacer los estudios de colorimetría.
Oliver Duch

Pero, ¿cómo se elige cuál es la gama de color que favorece a cada persona?

Lara determina en primera lugar cuál es la pigmentación de la piel del cutis del cliente. El color de pelo también influye. Incluso la especialista puede llegar a preguntar cuál era el color del cabello en la infancia. De acuerdo a las apreciaciones a simple vista de la profesional, comienza una prueba sencilla a través de la cual prácticamente todos los clientes pueden apreciar con sus propios ojos hasta qué punto el color puede cambiar nuestro aspecto. Se trata de ir poniendo pañuelos de diferentes colores junto al rostro de la persona (como eso baberos enormes de la peluquería).

En un proceso de ensayo-error, en el que colabora el propio interesado, se acaba determinando cuál es el grupo de tonalidades que más favorece. "Son los propios clientes los que van viendo la diferencia, van llegando prácticamente solos a la conclusión".

Al final del proceso, la profesional determina la carta final de colores. Hay cuatro, cada una de las cuales se asocia a una estación del año. "Eso no quiere decir que al que le corresponda el invierno tenga colores fríos y viceversa, sino que, en general, la gama se corresponde con la de los paisajes de ese momento del año!, explica Lara.

Una gama, una estación

Por ejemplo: una persona de colores ‘verano’ estará más favorecida con tonos neutros como un gris azulado o un marrón rojizo; entre los básicos hará mejor en elegir un frambuesa, un verde azulado o un sandía y entre los complementarios hay verdes pastel, azul cielo o empolvados, lavandas... Los colores de un otoño son el beige o el ocre (neutros), el verde bosque o el caldero (básicos) o el mostaza o salmón entre los complementarios. Hay muchos más.

En este sentido, Lara subraya que inclinarse hacia las gamas de color que nos favorecen no tiene por qué estar reñido con las tendencias de cada momento. "Hay suficiente variedad en cada ‘estación’, de la misma forma que hay muchas tendencias cada temporada, así como marcas, muchas de las cuales permanecen ajenas de lo que se lleva en cada momento". Añade que los efectos de la colorimetría se ven con particular claridad a la hora de elegir ropa de baño.

"Hay mucha gente que llama luego a agradecer el servicio, porque realmente lo notan", concluye Lara.

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