goya, en heraldo de aragón

La sombra del Goya es alargada

La expectación por la obra del de Fuendetodos expulsó a los cartujos de Aula Dei.

Visitantes ante las pinturas de Aula Dei.
Visitantes ante las pinturas de Aula Dei.
Oliver Duch

Me detengo en el ‘Paseo con Angélica’ (24-3-2006): "Paseo por Zaragoza con Angélica Gorodischer, la escritora argentina. En la solapa de su libro ‘Trafalgar’ he leído que “su compañerito de juegos fue don Francisco de Goya y que pese a la diferencia de edades siempre se llevaron bien". No puedo resistir la tentación de preguntarle que qué significa aquello.

Andamos calle de San Miguel abajo, porque, después de comer en el asador de Aranda un lechazo de muerte, le he prometido que le voy a enseñar el diablo más feo que existir pueda en el mundo, Y eso es algo a lo que Angélica no resiste.

-¿Y cómo fue que don Francisco de Goya fue tu compañerito de juegos?

Angélica no se acuerda, al principio, de tal cosa.

-Ah, ya sé. Es que de niña tenía un libro con pinturas de Goya y me gustaban mucho. Sobre todo me llamaba la atención esa imagen de la duquesa de Alba, con una banda roja en la cintura y un perrito. Y una vez alguien me preguntó quiénes eran mis papás, y yo le dije que la duquesa de Alba y Flash Gordon. Porque también leía las aventuras de Flash Gordon…

-Pero Angélica, eso es fantástico, lo tengo que escribir.

Y llegamos a la puerta de San Miguel y allí está el arcángel con su espada flamígera, sometiendo al diablo, a sus pies, un diablo horrendo, con el cuerpo en una imposible torsión, sus piernas abiertas, enseñando una cola y un traseros impúdicos…

-En verdad es horrible…

Después, le digo que le quiero enseñar algo más, y cruzamos la plaza y la llevo ante una humilde casa de tres pisos donde en la tienda de abajo venden pollos al ast, y allí hay una placa que dice ‘Casa de Goya’. Y yo le digo, en esta casa vivió Goya, con sus padres. Y Angélica se emociona, y besa la fachada, y la vuelve a besar, y cuando llama a Goro, su marido, en Rosario, Argentina, le dice que ha estado en la casa de Goya, "aquel amiguito de juegos de su infancia".

De ‘Picasso y Goya’ (3-7-2006): "Ver a un lado la ‘maja desnuda’ de Goya y al otro el ‘gran desnudo’ de Picasso nos enfrenta de modo insolente con el sentido irremediable de la evolución del gusto artístico. Aunque entre la maja goyesca y la Jacqueline picassiana apenas medie emocionalmente un guiño enamorado".

En ‘Goya en vano’ (21-07-2006) vuelvo al tema de la instalación del Espacio Goya en la Escuela de Artes y las protestas de alumnos y profesores.

En ‘Aoiz con Goyas’ (15-XI-2006) me hago eco de que en la mansión de los marqueses de Argamasilla de esta localidad navarra existen dos Goyas.

Vienen a continuación cuatro ‘sacos’ con el título ‘Disparates goyescos’ (31-1-2007 y 1, 2 y 3-2-2007) en torno a la exposición ‘Goya en el palacio de Sobradiel’, en el Museo de Zaragoza, de la que se dice que "se intenta dar un giro copernicano a una metodología de trabajo sobre el Goya joven", que Barboza-Grasa califican de desmesurado, además de incluir obras de baja calidad de epígonos goyescos.

Atribuciones

En ‘Microfirmas en ‘El Coloso’ (24-9-2008) cuento que Juan Ignacio de la Vega me envía su estudio de grafías sobre ‘El Coloso’, ya saben, esa genial obra de Goya que ahora dicen –la señora Mena– que no es obra de Goya. Por lo visto, en tiempos de Goya, había algún otro genio de la pintura, además del aragonés, y nosotros sin enterarnos.

‘Goya expulsa a los cartujos’ (11-7-2001) se refiere a que los cartujos de Aula Dei han abandonado el cenobio zaragozano porque la expectación por la obra de Goya les quita la serenidad requerida en el claustro.

‘La sombra de Goya’ (7-11-2011) va de la película rodada por David Mauás sobre nuestro pintor. ‘Universitas y Goya’ (20-6-2016), del libro del profesor Leonardo Romero Tovar ‘Goya en las literaturas’. Más de 600 textos se consignan, aunque fue un aragonés, José Mor de Fuentes, quien abrió poéticamente la brecha. Hay mucha información, muchos descubrimientos y curiosidades en el libro.

‘Por fin, otro Goya’ (12-6-2017), el ‘redescubrimiento’ por el Prado de un cuadro de Goya que andaba en los fondos del Museo de Zaragoza, ‘El éxtasis de San Antonio Abad’. Y entrecomillo lo de ‘redescubierto’, porque Teresa Grasa y Carlos Barboza desde mucho tiempo atrás ya consideraban el cuadro como un Goya de su época veneciana y romana, y además de los mejores.

Teresa y Carlos expresan su deseo de que no transcurra otro cuarto de siglo para que el retrato de Pignatelli, propiedad del Canal Imperial de Aragón, sea analizado para su posible confirmación como el original pintado por Goya, otra atribución por la que llevan luchando también muchos años.

‘Un goyista enfadado’ (publicado con el título ‘Sonidos del bosque mágico’) (12-2-2018): el enfadado es Carlos Barboza por lo que ha visto en el Museo Goya (ex Camón Aznar), la exposición de los británicos Jake y Dinos Chapman, que han pintado encima del original de una edición de grabados de ‘Los desastres de la guerra’. Dice Carlos que lo de los Chapman "es un ataque a la obra original de Goya, al mismo nivel de lo que hizo una anciana de Borja sobre la obra de Elías García". Advierte que «si a más de un mediocre le da por repintar grabados de Goya, nos quedaremos sin estas obras de arte universal español». Se pregunta por qué no eligieron para su pintureo los grabados de Callot o de Hogarth. Y concluye nuestro goyista que esto no lo hacen porque saben que en sus países respectivos responden con fuerza a un desatino de tal calibre. "Pero en España, y en especial en Zaragoza, se les realiza una exposición a bombo y platillo… Goya pintó cómo destruyeron su ciudad las tropas francesas, pero los aragoneses de entonces les hicieron frente. Hoy unos ingleses destruyen su patrimonio y los reciben bajo palio con catálogos de lujo". Ahí queda eso.

En ‘Dalí, Goya y un dietario’ (22-4-2019) me refiero a la gran exposición sobre Dalí constituida con cuadro y medio del genio de Cadaqués y cómo esto nos debe enseñar para tener un Museo de Goya sin necesidad de tener muchos Goyas.

En fin, con ‘Incitaciones goyescas’ (4-1-2021) abría el año presente con un artículo que transcribiré en el último apartado de esta serie. Una incitación a seguir investigando y difundiendo la obra del genio de Fuendetodos. Goya siempre.

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