festivales

Juan Arnau: "Volvemos con todo en el Monegros Desert: 125 artistas, 11 escenarios, un avión, un tren..."

El CEO del festival revela las claves de una cita que renacerá el próximo sábado en tierras fragatinas tras ocho años de ausencia.

Juan Arnau Lasierra, supervisando sobre el terreno uno de los escenarios del Monegros Desert.
Juan Arnau Lasierra, supervisando sobre el terreno uno de los escenarios del Monegros Desert.
Toni Villen

¿Cómo gestiona las emociones tres días antes de que 60.000 personas acudan a ‘su casa’?

Con emoción, alegría y muchísimo estrés para que salga todo bien, desde lo logístico a la producción o el tráfico. Aunque lo que más tengo es ilusión. Por fin va a ver la luz un proyecto muy importante para todos nosotros y en el que hemos invertido mucho esfuerzo. Percibo en nuestro público esa emoción por celebrar esta vuelta del festival que, tras la pandemia, es casi la vuelta a la vida tras dos años sin poder bailar. La gente está con muchas ganas.

¿Qué consejos o recomendaciones le daría a los asistentes?

El consejo es que se lo tomen con calma. Es un maratón, no es un esprín. Son 22 horas de un festival en el que te puede pasar de todo en positivo. Pero no tienen que ir con prisas, sino disfrutando de cada uno de los momentos mágicos que habrá. Será un festival para recordar, que quedará en la memoria de aquellos que asistan.

El retorno del Monegros Desert se produce ocho años después de su hasta ahora última edición.

Ha costado mucho esfuerzo y sacrificio sacar adelante el festival. Llevamos cinco años preparando esta edición de retorno. Comenzamos en 2017 y, justo cuando íbamos a hacerlo, en 2020, nos pilló la pandemia y nos ha retrasado otros dos años. Pero somos positivos y estamos muy contentos de seguir dando guerra.

¿Qué trabajo hay detrás de un evento de esta magnitud?

Organizar cualquier festival supone un enorme trabajo, pero en el caso de este Monegros Desert, mucho más. Desde el primer momento quedamos con la familia que no queríamos volver haciendo un festival sencillo, con estructuras básicas de escenarios y DJs. Nuestro reto era llevar a cabo un proyecto creativo que no se ha hecho nunca en España. Obviamente una cosa es decirlo y otra hacerlo. Hay muchísima gente que interviene a nivel internacional. En la confección de los escenarios hemos trabajado con portugueses, brasileños, belgas, sudafricanos e ingleses.

¿Cuántas personas están involucradas?

El día del festival trabajaremos unas 2.200 personas. Durante los meses anteriores hemos estado involucradas en la organización entre 800 y 1.000 personas.

¡El festival contará con once escenarios!

Es que no queríamos volver a medio gas. Lo hacemos con todo:con once escenarios –incluido un avión Airbus–, con más de 125 artistas, con más de 55.000 entradas vendidas en 88 países. Todo esto significa que la marca del Monegros Desert estaba muy viva pese a su letargo y que la gente tenía muchísimas ganas de volver al desierto.

Tanto usted como su hermana Cruz llevan en los genes no hacer las cosas de una forma ‘normal’.

Tanto nuestros abuelos como nuestros padres siempre nos han inculcado que no hay una forma fácil para llegar a las metas que nos propongamos. Mi abuelo contrataba a orquestas en Fraga antes de que tocaran en Madrid o en Barcelona. Mi padre introdujo la música electrónica, siendo uno de los pioneros en España hace más de 30 años. Y nosotros hemos seguido el ritmo incluyendo esta parte innovadora de más conceptos creativos, con decorados, escenografías...

Uno de los escenarios más pequeños pero más especiales se llama El Pajar.

En ese espacio es donde mi padre y mi tía veraneaban con mis abuelos cuando hacían la recogida del trigo y la cebada. Pasaban varias semanas muy divertidas. En el corral es donde estaban las ovejas y las cabras, y en el pajar es donde se secaba y almacenaba el trigo. Mi padre ya recuperó ese espacio cuando montaba las Groove Parades con grandes artistas. Y nosotros queríamos hacerle un homenaje porque nos conecta con la parte más sentimental del festival. Nos encanta que la gente pueda disfurtar con nuestros orígenes. Este año programaremos allí 15 o 20 artistas de drum’n’bass de toda España, tanto nuevos como de la vieja escuela.

Otro de los escenarios es un tren real.

Hemos hecho un ‘Artist Village’ y se nos ocurrió traer un tren con dos vagones que estamos convirtiendo en una zona de ‘chill out’ y con una cabina de DJ. Tiene una capacidad para unas 3.000 personas y está destinado para que los artistas, los que hayan adquirido la entrada VIP y los invitados puedan desconectar y disfrutar de una experiencia diferente en el festival.

¿Y el avión?

Lo del avión comenzó como una idea muy loca en plena pandemia: llevar un avión al desierto. Pero apoyaron la iniciativa y nos lanzamos a ello. No fue sencillo, estuvimos a punto de cancelarlo ya que el transporte no era sencillo y surgieron muchas trabas. Pero lo llevamos a buen puerto, lo ensamblamos y será una pista de baile para 800 personas con actuaciones ‘secretas’ de DJs internacionales.

El escenario principal, para 30.000 personas, es de madera y un guiño a las ‘raves’ originales.

Queríamos recordar las ‘raves’ de los años 90 que hicieron posible que Monegros Desert exista. Como la que montaron mis padres para 400 amigos. Lo hemos representado poniendo montones de altavoces uno encima del otro, a la vieja usanza. Es todo muy retro, envejecido a propósito en madera para hacer un guiño no solo a mis padres, que asistían a ‘raves’ por toda Europa, sino a todas esas generaciones que nos antecedieron.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión