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Ara Malikian: "Saber que el público sigue ahí es muy emocionante"

El violinista libanés se reencuentra este jueves (20.00) con el público zaragozano para presentar su último disco, ‘ARA’, en el pabellón Príncipe Felipe.

Ara Malikian, concentrado en el Teatro Real de Madrid, donde el miércoles ofreció un recital.
Ara Malikian, concentrado en el Teatro Real de Madrid, donde el miércoles ofreció un recital.
Enrique Cidoncha

Tras triunfar en la noche del miércoles en el Teatro Real de Madrid, uno de los escenarios más determinantes de su carrera artística, Ara Malikian tratará de repetir los aplausos este jueves en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. Cerrará un año muy ajetreado, con 100 recitales, que ha supuesto el retorno a las giras internacionales.

Esta noche regresa a Zaragoza tras dos años sin actuar en la ciudad.

Estoy muy emocionado por volver a tocar en Zaragoza tanto tiempo después. Voy con muchas ganas de compartir la nueva gira con el público zaragozano, que para mí es muy especial y que consigue que toque como si lo hiciera en casa. Siempre me ha apoyado, tanto en los buenos como en los malos momentos, y eso crea un vínculo enorme. Va a ser un concierto muy emocionante, una gran fiesta que estoy muy feliz de protagonizar.

A diferencia de su último recital, que fue una doble sesión en la sala Mozart del Auditorio, ya no hay ningún tipo de restricción.

Menos mal que se terminaron las restricciones porque la pandemia ha ido remitiendo. Tanto el público como los artistas teníamos ganas de reencontrarnos con plenitud, sin obstáculos, y es una maravilla volver a experimentar esa sensación.

¿Qué repertorio abordará?

Me centraré en mi último disco, ‘ARA’, que está inspirado por mi hijo Kairo. Todas las canciones las compuse durante el confinamiento. Antes de la pandemia tenía un ritmo de vida de 120 conciertos al año y me pasaba los días en los hoteles y en los aeropuertos. De repente, la situación cambió y tuve que estar con mi familia durante 24 horas al día y varios meses. Y fue maravilloso entrar en el mundo fantástico de mi hijo de 7 años. A través de él recuperé una niñez que nunca tuve. A la edad de Kairo, estalló la guerra en el Líbano y no podía hacer lo que los niños hacen habitualmente: jugar, salir a la calle, quedar con amigos… No había espacio para imaginar ni para soñar. En el confinamiento recuperé ese tiempo perdido. Las canciones hablan de esa fantasía infantil.

Como niño que sufrió la guerra en sus carnes, puede entender mejor que nadie cómo deben sentirse actualmente los niños ucranianos.

No sé si puedo ponerme en su lugar. Yo tenía olvidado lo de la guerra por una cuestión de supervivencia. Para seguir adelante tuve que borrar todos estos recuerdos tan dramáticos. Cuando hay guerra y violencia, los primeros que sufren son siempre los niños, en este caso de Ucrania o de cualquier confrontación bélica que hay en el mundo.

¿Le entra en la cabeza cómo puede ser que en el siglo XXI todavía solucionemos los problemas de una forma tan brutal y violenta?

Claro que no. Es difícil de entender que todavía se recurra a la violencia indiscriminada. Pase en Ucrania, pero también en Iraq o en los países donde no dejan que las mujeres estudien o simplemente salgan a la calle. Estamos viviendo en un mundo que me preocupa mucho. Es muy triste todo.

En el plano profesional, cerrará 2022 con 100 conciertos ofrecidos y 100.000 entradas vendidas.

Estoy muy agradecido porque el público ha perdido el miedo a reunirse de forma multitudinaria. Y, sobre todo, estoy disfrutando mucho el hecho de volver a viajar por el mundo con mi música y llevarla a cuantos más rincones mejor. Saber que el público sigue estando ahí o que se incorporan nuevos seguidores es muy emocionante y da sentido a todos los esfuerzos que invertimos.

El pasado 20 de diciembre actuó en el Carnegie Hall de Nueva York. ¿Cómo fue la experiencia?

Fue maravillosa. Es un escenario mítico e histórico. Es el sitio en el que mi padre soñaba que yo tocase. Estar en Nueva York y tocar en un lugar tan especial, rodeado de los carteles de muchos de mis ídolos, es impagable. Lo viví con muchísima emoción.

En su gira internacional de 2023 es muy probable que recale en Armenia. ¿Qué significaría alcanzar ese hito personal y artístico?

Es el país de mis abuelos y me hace una gran ilusión tocar allí. Pero debo reconocer que, desde el momento que piso un escenario, me da igual si estoy en Armenia, en Madrid o en Buenos Aires. Siempre busco la energía del público y su complicidad y me olvido del resto. Esa relación con la gente es un tesoro que valoro mucho.

¿Qué le pide a 2023?

Ante todo, mucha paz para todo el mundo. Y para mí, tener mucha salud para seguir disfrutando de la música.

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