Alan Lacke: "Tengo un hueco en el arte porque mi obra sube la autoestima"

Alan Lacke (La Habana, 1988), con vinculación aragonesa, expone en la galería de arte de Carmen Terreros Andréu de Zaragoza hasta el 7 de octubre.

Alan Lacke, en su exposición de Zaragoza.
Alan Lacke, en su exposición de Zaragoza.
Oliver Duch

La Habana, Nueva York, Venecia…, ¿qué espera de Zaragoza?Que conecte el mayor número de personas posible. Estoy muy vinculado a esta ciudad porque mi padre vivió muchos años aquí. Una vez, de camino a Barcelona, vi la ciudad y me entró la curiosidad, tenía que ver qué había. Producto de eso, me puse como meta presentar aquí.

¿Ya había visitado Zaragoza?No, pero me habían contado que el aragonés es muy peculiar y diferente a otras regiones, con unas características que lo hacen inigualable.

Ese es su camino hasta aquí, ¿pero cómo llega a la abstracción?Creo que es algo innato porque siempre me llamó la atención y el poder que tenían las cosas desde un color, una forma... Cuando emprendí pensé en dejarme llevar por lo que siento y encontré mucha abstracción dentro de mí. Y me atrevo a decir que el mundo cada día será más abstracto.

¿A qué se refiere?Cada vez hay más tendencia a la abstracción dentro de las artes plásticas, que confirma mi sentir.

¿Y esa abstracción saldrá del arte y llegará hasta otros ámbitos?Mi objetivo también es que la obra ayude a las personas a conectar con ellas mismas. Todos tenemos una grandeza dentro, pero hay que encontrarla y eso intento.

¿Qué le sugiere ver a personas que miran sus cuadros?El comportamiento lo utilizo como estudio para crear y enriquecer. Esta exposición es el resultado de una evolución, en la que las obras se han simplificado.

¿Está harto de que le pregunten qué significan?
Es un poco complejo. A pesar de que tiene mucho estudio, es una decisión muy libre, no lo sujeto a esquemas.

Imagine que le pongo un lienzo blanco sobre la mesa, ¿qué es lo primero que haría?
Creo que derramarle pintura. Siempre trato de trabajar con los cuadros de manera horizontal, pero el trabajo no empieza por el lienzo. El motor de mi obra es el color, lo que me impulsa es la investigación que hago para encontrar ese tono. Me baso en una pantonera gráfica y me dejo llevar. Busco la inspiración.

Los puntos son los protagonistas de su obra y de la exposición –de ahí el título–, ¿por qué?
Porque me llamó la atención el proceso que hace una imagen para llegar a la imprenta. Cuando empecé hacía muchas líneas e investigué a dos artistas y en un libro leí que la línea es un punto que camina. De ahí salió todo. Me dio la posibilidad de seguir haciendo las líneas sin que se vieran.

Los tripofóbicos pueden pasar un mal rato…Hay un elemento en las matemáticas que es el fractal, la naturaleza en sí. Consiste en patrones repetidos de la misma forma que evoluciona, forma figuras geométricas. Así que lo que sustenta la obra son las matemáticas y busca álgebra, ciencia, historia...

Las previsiones generales de los próximos meses no son muy alentadoras..., ¿qué papel desempeñará el arte?Siento que tengo un hueco en el arte porque mi obra sube la autoestima, mantiene un ánimo positivo y en este momento me parece que el mundo lo necesita.

¿Cuál sería el trabajo de su vida?
Creo que lo acabo de encontrar. Me ha costado y el camino ha sido un poco disperso. Cuando me acerqué al arte, mi vida dio un giro de 360 grados, me empecé a entender a mí mismo.

¿Es más de poner un punto y seguido, aparte o final?
(Risas) ¡Punto y seguido! Porque mi naturaleza es de mucha constancia y perseverancia, de mucha continuidad.

Para poner el punto final a la entrevista, ¿qué le diría a un artista que duda de su futuro?
Que piense en la pasión, sin pasión todos los pasos que dé van a ser en falso. También en la continuidad y es importante que no se quede solo dentro del arte, que explore otros campos, por ejemplo, la tecnología.

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