Rocío Badiola, fotógrafa de moda: "Las modelos que retrato son preciosas, ¿por qué retocarlas?"

Esta zaragozana, que ha trabajado para 'Vogue Teen' o Massimo Dutti, busca "la naturalidad por encima de todo".

La fotógrafa de moda Rocío Badiola.
La fotógrafa de moda Rocío Badiola.
Toni Galán

"Mi padre ha tenido tres hijas y ninguna le ha seguido los pasos porque veíamos muchas vacas haciendo el loco", dice entre risas Rocío Badiola. Habla de Juan José, el popular y prestigioso veterinario de la Universidad de Zaragoza. Lo hace con cariño para explicar su propia vocación, la de fotógrafa. De hecho, fue él quien le regaló su primera cámara: "Una analógica porque entonces no existían las digitales". Por "entonces", Rocío se refiere a sus años universitarios estudiando Bellas Artes en la Complutense, adonde acudió espoleada por la semilla artística que le nacía y ayudó a germinar, por ejemplo, María Ángeles Cañada, a cuya academia de pintura acudió de niña.

Ya en la facultad, Rocío se cruzó con el profesor Rafael Trobat, quien a la postre sería el que la situara en el camino de la fotografía, donde todavía sigue.

Actualmente, Rocío Badiola (Zaragoza, 1982) está consagrada a la fotografía de moda. Pero antes de llegar hasta donde hoy está, publicando en 'Vogue Teen' o trabajando para marcas como Massimo Dutti, ha tomado algún que otro desvío. El primero la llevó hacia el fotoperiodismo. El contacto que tuvo con el propio Trobat, profesional en esa materia, la animó: "Tienes muy buen ojo, tienes que seguir con esto", le decía a su alumna.

A las dudas tan comunes sobre el futuro que a menudo asaltan tras terminar la carrera, se unió en el caso de Rocío cierto descoloque por el desembarco de la foto digital: "Para mí no tenía magia, desaparecía el proceso, los carretes, la película y todo para pasar a algo nítido y saturado", recuerda.

Pero entonces el fotoperiodismo volvió a llamar a su puerta. Badiola cruzó el charco hacia Brasil, en concreto se estableció Río de Janeiro, donde trabajó junto al corresponsal de 'El Mundo': con él cubrió, entre otras cosas, las elecciones en las que resultó elegida Dilma Roussef o el 103 cumpleaños de Niemeyer.

Aquellos dos años en el país sudamericano fueron para Rocío Badiola una experiencia determinante a la hora de dar el que sería su segundo y, de momento, definitivo giro profesional. "Fue una época preciosa en la que descubrí, aparte del maravilloso país que es Brasil, una nueva vocación". "Me propusieron fotografiar a una modelo", rememora Badiola, quien quedó enamorada de las posibilidades artísticas que le ofrecía la fotografía de moda. "Podía hablar con la modelo, sugerirle cosas, cómo y dónde ponerse, jugar con el entorno". Y, además, "puedes usar el Photoshop; ¡fue mi reconciliación con la foto digital! Bueno, es que tampoco me quedaba otra", dice medio en broma.

Para Badiola, la fotografía de moda representa su medio ideal porque, dice, "está constantemente nutriéndose de un montón de disciplinas artísticas (dibujo, pintura, escultura, danza, teatro, cine, música, arquitectura, diseño...) y eso hace que sea tan versátil y esté siempre en contacto con lo que sucede".

En estos años, Rocío Badiola ha hecho otro viaje profesional, esta vez dentro de las fronteras de la fotografía de moda. Su lenguaje ha mutado desde sus comienzos coloristas en Brasil, hacia una expresión "minimalista", un sincretismo estilístico destilado de sus experiencias tanto en fotoperiodismo como en moda. Su idea de la moda es otra. Otras modelos, otra luz, otras posturas, otras localizaciones "Mi foto, con la que me siento cómoda, está basada en la luz natural y en la naturalidad, que es lo que yo busco a toda costa. Trabajamos con modelos preciosas, ¿por qué hay que retocarlas?". "No lo critico, simplemente es que lo mío es más neutro, más natural".

Badiola se distancia de la foto de moda que se centra en una mujer sexy o fatal y, a la par que trabaja con algunas de las revistas de moda más populares, pone el foco en otras de nuevo cuño o alternativas, también muy de su gusto: 'The Gentlewoman', 'So It Goes', 'Document Journal', 'Holiday Magazine', 'Lula' o 'One Mag', entre otros.

Artista como es, la zaragozana, no obstante está en permanente cambio estilístico, que no es ajeno a sus propias vivencias personales: "Ahora lo que quiero es disfrutar, que eso se note en mis fotos, quiero que haya más vida y movimiento en ellas".

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