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Jordi Puig: "El recinto de la Expo para el Vive Latino es imbatible"

El creador del exitoso festival mexicano visita esta semana Zaragoza para ultimar la preparación de la cita musical que se celebrará el 2 y 3 de septiembre.

Jordi Puig, este jueves ante lo que será el escenario principal del Vive Latino Zaragoza.
Jordi Puig, este jueves ante lo que será el escenario principal del Vive Latino Zaragoza.
Guillermo Mestre

Jordi Puig (Ciudad de México, 1969) creó en 1998 el Vive Latino, un festival que en sus 22 ediciones ha reunido carteles de ensueño y asistencias multitudinarias. Una fórmula que tratará de reproducir en Zaragoza el 2 y 3 de septiembre. Esta semana se ha trasladado a la capital aragonesa con parte de su equipo para seguir trabajando para que el festival sea un éxito y arraigue en Aragón. 

A la tercera será la vencida. Por fin se celebrará el Vive Latino en Zaragoza. 

Ha sido muy duro. La pandemia nos ha comido la vida durante dos años. Estábamos muy ilusionados con el Vive Latino de Zaragoza en 2020. Y en 2021 tampoco pudo ser. Pero siempre hemos mantenido en nuestra cabeza el festival como una prioridad. Hemos tomado otra vez la energía y la ilusión para reactivarlo de vuelta.

Han sido persistentes. Debió ser muy descorazonador tener que cancelar dos años seguidos por la pandemia. 

El Vive Latino tiene 22 años en México y la verdad es que no somos grandes creyentes en las franquicias. Reproducir un festival es complicado. Pero aquí en Zaragoza, en España, todos los elementos se ha alineado para comenzar la marca. Estamos muy ilusionados.

¿Da vértigo la responsabilidad de organizar por primera vez el festival en Europa?

Sí, da cierto vértigo. ¿Cómo reproducir un festival tan exitoso y con tantas vertientes como el nuestro en otra ciudad? En Zaragoza veo la pasión y el gusto por hacerlo. He visto la emoción de los grupos españoles de tocar en América y el entusiasmo de las bandas latinoamericanas de venir a España. Estaba todo puesto para empezar la que espero sea la primera edición de muchos años del Vive Latino en Zaragoza.

Habrá tenido muchas propuestas en el pasado de clonar el proyecto.

En 2007 hicimos una edición en Santiago de Chile y estuvo bien, pero por circunstancias lo dejamos. Hemos tenido conversaciones con varias ciudades pero sentíamos que debíamos concentrarnos en México. Pero cuando llegó en 2019 la opción de Zaragoza vimos que era el momento y por eso estamos aquí.

¿Por qué dijo sí a Zaragoza?

Es una ciudad clave por su localización entre Madrid y Barcelona. Será un festival para público español, pero también para los latinoamericanos que hay en el país. También valoramos el gusto por la música latinoamericana que hay en Zaragoza desde hace muchos años. Hay una relación muy estrecha y especial. Incluso hay bandas como la peruana Dengue Dengue Dengue que se contrataron desde Zaragoza, no tuvimos nada que ver en México.

¿Qué le ha parecido el recinto de la Expo?

El recinto de la Expo es imbatible para un festival. Es una de las razones por la que optamos por Zaragoza. Muchas veces un festival se crea a partir de un descampado, pero en Zaragoza la infraestructura es maravillosa, ideal. Puede ser un festival muy fácil tanto para producir como para asistir y disfrutarlo.

¿Cuál es la filosofía con la que creó el Vive Latino y a la que quiere ser fiel en Aragón?

La premisa cuando lo fundamos en 1998 es que la música con actitud se mezcle y resulte en una buena experiencia. Esta tesis que parece muy sencilla, en aquellos años no era la habitual, no había muchos festivales en México y América Latina. El Vive Latino quiere abrazar y recibir toda la música con actitud de cualquier género. Es un festival de rock pero con muchas variantes. Queremos un festival con corazón centrado en la música, pero con otras muchas actividades artísticas.

Más allá de lo musical, que es lo nuclear, ¿qué otras facetas acogerán?

Eso es lo más complicado de conseguir y en lo que estamos trabajando estos días: que la gente se sienta parte del festival. Todo el equipo que hemos venido de México junto al de Zaragoza estamos interactuando para darle personalidad a esos dos días, para que se sienta que lo estamos construyendo un colectivo. Es muy probable que haya lucha libre, teatro, proyecciones de cine...

¿Qué equipo hay detrás de un acontecimiento así?

Contando la operación, la producción y la hostelería estamos hablando de cientos de personas. Un festival es importante por el entretenimiento, pero también porque genera un impacto positivo en la zona donde se celebra. Que haya 25.000 o 30.000 asistentes por día da mucha vida a muchos sectores. Lo hemos percibido desde el primer momento en Zaragoza, donde el Gobierno de Aragón ha entendido que, si la cosa sale bien, podemos contar con un evento muy potente para la ciudad y la Comunidad.

¿Cómo será la experiencia de quien acuda al festival?

Musicalmente el objetivo es que cuando la gente marche a casa haya descubierto al menos a dos grupos que no conocía y que le interesan. No hay nada más bonito que descubrir y conocer. Pero también nos esforzaremos en los servicios, tanto en los baños como en la hostelería, para que el público salga encantado.

¿En lo gastronómico también se acercará a América Latina? 

Ahora mismo estamos hablando de que en cada edición haya un par de países latinoamericanos medio invitados, que resalten más que los otros. Y eso incluye la gastronomía y el arte actual de esos países. Nos encanta cultivar esa onda de retroalimentación.

En lo referente al cartel, sobresale el concierto de Enrique Bunbury el 3 de septiembre. Si ya era uno de los referentes, ha cobrado todavía más emoción tras su anuncio de retirada de los escenarios. 

Para mí en particular es especial porque llevo muchos años trabajando con Enrique en América Latina y en Estados Unidos. Es una página más del viaje que me ha dado la vida de trabajar con él. Es un placer estar desde los 90 con él, siempre supervivo y con algo nuevo. Ahora nos toca presenciar este capítulo de su despedida de los escenarios.

También estuvo involucrado en la gira de regreso de Héroes en 2007.

Sí, me tocó hacer Guatemala, México, Argentina, Los Ángeles… Tengo la fortuna de estar con Enrique desde su primer disco como solista hasta ahora. Va a ser muy especial lo del 3 de septiembre.

¿Qué le atrajo de él?

Lo directo y honesto que es ante lo que quiere presentar. Es interesante abrir brecha en nuevos mercados con un artista que lo tiene todo tan claro. Hemos ido a ciudades donde nadie iba o en recintos donde no se hacían conciertos. Enrique es innovador en todos los sentidos.

¿Le caerá alguna lagrimita el día 3?

Puede ser.

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