El dúo de magos Calamidad y Desastre cumple 25 años sobre los escenarios

La pareja de prestidigitadores aragoneses también diseña y vende efectos a profesionales de toda España

David Sebastián y Néstor Aznar, ante Ideota, el taller en el que construyen sus efectos mágicos.
David Sebastián y Néstor Aznar, ante Ideota, el taller en el que construyen sus efectos mágicos.
Francisco Jiménez

Se publicitan como ‘pareja de hecho’ y aseguran hacer "magia iconoclasta, magia transgresora, magia a contrapelo y magia diferente". Néstor Aznar (Zaragoza, 1981) y David Sebastián (Zaragoza, 1979) se llaman artísticamente Calamidad y Desastre y acaban de cumplir, casi sin advertirlo, 25 años sobre los escenarios. Son, además, uno de los equipos creativos más cotizados de España en el campo de los efectos de prestidigitación. Muchos grandes ilusionistas españoles han comprado alguna de sus creaciones.

"Nos conocimos en la Asociación Mágica Aragonesa, cada uno hacía magia por su lado y empezamos a trabajar juntos un poco por casualidad –relata David Sebastián–. Néstor me llamó un sábado sobre las 2,30 de la tarde para decirme que le había salido una actuación ese mismo día y que si podía ir a ayudarle. Le dije que sí y luego resultó que la actuación era a las 4, apenas un rato después». Creen que ahí surgió su nombre artístico, al prever que aquello iba a ser una calamidad... o un desastre. Pero no. La cosa funcionó, y hasta hoy. No es muy frecuente ver a magos actuando en pareja en pie de igualdad, y menos durante 25 años.

Desde sus primeros pasos juntos hicieron del humor su seña de identidad, un humor a veces corrosivo, que explora todos los límites. "Hace 25 años los espectáculos de magia en España eran mucho más visuales que ahora. En general, salvo alguna excepción, había mucha más música y menos palabra –apunta Néstor Aznar–. Nosotros no solo hablamos: conversamos, discutimos, interactuamos... Y, a pesar de todo, seguimos siendo amigos".

"En nuestros espectáculos intentamos equilibrar magia y humor –añade David Sebastián–, pero no lo tenemos todo definido al detalle. Improvisamos mucho en escena, y depende del día y del humor que tenga el público, apostamos más por el ilusionismo o más por el humor». En su trayectoria reciente destacan espectáculos como ‘Magia entre amigos’ o ‘La gran gala mágica’, en los que colaboran otros profesionales. Y algunos números de su invención, como ‘La caja de pollos’, los ponen en escena con idéntico éxito año tras año.

David Sebastián y Néstor Aznar nos preparan uno de los trucos que más veces han representado durante todo este tiempo.

La magia, como espectáculo, ha cambiado mucho en los últimos 25 años. Ellos han sido testigos privilegiados de todos esos cambios. De cómo de los números con animales (también han tenido las clásicas palomas) se ha pasado a ‘la magia del chip’. En ese tránsito les ha ayudado su formación: uno trabaja en el ámbito de la electrónica y otro en el de la informática.

"La parte mecánica y clásica de toda la vida sigue funcionando en el mundo del ilusionismo -señala Néstor Aznar–. Lo que ocurre es que la tecnología lo ha revolucionado todo, hasta el punto de que es ya la base de buena parte de los efectos que se ven en escena. Hoy con dinero se puede conseguir cualquier cosa, se puede hacer que un milagro sea creíble". Aunque, matiza David Sebastián, "gran parte de los efectos de prestidigitación están ya inventados". Pero cambia la presentación, la puesta en escena, el envoltorio. En su estudio zaragozano, bautizado como Ideota, Calamidad y Desastre han diseñado números para los principales ilusionistas del país, desde El Mago Pop al mentalista Luis Pardo, pasando por Miguel de Lucas, Mag Lari o el Mago Edgard. A veces les piden un efecto concreto, en ocasiones que perfeccionen otro ya existente, y también se ocupan de convertir en un número lo que no pasa de ser un deseo, como "quiero que salga luz de este objeto". Juega a su favor que no solo son creadores, sino que también son magos de escena, por lo que se anticipan a cualquier tipo de problema que pueda surgir en la ejecución.

"Habitualmente trabajamos sobre proyectos concretos, no con algo que ya existe –asegura David Sebastián–. Hemos llegado a un nivel en el que cobramos por lograr el efecto que se nos solicita pero, para llegar al final de algunos desarrollos, hay que tener mucho camino andado. Y mucho investigado". En 2004 obtuvieron un premio nacional de Invención. "Hay magos españoles que han conseguido premios con efectos nuestros –añade–. También hacemos mejoras,    pero lo habitual es que empecemos el trabajo desde cero".

No tienen claro quién es Desastre y quién Calamidad, pero sí dónde está la clave del éxito: "En el secreto –concluye Néstor Aznar–. Un truco, cuando lo revelas, pierde todo el interés. El público se apaga, incluso le parece fácil. La magia es pura ilusión".

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