El viaje psicodélico de Bunbury

El zaragozano publicará el 15 de marzo su segundo poemario, 'Microdosis', un diario sobre su experiencia con los hongos alucinógenos

Enrique Bunbury, ante la máquina de escribir.
Enrique Bunbury, ante la máquina de escribir.
E. B. N.

La proverbial incontinencia artística de Enrique Bunbury se mantiene incluso en esta autoimpuesta etapa de retirada de los escenarios en la que se halla. 

Si el pasado lunes anunciaba la salida de un nuevo disco en los próximos meses –probablemente el 26 de mayo–, su fértil semana se completa con la publicación de su segundo poemario, ‘Microdosis’, a través de la editorial cordobesa Cántico dentro de su colección ‘Culpables’.

La obra, cuya fecha de salida es el próximo 15 de marzo y que ya se puede reservar en preventa, ha sido escrita por el zaragozano a lo largo de los dos últimos años, un periodo en el que el cantante asegura que experimentó en su conciencia con la ingesta de microdosis de psilocibina, un compuesto alucinógeno responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles. Un viaje interior que ha acabado plasmando en forma de versos en un tono confesional.

No es casual que el elegido para escribir el prólogo haya sido el poeta valenciano Vicente Gallego, encuadrado dentro de la denominada ‘poesía de la experiencia’. En su preámbulo sintetiza el camino psicodélico emprendido por Bunbury y que ha destilado en el libro. «De esa extinción de uno mismo en la amplitud cósmica, de esos viajes interiores donde lo consabido se torna inaceptable y lo prodigioso amanece a su prodigalidad nos hablan las páginas de este libro escrito a calzón quitado, pero lleno de afecto por todo, incluyendo el espectáculo siempre vano de este mundo», detalla.

Vicente Gallego no duda en alabar largamente al aragonés en su faceta literaria, tal y como ha reconocido en la revista literaria ‘Zenda’: «Enrique es un poeta muy inusual en sus procedimientos, en lo que busca a través de la palabra. Ha hecho un libro con frescura, desde la honestidad. Además, trata temas como la relación con los hongos psilocibios, que está muy poco tratado en la poesía, y aporta libertad de espíritu. Creo que eso es algo importante».

De Lynch a la generación beat

Y es que Bunbury, que desde hace décadas había proclamado su pasión literaria, parece haberse desatado en su expresión y no reducirla a las letras de sus canciones. En 2021 se estreno con el poemario ‘Exilio Topanga’, editado por La Bella Varsovia y en el que contaba desde la ternura y la ironía y con tintes de crítica social «un viaje onírico del héroe que se comprende como un viaje del antihéroe», tal y como él mismo definió.

En esta ocasión su mirada se posa sobre la denominada ‘nueva psicodelia’, un fenómeno que tiene su epicentro en California, en Estados Unidos, y que mira de nuevo a estupefacientes como el LSD, el MDMA, la ayahuasca o los hongos alucinógenos atendiendo a sus efectos creativos sobre la conciencia.

Según la editorial, en sus pasajes se atisba «la herencia de la generación beat norteamericana, el onirismo de David Lynch y una plasticidad muy fílmica que recorre Los Ángeles».

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