LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Ana Alcolea: "Los jóvenes se siguen moviendo por una buena historia literaria"

La escritora, galardonada con el Premio Cervantes Chico y el Premio de las Letras Aragonesas, recuerda sus vínculos afectivos con Torrero

Ana Alcolea nació y se crió a orillas del Canal Imperial y conserva hermosos recuerdos de sus padres.
Ana Alcolea nació y se crió a orillas del Canal Imperial y conserva hermosos recuerdos de sus padres.
OLiver Duch.

A mis ancestros gallegos les debo lo desconocido, la necesidad de recrear sus rostros y sus viajes a ultramar sin billete de vuelta. Cada vez que entro en Galicia regreso a una tierra que no es mi casa, pero que es tierra mía, como decía José Saramago de Lanzarote», dice Ana Alcolea, tras regresar de una cita con alumnos en la Galicia de sus antepasados.

Siempre reivindica que es una chica del barrio de Torrero.

Fui una chica de Torrero, y por serlo en algunos ambientes me miraban por encima del hombro. Ahora soy una señora (lo digo por la edad) de Torrero que, cuando pasea por la avenida de América, se encuentra con su gente de toda la vida. Su calor y el mío me dicen que sigo siendo la hija de Merceditas.

Fue hija única, en una casa donde no sobraba nada… ¿Cómo marca eso, cuándo diría que nace la escritora?

Fui hija única. En casa no sobraba, pero tampoco faltaba. Mi padre trabajaba mucho para que pudiéramos tener libros y darnos caprichos. Pasábamos veranos en Italia y eso nos convertía en los ‘raritos’ de la calle, y a mí en la ‘rarita’ del colegio. La escritora nace cuando la niña viaja, mira, escucha y se da cuenta de que el mundo es grande, y el suyo no es el mejor.

Lleva dos décadas dedicándose a la creación literaria y todo arranca de un accidente familiar… ¿Qué sucedió con ‘El medallón perdido’, le dio claves, seguridad, impulso?

Escribí ‘El medallón perdido’ para mí y mi familia, tras la muerte de mi primo Jesús en un accidente aéreo en Gabón. No podía imaginar que gustara tanto, especialmente a los adolescentes. Se ha convertido en una especie de clásico de la literatura infantil y juvenil y lleva 36 ediciones.

Su vida, por amor, también está muy marcada por Noruega, donde pasó el confinamiento.

Noruega es protagonista de varios de mis libros, y Aragón también. El mundo es grande, y yo me siento muy privilegiada al poder vivir y convivir en dos culturas, europeas las dos, pero diferentes. Es muy enriquecedor para Ana mujer y Ana escritora.

Es profesora. ¿En qué medida para usted escribir es seguir enseñando o seguir aprendiendo?

Escribir es aprender del mundo, pero sobre todo de una misma. Las palabras son parte de nosotros. Yo me sorprendo constantemente mientras escribo. Lo considero un regalo que me da la vida. No me gusta predicar. Me temo que en algún momento se me escape la docente que soy, pero no escribo libros de autoayuda.

Ha ganado el Premio Cervantes Chico, el Premio de las Letras Aragonesas y ahora el Labordeta. ¿Cómo se mira una al espejo cada mañana?

Agradezco muchísimo los premios, pero no se me suben a la cabeza. Hay que seguir trabajando con el mismo entusiasmo de siempre para no decepcionar, ni a quienes han tenido a bien concederme un premio, ni al resto de los lectores, ni a mí misma.

Viaja mucho por Aragón y por España. ¿Cómo ve a los chicos, anudados al móvil, cómo reciben la literatura?

La tecnología ha cambiado nuestras vidas, no solo las de los jóvenes. Pero por dentro seguimos siendo igual que hace siglos: nos siguen conmoviendo las mismas cosas, el amor, el dolor, la soledad, la enfermedad, la muerte. Los jóvenes se siguen conmoviendo por una buena historia literaria. Cuando esto deje de pasar, se habrá acabado el mundo.

¿Qué hay de eso de que la literatura infantil y juvenil de Aragón es muy buena y es reconocida en España?

Estamos pasando un momento muy dulce en la literatura, sin calificativos. Tenemos grandes nombres de autores y autoras aragoneses, también entre los que dedican sus esfuerzos a escribir para los más jóvenes. ¡Será que el cierzo trae el soplo de las musas!

A su vida familiar le dedicó la escritora su novela 'Postales coloreadas'.
A su vida familiar le dedicó la escritora su novela 'Postales coloreadas'. En la mano, lleva su última novela: 'El brindis de Margarita'.
Oliver Duch.

EL RETRATO

Escritora. Ana Alcolea (Zaragoza, 1962) es profesora, ha editado el teatro de Antonio Gala, y desde 2006 se dedica a la literatura infantil y juvenil, aunque también hace incursiones en literatura para adultos. Es especialista en ópera. Suele mezclar dos historias que convergen y cada libro es un relato de aprendizaje y un viaje. Dos de sus mejores historias son ‘Postales coloreadas’ (Contraseña) y ‘La noche más oscura’ (Anaya). En 2021 publicó 'El brindis de Margarita' (Harper Collins).

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