fotografía. ocio y cultura

La fotógrafa Isabel Muñoz se zambulle en el mar y denuncia el maltrato al planeta


La fotógrafa expone en Zaragoza, en los Antiguos Depósitos Pignatelli, ‘Somos agua’, integrada en PhotoEspaña, una serie en defensa de los océanos

Isabel Muñoz, valiente y emprendora, una auténtica poeta de la imagen, ante una de sus obras.
Isabel Muñoz, valiente y emprendora, una auténtica poeta de la imagen, ante una de sus obras.
Oliver Duch.

Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) es una de las grandes fotógrafas españolas y es, desde sus inicios, una auténtica buscadora de la belleza. Acepta que la vida puede ser dura e imperfecta, pero también “es bella y me gusta reflejarlo”, ha dicho en la inauguración de su exposición ‘Somos agua’, en los Antiguos Depósitos Pignatelli, dentro de la programación de PhotoEspaña, que celebra su XXV edición y lleva ya dieciséis años presentándose en Zaragoza, como recordó su representante. La vicealcaldesa y concejala de Cultura del Ayuntamiento Sara Fernández recordó la trayectoria de Isabel Muñoz y afirmó que esta es una exposición de denuncia ante el cambio climático que apuesta por la sostenibilidad, y que es inmersiva. Isabel Muñoz lleva seis trabajando en este proyecto que tiene varios focos.

La fotógrafa, galardonada con el Premio Nacional de Fotografía en 2016 y con el PhotoEspaña en 2009, es una auténtica maestra del movimiento, de la puesta en escena y del blanco y negro, aunque también incorpora el color; en una pieza hace pensar en aquellos tejidos enredados de Ricardo Santamaría de la Escuela de Zaragoza. “Yo no soy una fotógrafa de naturaleza, pero he disfrutado mucho haciendo este trabajo. Ya no me conformo solo con la fotografía fija: me gusta exponer imágenes en acción, incorporar las nuevas tecnologías”, apuntó.

Fue algo más allá y señaló que cada vez más le gusta mostrar el ‘making off’ de lo que hace: el cómo se llega a la esencia de cada serie. En una muestra “inmersiva y multisensorial”, con juegos de luces y sonidos que proceden del corazón del mar, ofrece un discurso artístico que expresa su preocupación por los océanos, la vulnerabilidad del mar y los efectos del calentamiento global, así como algunos perniciosos usos de la naturaleza “En lo que llevamos del siglo XXI, ya hemos usado más plástico que en todo el siglo XX”, dijo.

El plástico está muy presente en la muestra: como cuerpo extraño, como intruso que hace su propia ruta como si fuera un trasatlántico, como envoltorio de una bailarina japonesa que parece una sirena realizando danza butoh en el agua. Isabel Muñoz quiere aludir a los mares del pasado, más cuidados y sin apenas contaminación, y lo hace en una pieza de vídeo, y a también a los mares de hoy, “víctimas de nuestros excesos”, donde hay rocas, medusas, rayas, tortugas, tiburones imponentes, algas, cefalópodos, caballitos de mar, anémonas, etc. Por ello, la fotógrafa se preguntó qué íbamos a dejar a nuestros hijos y nietos si seguimos arrojando al agua plásticos o residuos que pondrán fin a la diversidad marina.

A Isabel Muñoz siempre le ha interesado mucho la danza, el baile, los cuerpos. Y aquí, con otros matices, también. Para realizar este proyecto en marcha, Muñoz se sumergió en los distintos acuarios del Instituto Oceanográfico de Valencia junto a Ai Futaki, doble récord Guinness de apnea y embajadora de Medio Ambiente de Japón, luego se trasladó al medio natural, a la isla de Tabarca, reserva marina desde hace 35 años, y aún fue a Japón, al ártico, donde retrató a su bailarina ya los buzos y descendió doce metros de profundidad, con un traje de neopreno, junto a un iceberg.

La muestra muestra la fragilidad de la naturaleza y la agresión de los plásticos. La fotógrafa y su bailarina exploran, en Japón, un iceberg.
La muestra muestra la fragilidad de la naturaleza y la agresión de los plásticos. La fotógrafa y su bailarina exploran, en Japón, un iceberg.
Oliver Duch.

Isabel Muñoz, emoción y pasión, se implica en todo lo que hace. Se juega el tipo. Dijo que le emocionaba mucho que ‘Somos agua’ estuvieron en los Antiguos Depósitos Pignatelli, que surtían de agua la ciudad hasta el siglo XVIII, y que Zaragoza era una de las estaciones de paso de su vida: paró mucho aquí con su madre y sus tres hermanas para rezarle a la Virgen del Pilar, y su madre siempre les decía que cuando estuviera vestida de verde les ayudaría a cumplir todos sus deseos. “A ver si es verdad. El pasado domingo, la Virgen llevó un manto verde”, apuntó la fotógrafa.

También tuvo palabras de cariño hacia el proyecto Territorio Goya, donde ella ha participado con una: su instalación 'Sombras. Serie Japón 2018' se colocó en Letux, el pueblo del poeta Rosendo Tello, que es una reinterpretación del cuadro de Goya 'Saturno devorando a su hijo'. Dijo que no era una experta en el pintor, pero sí vio alguna conexión entre los dos proyectos: “Al fin y al cabo, yo, como Goya, también intento canalizar la emoción y el dolor sin renunciar a la belleza”. ‘Somos agua’ permanecerá en los Antiguos Depósitos Pignatelli hasta el 28 de agosto, y es una muestra emocionante, de atmósferas, de una artista valiente, personalísima, que invierte meses y meses, años, en desarrollar un tema hasta convertirlo en una referencia.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión