Dirigir una multinacional no es moco de pavo. ¿Cómo labró su camino hasta la cima?Con mucho trabajo. Hace año y medio que ocupo mi actual puesto, pero durante una década he sido directora financiera, del área legal y de recursos humanos dentro de la empresa; son ya años en esta industria. Obviamente, es una gran responsabilidad ser la directora general de una empresa que conecta a artistas con sus seguidores; es algo muy emocional, muy bonito.

¿Cómo responde Ticketmaster a las solicitudes de sus clientes principales, los fans? 
La principal fuente de ingresos del artista en la actualidad está en los directos. Nosotros, como facilitadores del proceso, tenemos dos clientes directos: el fan y el promotor. Escuchamos y consultamos a los fans y transmitimos a promotores lo que nos sugieren, incluso los artistas que querrían ver en su zona. Lo primero que piden todos es un proceso seguro, claro; por otra parte, es importante que haya valores añadidos. 

Al comprar se desea un proceso rápido y fácil, pero no siempre es así. ¿Tenemos que acostumbrarnos a las filas virtuales?
Los promotores sueñan con un ‘sold out’ rápido, que la plataforma no falle y que todo el mundo quede contento. Nuestra misión es facilitar las cosas y, al mismo tiempo, garantizar esa seguridad en el proceso. Entiendo que es frustrante quedarse sin entrada cuando hay una altísima demanda; por otro lado, todos nos estamos acostumbrando a esperar en esas colas que te avisan de quienes tienes por delante, y el tiempo aproximado de espera. 

Dormir en la calle por una entrada, como aquellas de Héroes en 2007, era algo orgánico. Ahora conseguir una entrada muy codiciada puede ser la decimotercera tarea de Hércules.
Las filas virtuales aportan números reales, sesiones de compra abiertas que se van cerrando con el fin de cada proceso o cuando la gente se ‘sale’ de esa fila. Hay que esperar el turno, como hacíamos antes con ésas entradas físicas en Fnac o Linacero. Hay que tener paciencia, la fila va mermando y con la excepción de los artistas de mucho impacto en espacios reducidos, se llega.

Se entiende que la reventa es un enemigo común para ustedes y el comprador.
Desde Ticketmaster siempre hemos apoyado una ley que proteja ante el fraude y la especulación. Nosotros peleamos contra la reventa con entradas nominales, prerregistro para los fans y una política ‘anti-bot’ a nivel internacional, además de monitorización de los pagos para garantizar la compra segura. No nos interesa que las plataformas de reventa se hagan con entradas y pidan precios desorbitados que afectan a fans auténticos.

Trabaja entre Madrid y Barcelona. Su ciudad está en medio. ¿Viene mucho a desconectar?
Vengo como mínimo una vez al mes; aquí están mis padres, mis amigos del colegio y la universidad, con los que iba en aquellos años a Green o la En Bruto. Cuando estoy todo el finde caen algunas cañas el viernes, el sábado a comer, una copa en la plaza de los Sitios, tapear en el Tubo… por otro lado, a veces me bajo del tren para comer con mis padres y seguir luego camino hacia Barcelona o Madrid. 

¿Cuándo fue fan Ana Valdovinos por primera vez, entrada en mano?
Pues en uno de Mecano en la Romareda. Bueno, y más tarde, el de Michael Jackson ahí mismo, una locura de día. También tengo otro que no olvidaré jamás: Robbie Williams en el Royal Albert Hall de Londres. Y déjame decirte que el año que viene hay nuevos motivos para ilusionarse.

¿Va a decir un "hasta aquí puedo leer", como en el ‘Un, dos, tres’?
El 2023 va a ser un gran año de conciertos en España y, además de lo que ya se sabe, en enero se van a conocer novedades grandes, que incluyen artistas a los que se espera desde hace tiempo. Obviamente, quiero barrer para casa: en septiembre tenemos el Vive Latino aquí con un gran cartel. En Mad Cool están Robbie Williams o Red Hot Chilli Peppers… y vuelve Metallica.