ARTE Y LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Sergio Muro: "El éxtasis es vivir. La vida debería ser un verano eterno"

Tras su estancia en Berlín, el artista zaragozano presenta el día 7 su poemario, obra teatral y colección de postales 'Contemporánea'

Sergio Muro, con su perro, ante el Museo Pablo Gargallo.
Sergio Muro, con su perro, ante el Museo Pablo Gargallo.
Toni Galán.

¿Cómo valora la estancia en Dublín y también ese proyecto del Ministerio de Cultura de pasar dos meses en el extranjero?

Altamente positiva. Ha sido esencial para dar otro pequeño paso en mi trayecto como persona y creador. El poder dedicarte exclusivamente, a un proyecto y temática, durante dos meses hace que explores por rincones que con la vorágine diaria es imposible. Te permite generarte estímulos, crearte momentos que hacen que florezca tu mejor versión. 

 ¿Qué le ha dado una ciudad tan literaria como Dublín, la ciudad de Joyce, Wilde, Yeats, etc.? 

Para mí volver a Dublín tenía un doble significado. Era volver a una ciudad que hace 20 años me aportó la distancia oportuna para encontrarme a mí mismo. En esta ocasión me he encontrado a nivel literario. Además, como bien indicas los autores irlandeses rezumaban en la atmósfera, de hecho, estuve presente en varios acontecimientos del aniversario del Ulises de Joyce. La ciudad en sí misma es muy inspiradora, me recuerda mucho a Zaragoza. 

 ¿Cuál ha sido su trabajo o su proyecto exactamente? 

El proyecto que presenté al Ministerio era escribir una obra teatral sobre la belleza en la contemporaneidad. Pero para hacerlo veía clave que profundizase en un ensayo filosófico y antropológico antes de volcarme en la obra. Paralelamente, sentía la necesidad de escribir poesías, letras de canciones, dibujar en mi cuaderno de artista. Todo lo que plasmé en la habitación del hotel estaba encaminado a un solo objetivo: 'Contemporánea. El éxtasis de la belleza'. Que se ha convertido en un libro y en una obra teatral, a modo de proyecto global. 

 ¿Puede llegar a todo Sergio Muro: a la pintura, al dibujo, a la poesía, al teatro, a la interpretación, al ‘happening’ o estamos en un tiempo donde las disciplinas pierden sus contextos? 

A veces me pregunto si tengo el “síndrome del impostor”, pero en seguida sé que tengo una necesidad imperiosa de expresarme sin etiquetarme, de experimentar, de fluir. Indudablemente sé que no puedo ser excelente en todo, pero el mero hecho de retarme me hace crecer exponencialmente como creador y como persona. 

¿Qué es para usted la belleza, qué matices tiene o le concede? ¿O será cierto, como escribe en un poema, que la belleza no se puede describir? 

Todo lo esencial es inefable, el amor no se puede describir, el arte tampoco. Son símbolos que se sienten en el interior y solo los reconoces cuando te paralizan. Aun así, el ser humano lleva desde tiempos prehistóricos intentándola capturar, poseer, tener o vislumbrar. En la etapa que estoy ahora, la mirada de mi perra, el abrazo de una sobrina, las manos delicadas de quien pasea conmigo, una carrera por la ribera con los amigos, la sonrisa de mis padres… Esos pequeños momentos me hacen saborear belleza. Pero, por otro lado, y ahí está la doble cara, cualquier acto de intransigencia o insurgencia contra las injusticias me parece un acto bello. 

Ha hablado con un puñado de personas sobre el tema. ¿Qué conclusiones ha sacado de la encuesta? ¿Qué definiciones o vivencias le han seducido? 

Lo que más me ha encantado ha sido hablar con muchas de esas personas en sus entornos, donde ellos se sienten de alguna manera demiurgos. David Grant un virtuoso lutier y actor que me enseñó su atelier; Alfonso Albarrán un maestro joven de Aranda del Duero que estaba en una guardería con mucho bagaje literario; Sergio Vílchez escritor que vive en Dublín desde hace más de 20 años y que da talleres literarios; mi antiguo entrenador Adam Jones, que su vida es entrenar a atletas. Cada uno me ha demostrado que la belleza es hacer lo que uno ama, sin condiciones, sin restricciones. 

 “Eres un ácrata en el país de la imaginación”, escribe en un diálogo imaginario consigo mismo. ¿Sería ese su autorretrato? 

Sí, indudablemente. Hay que serlo sino te conviertes en un burócrata autómata de la creación o de la vida. 

 ¿Quién tiene más glamur, una estrella de rock o un poeta? 

Creo que los poetas sin lugar a dudas. Y uno de mis poemas, aunque tiene cierta sorna, versa de eso. Me gusta cómo se han roto barreras en ciertas disciplinas que ahora vuelven a tener un auge social, como la poesía, el cómic, la 'performance'. 

¿Para quién escribe poesía o, más que poesía en sí misma, cabría decir que ha hecho un diario de intuiciones y de accidentes íntimos? 

Uno escribe siempre para sí mismo, nos gusta exteriorizar nuestros pensamientos, pulsiones, filias y fobias. Tengo que decir que tengo una facilidad enorme para escribir, sobre todo poesía. Es escuchar una palabra, y a partir de ahí brota, de manera casi bulímica, un arroyo de palabras conectadas que conforman al final un poema o canción. Tengo mucha vida interior, y los accidentes creativos provocan un resurgimiento de mi ser. 

En este proyecto con Zoográfico editorial hay también una colección de Postales. ¿Qué buscaba, ensayar autorretratos tal vez? 

Zoográfico ha hecho un trabajo excepcional en la edición del libro. Yo por mi parte, me retroalimento siempre en paralelo y simultáneamente: escribo prosa, pinto, dibujo y también escribo poesía. Esto me hace sacar lo mejor de mí. Por supuesto, una parte después se desdeña, pero es esencial en mi proceso creativo. Las postales son algunos de los dibujos del cuaderno de artista que realicé en la estancia, y ahí se puede vislumbrar desde mi desnudez y soledad en la habitación del hotel, el sombrero que me regalaron, los jardines del botánico o el ambiente de un pub dublinés. Como decía es una especie de bitácora. 

Zoográfico ha hecho un trabajo excepcional en la edición del libro. Yo por mi parte, me retroalimento siempre en paralelo y simultáneamente: escribo prosa, pinto, dibujo y también escribo poesía.

¿En qué consiste para usted ese éxtasis que canta, retrata y evoca? 

Cada vez estoy más convencido que el éxtasis es vivir, pero ser consciente realmente de que estás viviendo en plenitud. Que la vida, aunque sea repetitiva y nosotros seamos insondables, se convierta en un acontecimiento. En la obra teatral que estrenamos en el Teatro del Mercado el éxtasis fue abrazar al final al maravilloso elenco de actores y a los músicos. El éxtasis es intentar trascender dando lo mejor de uno mismo, porque si no es perder el tiempo y el talento. 

¿Existe alguna vinculación especial entre el verano y la belleza? 

Toda. En el verano existe la pausa para poder reconocerla. Y está por todas partes. La vida debería ser un verano eterno. 

LA FICHA 

'Contemporánea. El éxtasis de la belleza'. Sergio Muro. Zoográfico Editorial. Presentación: a las 19.00 en el ICCAA Pablo Serrano.

 

 

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