LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

María Pilar Martínez Barca reconstruye su memoria rural en una trilogía narrativa

La escritora y columnista de HERALDO publica 'El ramito de azahar', primer título de una novela inspirada en tres mujeres de tierras sorianas

María Pilar viaja a los paraísos de su niñez.
María Pilar viaja a los paraísos de su niñez.
Guillermo Mestre.

María Pilar Martínez Barca (Zaragoza, 1962) publica su primera novela: ‘El ramito de azahar’ (Verbum), el primer título de una trilogía de asunto familiar en la que lleva trabajando desde hace algún tiempo. Columnista de HERALDO, entre otros medios, y poeta y estudiosa de la obra de Manuel Pinillos, da un nuevo salto hacia la narrativa.

«‘El ramito de azahar’ es la historia de una saga familiar, abuela, hija, nieta, aunque no de mi familia. En un escenario real he creado un relato totalmente ficticio». Por supuesto que asume que supone el inicio de una trilogía. «Se trata de una novela rural, de la España vaciada. La segunda, ‘Cada otoño emigran los vencejos’, va a ser el reflejo de la emigración a la ciudad de mi familia y de muchos españoles. La siguiente, ‘Una estela al atardecer’, la oportunidad que tuvo nuestra generación que no tuvieron las anteriores. ¿Habrá más?». En este momento, María Pilar no lo tiene seguro. La novela se presenta esta tarde, a las 19.00, en el Centro Soriano (calle Cereros 37), y lo hará la escritora Ana Alcolea, y leerán fragmentos Loretta García y José Antonio Prades.

María Pilar confiesa que con esta historia de mujeres, con esta visita retrospectiva, soñada y real, a la España interior, «he recuperado la atmósfera rural del pueblo de mis padres, con nombre inventado en la novela, y todo lo que me contaron de pequeña, mis padres, mis abuelos y mis tíos, especialmente el tío Fermín. Es como un puzle, donde he ido encajando cada pieza de aquí y de allá. Las diversas teselas, o los hilos del bordado de tantos colores, forman un mosaico perfecto», asegura.

La portada con recuerdos familiares de la novela que publica Verbum.
La portada con recuerdos familiares de la novela que publica Verbum.
Archivo HA.

Evocaciones y raíces

María Pilar Martínez Barca, poeta refinada y mística, poeta del amor y del paisaje, revela algo más, el carácter evocador y de rescate de recuerdos y de sensaciones: «Necesitaba también no dejar perder toda esa vida que viví en el pueblo de pequeña y esas historias que me fueron contando. Tuve esa necesidad desde pequeña. En ese universo familiar y del pueblo lo encontré todo: mis raíces, mi esencia. El lugar de dónde vengo. El pueblo me ha servido muchas veces de escenario y ha sido inspirador de mis poemas. Ahora está en el núcleo de esta obra».

La escritora no deja de lado algunas reflexiones sobre las cosas y las gentes del campo, como han hecho, entre otros, José Luis Acín, Severino Pallaruelo, Daniel Gascón y Sergio del Molino, que ha escrito mucho sobre la cuestión. Dice la escritora: «España ha cambiado mucho: hablo del tránsito de la España rural superpoblada (la villa llegó a tener más de 500 habitantes) a la España vaciada. También hay que hablar de las personas: antes no tenían nada, ni agua en las casas ni teléfono en el pueblo ni televisión ni radio, se lavaba en la charca y se hacía la colada con ceniza; y el pan en el horno con reciento o masa sobrante, y eran felices. Ahora lo tenemos todo y no lo somos. Aunque hemos avanzado en dignidad».

«En ese universo familiar y del pueblo lo encontré todo: mis raíces, mi esencia. El lugar de dónde vengo. El pueblo me ha servido muchas veces de escenario y ha sido inspirador de mis poemas. Ahora está en el núcleo de esta obra».

Le preguntamos si ha tenido referencias literarias de un tema que ha sido abordado en muchas ocasiones en la literatura, si ha acudido a alguna novela o grupo de novelas de este tipo, y rescata un título: ‘La casa de los espíritus’, de Isabel Allende, que indaga en las vidas de mujer, en las claves familiares y en la ambientación de un peculiar realismo mágico.

La visión femenina

‘El ramito de azahar’, como la autora dice, explora el mundo de la mujer. Abre continuas ventanas a la intimidad femenina, a los sueños de amor y de cambio. «La mujer, aun siendo ninguneada, fue esencial en aquellas generaciones. Federica, Beatriz y Alba Pilar llevan el peso de todo. Y la novela es varias cosas a la vez: es una historia de amor, un testimonio y una denuncia».

María Pilar Martínez Barca ha contado con lectores y escritores a los que les da las gracias por su colaboración y sus sugerencias. Un caso es el de la escritora Rosa Montero. «Me dijo que a esta novela (con el estudio etnográfico, recetas de la abuela, labores de costura, recopilación de lecturas y leyendas...) podía faltarle tuétano, acción, desarrollo. Le di muchas vueltas a esa consideración y al libro. Creo que después lo he encontrado», declara.

«La mujer, aun siendo ninguneada, fue esencial en aquellas generaciones. Federica, Beatriz y Alba Pilar llevan el peso de todo. Y la novela es varias cosas a la vez: es una historia de amor, un testimonio y una denuncia», dice María Pilar

¿Cómo se siente una poeta ante el reto de escribir no ya una novela, sino más de 500 páginas de relato familiar? Responde: «La poeta que soy se siente un poco extraña en esta novela, y a la vez feliz, realizada. Temía que me saliera lírica, hasta con ritmo. Juzgarán los lectores. Creo que ha salido lo mejor de mí misma».

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