Antonio Jiménez, director de la Fundación Santa María de Albarracín, tiene el privilegio de trabajar en todo lo alto de uno de los pueblos más bonitos de España; además, tiene a la no menos hermosa catedral de su localidad puerta con puerta. En el año que acaba de expirar, la entidad que dirige ha consolidado una faceta especialmente relevante a modo de celebración por su vigesimoquinto aniversario: el Centro de Restauración, que atiende consultas de toda la provincia, salta la divisoria con Castilla para trabajar también en Guadalajara y elabora proyectos en diferentes localidades turolenses.

“Teruel tiene un centro de restauración semipúblico que atiende el buen hacer en la recuperación del patrimonio, garantiza buenos resultados en las intervenciones y, cuando se tercia, ofrece el asesoramiento necesario en este contexto para que las buenas intenciones de ayuntamientos, asociaciones o colectivos de todo tipo, porque no basta con la buena voluntad, es necesaria una guía para conseguir los objetivos marcados en el modo correcto”.

La entrada del Grupo Térvalis como patrono de la Fundación este pasado verano convirtió en septeto el grupo que ya conformaban el Gobierno de Aragón, Ibercaja, el Obispado de Teruel y Albarracín, la Diputación de Teruel, el Ayuntamiento de Albarracín y la familia Angulo. “Además de lo que hacemos en Albarracín y Teruel, reforzados con la llegada de Térvalis, también contamos con el apoyo anual de la comarca del Maestrazgo, que nos encarga dos obras anuales de pequeño presupuesto y gran relevancia. Este año hemos recibido un total de 22 consultas desde instituciones y colectivos relacionadas con la recuperación de patrimonio, completadas con visitas; no siempre se llega a la intervención, pero esas consultas son una muestra del reconocimiento obtenido por la Fundación en este terreno”.

Jiménez enumera proyectos terminados y en curso en Santa Eulalia, Celadas y Andorra. “También estamos pendientes de una cuarta ejecución en Cuevas de Cañart, una localidad que deberían descubrir todos aquellos que no la conozcan; pasa mucho en toda la provincia, por cierto. También estamos trabajando en Puertomingalvo, y Molina de Aragón en Guadalajara. En Santa Eulalia se trabaja en una casa solariega con los arranques de unas pinturas, mientras que en Celadas el objetivo es recuperar una pintura de la Virgen de la Salud, objeto de veneración fundamental en el pueblo. En Fortanete, la encomienda fue la restauración de las pinturas murales de la ermita de Loreto". 

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"En Puertomingalvo -continúa- se hace el acondicionamiento del salón de exposiciones del Ayuntamiento. Unas catas en la parroquia de Alcorisa hacen prever que hay pinturas bajo la policromía actual, y en Molina de Aragón se opera en el mayor retablo de la iglesia de San Gil”. El trabajo de la Fundación en la Muralla y la catedral del Salvador ha sido notorio y fundamental en Albarracín. Además, el Museo Diocesano de la Catedral conserva una impresionante colección de tapices.

La Fundación recuerda igualmente que ha mantenido el pulso de la actividad en materia de congresos, cursos e iniciativas culturales de todo tipo, a pesar de estar medio año cerrada a estos eventos por la pandemia. “Ha habido cuatro, incluyendo el tradicional de fotografía, y quiero destacar también el proyecto Sonotomía, consistente en grabaciones de diversos sonidos que adornan Albarracín y su entorno. Por otra parte, nos han otorgado dos premios importantes: el de Nueva Cultura del Territorio, otorgado por la Asociación Española de Geografía y el Colegio de Geógrafos, y la medalla de plata de los Amantes, que entrega el Centro de Iniciativas Turísticas de Teruel. Son impulsos que motivan a seguir trabajando con ganas para dar cada vez un mayor y mejor servicio”.