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Un testosterónico 'shooter' distópico

‘Atomic Heart’ es un juego con personalidad y horas de diversión reventando robots.

Atomic Heart’ también ofrece un vistoso mundo abierto.
Atomic Heart’ también ofrece un vistoso mundo abierto.
H. A.

'Atomic Heart’ es la ópera prima más esperada de los últimos tiempos. Se trata del primer juego de un estudio afincado en Chipre que ha sido calificado rápidamente como el ‘Bioshock soviético’. Este apelativo es tanto un piropo como una crítica velada. Es indudable que el título de Mundfish se inspira en –cuando no directamente copia– grandes clásicos como ‘Bioshock’, ‘Fallout’, ‘Prey’ o incluso ‘Resident Evil’. Lo mejor de ‘Atomic Heart’ es que tiene voz propia, unos gráficos espectaculares y un frenetismo aderezado de terror que quita el aliento; lo peor, que no inventa nada nuevo y que, al no renunciar a nada, no parece decidirse por el tipo de juego que desea ser.

La historia es tan entretenida y atractiva como clásica y manida: estamos en un futuro distópico en el que la Unión Soviética ha ganado la guerra. Un ‘mundo feliz’ en el que los avances tecnológicos hacen que la vida de los humanos sea fácil y placentera. Sin embargo, un día cualquiera en la Instalación 3826, los robots se rebelan y matan a todos los humanos. A todos menos a un malhablado soldado de élite con problemas de memoria con un guante parlanchín que encarna el jugador.

En el avance de la trama ‘Atomic Heart’ es un juego lineal, repleto de combates adrenalínicos, puzles enrevesados y toneladas de audios y diálogos, con contados secundarios y multitud de cadáveres parlanchines, que aderezan la historia y tratan de explicar qué ha pasado.

En las incursiones en las instalaciones cerradas y pasillistas es cuando más se luce y disfruta el juego. Sin embargo, ‘Atomic Heart’ también ofrece un vistoso mundo abierto, que se hace difícil de disfrutar, al estar infestado de un número virtualmente ilimitado de enemigos que nos harán la vida imposible.

El título invita al ‘looteo’ –acumulación de suministros– constante. La munición escasea y las armas, tanto las de cuerpo a cuerpo como las de fuego, deben ser creadas por el usuario, ya que, por alguna extraña razón, apenas se encuentran repartidas por los escenarios. Además, el usuario cuenta con los poderes del guante para enfrentarse a sus enemigos robóticos o zombis, atributos que van de la telequinesis a la congelación y que facilitan enormemente la superación de ciertos desafíos. Se agradece que tanto la creación de armas como la implementación de habilidades sean totalmente reversibles, lo que permite al jugador explorar sin límites las múltiples posibilidades y habilidades que el juego pone a su disposición.

‘Atomic Heart’ es un juego testosterónico, plagado de diálogos no aptos para todos los públicos o sensibilidades, pero es también una aventura divertida y frenética que hará disfrutar a los jugadores que no busquen algo nuevo y rompedor, sino un juego con un diseño de escenarios alucinante y unos gráficos para quitarse el sombrero.

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