Rocky Kan, de Zaragoza al olimpo del rock
El artista forjado en la capital aragonesa fue uno de los primeros rockeros españoles de los 60. Falleció un día como hoy, hace 30 años, pero su recuerdo sigue muy presente.
Siempre había querido ser cantante», confesaba el músico Rocky Kan en septiembre de 1992 en HERALDO, unos meses antes de fallecer a consecuencia de un accidente de tráfico. En aquellos días fue entrevistado con motivo del desmantelamiento del sector estadounidense de la Base Aérea de Zaragoza, donde se forjó profesional y musicalmente José Luis Cano Olivera, nombre real de este artista cuya voz se apagó hace hoy 30 años.
Nació en Sevilla en 1942 y era hijo de un inspector de policía. Llegó a Zaragoza con su familia siendo un niño y en su adolescencia tuvo varios trabajos relacionados con la hostelería, uno de ellos como camarero en el bar de oficiales de la base americana. Allí descubrió el rock & roll y decidió que quería ser cantante. Lo fue desde muy joven, en 1957, cuando comenzó a ofrecer sus primeras actuaciones en la capital aragonesa y participó en el programa de Radio Juventud ‘Plataforma de estrellas’, en el Teatro Fleta.
Zaragoza fue una ciudad pionera del rock a finales de los años 50 y comienzos de la década de los 60, donde surgieron varios de los primeros ‘rockers’ solistas españoles. En 1961 grabó su primer epé, un álbum que incluía las canciones ‘Pitágoras’, ‘24 mila baci’ (‘24.000 besos’), ‘Mai, mai, piu’ y ‘Rock del fútbol’. Como señala el periodista y escritor Matías Uribe, autor del libro ‘Zaragoza 60’s’, a esta primera publicación «se le adelantó Chico Valento, que debutó unos meses antes que él, aunque ambos lo hicieron en 1961, lo que significa que los dos fueron los primeros ‘solistas rockeros’ en grabar un disco, no ya en Aragón, sino en todo el país. O sea, auténticos y genuinos pioneros del rock’n’roll en España, aunque en las enciclopedias se les silencie».
Uribe también recuerda en esta publicación que «en Zaragoza se gestó la primera revolución rocanrolera de España con cinco cantantes, Rocky Kan, Baby, Chico Valento, Nelo y Gavy Sander’s, forjados en los programas de variedades de la radio local y sazonados en la base americana, a las mismas puertas de la ciudad. Todos ellos trabajaron allí o contaron con la amistad de soldados yanquis».
A finales de los cincuenta Rocky Kan decidió instalarse en Barcelona para proseguir su carrera y grabar discos. Consiguió fichar por la discográfica Iberofón, con la que lanzó siete epés y un single entre 1961 y 1965 con versiones de canciones norteamericanas, italianas y francesas, así como algún tema propio.
En 1964 tuvo que incorporarse al servicio militar obligatorio, un parón al que se añadió la nueva revolución musical que trajeron The Beatles. Los gustos musicales de la época cambiaron y no había otra que adaptarse a los nuevos ritmos y estilos. Sus habilidades musicales no solo se limitaban a su portentosa voz. Era, además, un guitarrista excepcional. «Empezó con el rock & roll y terminó tocando temas de Jimi Hendrix con su Fender Jaguar de manera impresionante», rememora Jorge Cano, su hermano.
Rocky no volvió a grabar mas discos, aunque siguió actuando en diversas ciudades españolas y dio numerosos conciertos junto a Félix Zapatero (bajo) y Tele (batería de Triana). Se retiró hacia finales de los 60 y a partir de entonces montó varios negocios de hostelería en la capital aragonesa, entre ellos una de las primeras discotecas de la ciudad, Samantha’s.
«Si hubiera aguantado habría triunfado. La verdad es que no lo tenía que haber dejado», dijo unos meses antes de su trágico final. Treinta años después, las canciones de Rocky Kan siguen sonando y su estela musical y su recuerdo siguen muy presentes entre quienes conocieron y admiraron a este pionero del rock en España. Este martes, a las 19.00, se celebrará en la iglesia de San Miguel de Zaragoza una misa en recuerdo del artista.
