Honrando a Antón García Abril
De voz caudalosa y lozana, a veces tierna y otras briosa y ágil, Paola Leguizamón se mostró convincente adueñándose de pasajes expresivos cargados de contrastes, desde el lirismo más bucólico al dramatismo más contundente. Rasgos siempre latentes en los pentagramas de Antón García Abril y que en esta ocasión afloraron nítidos en la interpretación que la cantante ofreció de las ‘Canciones de Valldemosa’, del turolense. Eficazmente arropada al piano por Rubén Fernández Aguirre, Leguizamón estuvo especialmente pulida en las piezas de esta colección vertebradas sobre poemas del gran Antonio Gala, como la refrescante ‘Agua me daban a mí’. Una colección que zanjó con grandilocuencia bien expresada en ‘Preludios de Mallorca’ sobre poema de Gerardo Diego.
Luego, Leguizamón acompañada por Fernández Aguirre, verdadero alma mater de este homenaje a García Abril, ofreció sus ‘Tres canciones españolas’, sobre poemas de Garcia Lorca, donde lució dicción generalmente clara, y desembocó en la ‘Baladilla de los tres ríos’, dándolo todo en los versos inconmensurables del gran Federico.
El tenor Airam Hernández sostuvo bien la línea de canto y capeó airosamente las modulaciones tonales sinuosas de las ‘Canciones de amor’, también de García Abril, una de las cuales, ‘Rumor de mar y viento’, trajo un momento de especial brillo artístico tras una notable introducción del piano. De voz agradable y potente estuvo algo forzado, no obstante, en ese agudo final ‘afalsetado’ en ‘Cuando yo te busqué…’. Hecho del que luego se desquitó luciendo voz en todo su esplendor en ‘¡Vive!’, de ‘Homenaje a Gayarre’.
Y completó la terna la joven soprano Andrea Jiménez, quien bien acompañada al piano por Leyre Saenz de Urturi, exhibió voz clara y bien timbrada tanto en ‘Canciones asturianas’ como en ‘Canciones infantiles’.