El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, publico ayer en Twitter: «Aragón brilló con fuerza en los Premios Goya y se puso en evidencia que es tierra de cine». De este manera, Lambán elogiaba la cosecha de galardones que se llevaron varios profesionales aragoneses. Paula Labordeta y Gaizka Urresti conquistaron el premio al mejor documental por ‘Labordeta. Un hombre sin más’; Isabel Peña fue reconocida en la categoría de mejor guión original por su trabajo junto a Sorogoyen en ‘As bestas’, y la oscense Yasmina Praderas recogió un ‘cabezón’ a mejor sonido también por esta película.

Pero, sobre todo, el gran protagonista de la ceremonia fue el cineasta Carlos Saura, fallecido el pasado viernes, un día antes de recibir el Goya de Honor 2023, que recogieron sus familiares. La gran parte de los compañeros de profesión tuvieron palabras de agradecimiento y elogio hacia el director oscense, figura clave en la historia del cine nacional e internacional.

Un hito

La entrega de la 37 edición de los Premios Goya también marcó un hito para el audiovisual aragonés: nunca antes se habían concedido tantos premios de la Academia de Cine a profesionales de la tierra. Y, por supuesto, no hay que olvidar la película ‘La maternal’, de la cineasta zaragozana Pilar Palomero , que optaba a tres galardones, y la candidatura de Jordi Costa –barcelonés afincado en Zaragoza, de Entropy, estudio que acumula tres premios Goya– a los mejores efectos especiales por ‘13 exorcismos’.

Palomero explicó dos días antes de la ceremonia que afrontaba estos premios «con bastante tranquilidad, con mucha ilusión y sobre todo con la sensación de que estar nominada ya es un premio».

La directora aragonesa sabe lo que es sostener un pesado ‘cabezón’, o mejor dicho, dos ( dirección novel y guión original). Con su ópera prima, ‘Las niñas’, fue la triunfadora de la edición de 2021 con cuatro galardones (a los dos citados se sumaron mejor película y mejor fotografía).

Te puede interesar

¿Por qué ha cambiado de color la estatua de los Premios Goya de este año?

Por qué la alfombra de los Goya fue azul y no roja

«No es necesario el reconocimiento para seguir haciendo películas, pero sí que es importante para que sigan confiando en mí y seguir recibiendo los apoyos necesarios para armar las financiaciones de las películas», apuntaba Palomero, que ya trabaja en el que será su tercer largometraje, una adaptación de un relato de la autora vasca Eider Rodríguez titulado ‘Los destellos’, que espera rodar a finales de año en Horta de San Juan y en el Matarraña.

Hubo más guiños aragoneses en los Premios Goya: actuó Guitarricadelafuente, músico castellonense con raíces en la localidad turolense de Cuevas de Cañart; Fernando Esteso dio el premio al mejor corto documental y tuvo palabras de recuerdo para Carlos Saura y Agustí Villaronga (a las órdenes de este último rodó ‘Incierta gloria’, grabada parcialmente en Aragón), y la directora Paula Ortiz entregó el Goya al mejor guión a la zaragozana Isabel Peña, quien lleva una década trabajando con el director Rodrigo Sorogoyen –su primer guión de un largo fue ‘Stockholm’ (2013)–. El equipo de ‘As bestas’ declinó ayer hacer declaraciones a los medios. «Qué vamos a decir, es un sueño estar aquí», respondía Sorogoyen en la sala de prensa tras triunfar el sábado en los Goya. Junto a él, Isabel Peña explicó que en estos diez años «el día a día ha pasado normal, pero si lo piensas en perspectiva hemos tenido una suerte tremenda en encontrarnos por el camino y lo hemos sabido aprovechar trabajando mucho».

Hace cuatro años, los Goya también fueron generosos con Peña y con el cine aragonés. La guionista zaragozana se llevó su primera estatuilla por ‘El reino’, Nata Moreno se alzo con el Goya al mejor documental por ‘Ara Malikian. Una vida entre las cuerdas’ y Carla Pérez de Albéniz logró otro por la dirección de producción de ‘Mientras dure la guerra’ de Amenábar.

Levantar una producción cinematográfica es muy complicado, más aún en Aragón, toda una gesta. Y pese a todo, desde hace ya unos años, lo que antes era anecdótico se torna ahora frecuente y refrenda que esta tierra nuestra es, en verdad, una tierra de cine.