entrevista

Nacho Vegas: "Hemos normalizado cosas que son auténticamente aberrantes:

El músico asturiano (Gijón, 1974) presenta en directo en la sala Oasis de Zaragoza (22.30) las canciones de su último álbum, ‘Mundos inmóviles derrumbándose’.

El cantautor Nacho Vegas actúa hoy en la capital aragonesa.
El cantautor Nacho Vegas actúa hoy en la capital aragonesa.
Jesús Hellín/Europa Press

Su nuevo disco, ¿es una llamada a la acción, un nuevo camino?

Al final las canciones son miradas desde tu propia vida, desde la más pura intimidad, pero es una mirada hacia fuera, hacia el mundo en el que vives y que cuestiona ese mundo. No es una mirada inocente en ningún sentido. El álbum propone nuevos horizontes y por lo tanto también es una llamada a la acción, o por lo menos a enfrentarnos a ese ser reaccionario que todos llevamos dentro y que a veces nos pide que nos quedemos como estábamos antes, cuando antes no estábamos bien. La música nos hace sentirnos vivos y nos provoca esa urgencia, esas ganas de avanzar y no de permanecer inmóviles y ser muertos en vida.

Se fue a un pueblo, Ortiguera, para trabajar en la composición de las canciones...

Aquí en Asturias tenemos la suerte de que, aunque vivo en Gijón, en cinco minutos ya estás en el medio rural y la mirada, la vida, es diferente. En otras ocasiones también me fui a escribir parte de canciones, a inspirarme o a buscar cierto sosiego, cierta tranquilidad que te hace estar en un estado especialmente lúcido y reflexivo para escribir canciones.

¿Ayuda a despejar la mente?

Irte a sitios donde la vida transcurre de otra manera hace que te sientas más preclaro, que veas con más luz esos momentos. Y en este caso sí que lo he hecho de una manera más consciente. No escribí allí todo el elepé, pero sí que es verdad que necesitaba un empujón para acabar ciertas canciones, maquetar otras y saber que tenía un disco entre las manos. Y eso se lo debo a esa parte del occidente de Asturias, a la que solo había ido de guaje y la verdad es que me enamoré de ella.

¿Se cuela en sus canciones lo que hemos vivido en estos últimos años?

Cuando estaba escribiendo las canciones tenía claro que no quería hacer un disco pandémico. En ese momento estábamos saturados de información y quería ofrecer una mirada un poco más allá. Pero nació en un momento en el que todavía no éramos del todo conscientes. Todos sabíamos que, a parte de lo que supone una pandemia a nivel sanitario, iba a haber consecuencias sociales, pero yo creo que no calculamos hasta qué punto impactaría en nuestras vidas a nivel emocional.

¿Cómo le afectó?

Creo que en mayor o menor medida todo la sufrimos. Lo vi a mi alrededor en gente cercana, situaciones muy dramáticas y en ese momento en el que estaba escribiendo las canciones empecé a ser consciente un poco de que a mí también me estaba afectando, y precisamente por eso necesité salir de casa, porque sentía un ambiente un poco asfixiante, una soledad que hasta entonces para mí era una dimensión desconocida y dolorosa. Cuando tú la escoges, puede ser algo que te proporciona sosiego y puede ser inspirador, pero cuando es impuesta se convierte en algo paralizante.

En el disco hay una canción que se titula ‘La séptima ola’, pero no tiene nada que ver con la covid.

Estaba compuesta con anterioridad y no pensaba en absoluto en eso. Vivo muy cerca del mar y se cuela en mis canciones muchas veces como un paisaje de fondo, como un personaje más. La canción es una metáfora de las olas que suelen venir en series de siete. Pero no tiene que ver con las olas pandémicas.

En otro tema, ‘Big crunch’, tira con bala al son de una melodía alegre...

La reivindico como canción panfleto bomba. Recuerdo que en mi generación, la del indie, había una reticencia por parte de muchas bandas a hablar de cualquier cosa que implicara algún tipo de posicionamiento político o crítico con el mundo. Siempre que una canción hablaba de política se decía con desprecio que era un panfleto, se trataba de forma despectiva.

¿La ha hecho para desquitarse?

Me apetecía casi reivindicarlo, pero es cierto que muchas veces algunas canciones con cierto contenido político sí que pueden sonar demasiado solemnes o demasiado graves. Sin embargo, los grandes autores de canción política siempre han utilizado muy bien el sentido del humor. Gente como Phil Ochs, Billy Bragg, The Housemartins o ese contraste de lo íntimo con lo social como hacía Violeta Parra.

Lo ha logrado.

En mi caso, quise componer una canción en la que vomitar todas estas cosas que percibes en el mundo que nos ha tocado vivir, que hemos normalizado, pero que son auténticamente aberrantes y que forman parte de este sistema criminal, capitalista y salvaje en el que vivimos, pero con ese contrapunto de que fuera la melodía más luminosa del disco.  Quería evitar precisamente esa gravedad aunque hable de temas que son duros .

Tiene una muy buena relación con Aragón y músicos de esta tierra como Bunbury, Edu Baos, Sebas Puente, Sergio Vinadé...

En una relación de un cariño muy especial. No es algo que se diga como un cliché. Bunbury, toda la gente de El Niño Gusano, Tachenko (Sebas y Sergio) y por supuesto Edu, que es un hermano, un amor, un músico maravilloso. Me alegro enormemente del éxito que están teniendo con León Benavente. Tocar en Zaragoza es especial porque he conocido a gente maravillosa de la que he aprendido muchísino, y de la que sigo aprendiendo.

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