Ian Gibson, el biógrafo de Lorca que se enfrentó a la familia del poeta

La hermana del escritor le amenazó con llevarle a los tribunales por publicar su condición homosexual. 

El hispanista Ian Gibson.
El hispanista Ian Gibson.
Matías Chiofalo / Europa Press

Visitó España por primera vez a los 18 años, movido por su pasión por las aves. Quedó asombrado cuando un amigo le dijo que en Doñana pasaban el invierno miles de ánsares que comían la arena de las dunas para hacer la digestión. Quiso verlo en primera persona, porque Gibson, aparte de ser el biógrafo por excelencia de García Lorca, es un ornitólogo avezado. Unos años después siguió la pista del poeta asesinado con la tenacidad de un detective. Adoraba tanto al autor de 'Bodas de Sangre' que llegó a vivir durante un año en un carmen, la típica vivienda granadina con jardín y huerta, persiguiendo el rastro del que quizá sea uno de los desaparecidos más famosos de la historia. No por casualidad, Gibson ha titulado sus memorias 'Un Carmen en Granada' (Tusquets), un libro con el que ganó el Premio Comillas y que ahora ve la luz.

A lo largo de sus más de 300 páginas, Ian Gibson narra con sinceridad la vida de la familia en que nació: la relación tormentosa con su madre, una mujer amargada y estricta; las tribulaciones de su padre, un tipo acomplejado pero de carácter bonancible cuya esposa le reprochaba sin descanso su baja estatura. Gibson se detiene en las desventuras de su hermano Alan, gay, enfermo bipolar y con una querencia acusada por los azotes propinados con vara. Habla con resquemor de la rígida moral metodista en que fue educado, toda una rareza porque aquellos eran una minoría del 7% en la católica Irlanda. Con todo, en las memorias no faltan los momentos luminosos, como su primer amor y sus aventuras eróticas juveniles.

Entrevista a Dalí

Llama atención que el investigador más concienzudo y prestigioso de García Lorca topara con los recelos de la familia del escritor, que querían ocultar a toda costa la condición homosexual del poeta. Pese a que al principio los herederos del Lorca se entendieron bien con el hispanista, su hermana Isabel amenazó con llevarle a los tribunales por publicar la orientación sexual del autor. "El hermano pequeño del poeta, Francisco, catedrático de Literatura Española en EE UU, publicó un libro titulado 'Federico García Lorca y su mundo' donde no se mencionaba ninguna vez la palabra 'homosexual'. Me pareció muy indicativo".

Un día después de que Gibson publicara la célebre entrevista con Dalí, en la que el pintor revelaba que Lorca estaba locamente enamorado de él y quería mantener relaciones sexuales con el que fue su compañero en la Residencia de Estudiantes, Isabel García Lorca, hermana del poeta le amenazó con una querella. "Yo le dijo que no lo hiciera. Estábamos en otra época, a mediados de los ochenta. Si iba a haber testigos, se generaría una publicidad gigantesca que no haría sino empeorar la situación. Le hice ver que sería deshonesto por mi parte callar. En las biografías de Proust, de Wilde o André Gide, no se oculta su homosexualidad".

Fue el propio Dalí el que le apremió para que viajase a Portlligat porque quería dar su versión de su relación con Lorca. La que había salido a la luz era demasiado almibarada. Cuando entró en la residencia del genio surrealista, quedo anonadado. Le vio a lo lejos sentado en un trono, vestido de blanco y con una barretina roja sobre la cabeza. "Casi me desmayo. Estaba lleno de tubos que le salían de la nariz y la boca. Me dijo que no se dejó poseer físicamente por Lorca, porque él no era homosexual y le iba a doler. Fue fabuloso y tremendo".

Vecino del popular barrio de Lavapiés (Madrid), Gibson, de crío, no se libró de los abusos sexuales en su Dublín natal. "Un tipo de gabardina marrón me invitó al cine, tendría once o doce años y fue mi primer contacto con la homosexualidad. Llevaba pantalón corto y su mano subía y entraba por mi muslo derecho. Le aparté la mano pero insistió. Al final me dio una moneda que tiré por puro asco debajo de un coche. Me sentí cobarde por no haber reaccionado".

Si pudiera hablar con Santiago Abascal, líder de Vox, al que ve con rasgos muy morunos, le preguntaría cómo se puede hablar de "estercolero multicultural", teniendo en cuenta que el español tiene miles de palabras de origen árabe. Para el historiador y biógrafo de Buñuel, Dalí y Machado, "es una locura no aceptar que en España hay mestizaje, mezcla de sangre genes. ¿Dónde está el problema, si Jesucristo es judío".

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