Antonio Burillo: "Cuando era niño, unos jugaban al fútbol y yo diseñaba"

El diseñador zaragozano triunfa internacionalmente con su marca, The 2nd Skin Co. Este fin de semana ha vuelto a su ciudad natal para ser jurado del concurso que a él le dio el espaldarazo en su juventud y para desfilar en el marco de la Aragón Fashion Week.

El diseñador zaragozano Antonio Burillo.
El diseñador zaragozano Antonio Burillo.
Toni Galán

"Me considero un chico muy trabajador y creo que soy bueno en mi trabajo", dice Antonio Burillo. Modesto como es, añade acto seguido: "Pero he tenido muchísima suerte en mi vida". Puede que este zaragozano llame "suerte" a lo que bien podría ser el destino. Un destino forjado desde una vocación temprana, entendida y animada por su familia -fue su tío abuelo quien, al verle dibujar junto a su hermano, lo llevo a la Academia de Nacho Latorre- y una carrera construida paso a paso, con dedicación. 

El Certamen de Jóvenes Diseñadores que se celebró este viernes, en el que el modisto aragonés presidió el jurado, le ha servido como un suerte de trineo Rosebud, un punto de apoyo para echar la vista atrás y valorar el camino desde que siendo casi un niño ganó ese concurso hasta el presente, cuando su marca, The 2nd Skin Co, se ha convertido en una de las favoritas de importantes personalidades del mundo, incluyendo algunas reinas, reales, como la de España, o del 'show business' como Beyoncé.

Fue su tío abuelo quien, al verle dibujar, dijo: "Este niño tiene que ser diseñador". Qué ojo, ¿no?

Quería dibujar como mi hermano, pero yo solo sabía dibujar chicas. Un tío abuelo vio mi cuaderno y dijo: "Este niño tiene que ser diseñador, qué cosa tan bonita". Investigó y en Modas Victoria le hablaron de la Academia de Nacho Latorre.

¿De qué año hablamos?

Pues como en el 93.

Sería el único niño.

Pues era mi actividad extraescolar, unos niños jugaban al fútbol pues yo diseñaba. Una cosa que le llamó la atención a Nacho es que un niño tan joven quisiera aprender diseño, yo tenía 11 años. Pero es que me atrapó el ambiente. Al año siguiente ya empecé a hacer patronaje, corte y confección. Yo es que he tenido siempre muchas inquietudes y la moda me creo mucha inquietud de saberlo todo.

Y ahora está de vuelta en casa de jurado de una certamen que usted mismo ganó.

Para mí aquello fue un punto de inflexión. Porque el premio me llevó a Milán, donde conocí a Tamara Falcó, mi primera socia, y luego al taller de Ángel Schlesser.

Viste a la reina de España y es el tercer aragonés en hacerlo, junto a Pertegaz y Margarita Nuez. ¿Qué les une? ¿Quizá la discreción?

Desde luego ese es un requisito fundamental, y por eso poco puedo decir al respecto (se sonríe). Pero siento mucho orgullo.

El diseñador Antonio Burillo.
El diseñador Antonio Burillo.
Toni Galán
"De niño, la moda me creó la inquietud de saberlo todo"

"La estética de la jota es muy bonita y la danza, a mí que fui bailador, me parece espectacular, pero me es muy difícil llevármela a mi terreno en la moda"​

​"Los tejidos me cuentan historias"

De jovencico, en Zaragoza, además de la costura tenía otra afición: la jota. ¿Le ha marcado en algo?

Muy al principio, en los cuadernos que hacía Milán es verdad que las chicas que dibujaba llevaban pendientes muy grandes, como de baturra, o mantones, bolsos como antiguos. Pero aunque la estética es muy bonita y la danza, a mí que fui bailador, me parece espectacular, me es muy difícil llevármela a mi terreno.

¿De dónde parten las colecciones En The 2nd Skin Co, a partir de qué se construyen?

Otro aprendizaje muy grande para mí fue el de Angel Schlesser, porque allí aprendí cómo se hace una colección desde cero. Él me llevaba a las ferias de tejidos. Y las colecciones se empiezan ahí. Yo siempre digo lo mismo: a Juan Carlos (Hernández, socio de Burillo en la firma) y a mí los tejidos nos cuentan historias: cómo se comportan, cómo se mueven, un estampado, un color...

Hace no tantos años, quien más quien menos entendía de tejidos, las señoras tocaban las prendas antes de comprarlas. Ahora se piensa casi solo en la tendencia. ¿Es un error?

A nosotros nos viene gente diciendo que quiere un vestido de seda. ¿Pero de qué tipo de seda? La seda es una fibra no un tejido.

¿Cambiaría en algo si la gente supiera más de este asunto?

Un error común hoy en día es creer que una fibra natural, que a la gente le encanta y es lo que más trabajamos, es mejor, pero por ejemplo ahora hay polyésteres increíbles, que dan unos aspectos maravillosos. Y además se arrugan menos. Por ahí parece que convencemos a la gente. Por lo práctico.

O sea, que la arruga ya no es bella.

A mí me encanta las arrugas.

La pandemia puso en solfa muchas cuestiones, también en la moda. Por ejemplo, hay quien puso en duda el sentido de los desfiles o de las semanas de la moda. ¿Cómo lo ve?

Para mí un desfile es una experiencia que ofreces al espectador. No tiene nada que ver un desfile en vídeo que in situ, viendo cómo se mueven las modelos, las telas. Para mí es una experiencia que hay que vivir. Yo no creo que los desfiles de moda se acaben nunca.

La creación de moda es a menudo una dicotomía para el diseñador entre la introspección del taller y la exposición pública. ¿Cómo lleva el faranduleo?

Fatal. Aunque he bailado jota y me he enfrentado al público, la verdad es que tengo cierto pánico escénico, pero ya me estoy relajando.

¿Qué importancia han tenido las famosas que han elegido sus creaciones en el despegue de su marca?

Muchiiiiiiísima. Muchísima. Muchas de ellas son prescriptoras. Puedes vestir a según que famosas y no vender nada, pero otras...

Entonces, podemos decir que su marca ha sido elegida por las personas adecuadas, las que han sintonizado realmente con ella.

Sí, sí. Todas las 'celebrities' que se han puesto algo nuestro creo que se han sentido identificadas. Por ejemplo, Eugenia Silva, que fue de las primeras famosas en ponerse algo nuestro. Nos supuso un 'bum'.

La moda está haciendo un gran esfuerzo en aras de la sostenibilidad a la vez que existe una ingente oferta y demanda de prendas baratas de usar y tirar. ¿Cómo ve el futuro al respecto?

No lo sé. Nosotros creemos que nuestro producto es sostenible porque es atemporal. Un vestido de cóctel de The 2nd Skin de hace 15 años te lo puedes poner a día de hoy.

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