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Stefan Zweig, el observador refinado de Viena en sus relatos

Páginas de Espuma publica los 'Cuentos completos' del escritor, en traducción de Alberto Gordo: un total de 42 piezas, desde 1900 a 1942

Retrato de madurez de Stefan Zweig.
Retrato de madurez de Stefan Zweig.
Archivo Heraldo.

Cuando se emociona con algo, el editor Juan Casamayor va a por él hasta fondo. Y pone a trabajar a sus equipos, a sus colaboradores, a sus ilustradores. Consciente de que este año los derechos de Stefan Zweig –un autor que lleva de moda en España dos décadas– quedaban libres de derechos realizó una de sus apuestas: la edición de los ‘Cuentos completos’ (Páginas de Espuma. 2023. 1.400 pp.) del escritor austriaco que se suicidaría con su segunda mujer, Lotte, en Petrópolis el 22 de febrero de 1942. Si ya fue un autor muy leído con sus biografías, sobre todo, en los 60 y 70, la reedición cuidada de títulos como ‘El mundo de ayer’, ‘Momentos estelares de la humanidad’ o ‘Castellio contra Calvino’ (centrado en la muerte de Servet), publicados en Acantilado, han hecho de él un escritor de culto.

Stefan Zweig ha escrito de todo: poesía, más bien clasicista, teatro, biografías (varias magistrales), narrativa y, por supuesto, relatos. Alberto Gordo ha traducido de nuevo, «y sin estar pendiente de todo lo que había ya en el mercado», decía, los 42 cuentos, que comienzan en 1900 con ‘Sueños olvidados’ y concluyen poco antes de su muerte con uno de sus mejores relatos largos: ‘Novela de ajedrez’. Zweig, siempre se recuerda, era un gran aficionado: se dice siempre que la noche anterior jugó unas partidas con sus vecinos.

Es un escritor que apenas experimenta, que domina la psicología y la fluidez narrativa, más que la sátira le interesa la ironía y a veces las vidas extremas.

Los cuentos son los de un gran escritor. No necesariamente los de un gran especialista: ni es Maupassant ni Poe ni Borges o Cortázar, pero es un escritor cuidadoso y humanista, un meticuloso observador y cronista de hechos y azares que aborda temas capitales de su tiempo: la identidad, el amor, la aventura, el viaje, y poco a poco, impactado por la I Guerra Mundial y luego el auge del nazismo, la soledad, el miedo, la incertidumbre ante el futuro. Es un escritor que apenas experimenta, que domina la psicología y la fluidez narrativa, más que la sátira le interesa la ironía y a veces las vidas extremas. Eso se ve en sus piezas cortas, que también las hay, y en esos cuentos que son un tanto mestizos o que están a medio camino de la ‘nouvelle’ y del relato. ‘24 horas en la vida de una mujer’, ‘Carta de una desconocida’, o ese cuento de orfebrería que es ‘Mendel, el de los libros’, dan una idea del interés del volumen que refleja su poliédrica personalidad: fue periodista, escribió mucho, viajó más, vivió en varias ciudades. Huyendo de Hit-ler se instaló en Londres; y finalmente no se sintió seguro ni en Brasil, donde la paranoia acabó con él.

El libro es una buena apuesta y coincide con títulos de Acantilado, que tiene fe ilimitada en este europeísta que era amigo de Rilke y de Joseph Roth, y de Alianza Editorial (entre ellas ‘El mundo de ayer’). Los ‘Cuentos’ se pueden abrir por cualquier sitio y se disfrutan.

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